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Los políticos argentos están totalmente perdidos ante la pandemia

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Anarquía política conceptual
Anarquía política conceptual

“Tener glorias comunes en el pasado, una voluntad común en el presente; haber hecho juntos grandes cosas”, decía Renan, “y querer hacer otras más, he aquí las condiciones esenciales para ser un pueblo. En el pasado una herencia de glorias y remordimientos; en el porvenir, un mismo programa para realizar. Porque la existencia de una nación es un plebiscito cotidiano”.

 

Es decir, algo de lo mejor que fuimos, un poco de lo que quizá seremos y mucho más de lo que somos hoy: un grupo de hombres y mujeres que debemos entregarnos a organizar un tipo de vida en común, asistidos por un manual de conducta inteligente para afrontar las dificultades de cada hora.

¿Lo tienen presente nuestros políticos frente a una pandemia devastadora?

Porque solo les oímos decir con solemnidad que tratan de planificar para “preservar nuestra vida”; y amparados en esta frase vaga y retórica por excelencia, pretenden que participemos de ciertas creencias infundadas, falsamente esperanzadoras y a la postre decepcionantes, que no están resolviendo los problemas que tiene la sociedad en tiempo real: el peligro de hacernos pedazos en medio de una anarquía conceptual alarmante.

Porque el Covid-19 parece haber potenciado la imaginación ardiente de estos habladores compulsivos que padecen el acoso de su mente agitada, corriendo despavoridos de una a otra parte, perseguidos por sus propias inconsistencias.

Hemos llegado así al caso extremo de quienes ven, de repente y sin justificación alguna, golpes militares en ciernes –como el desatinado y mínimo Duhalde-, que estarían comandados por fuerzas que hoy recuerdan más que nunca a la célebre Armada Brancaleone de Vittorio Gassman, donde unos desarrapados iban en busca de victorias imposibles de obtener por la precariedad de su armamento.

El mismo presidente contribuyó a evidenciar el estado de alienación que rodea a su gobierno al conceder el sábado una larga entrevista a C5N donde paseó su terapia psicológica personal por los temas más diversos, incluyendo su relación con la familia Kirchner (¡una vez más!) en términos de epopeya, y dando algunas explicaciones bastante pueriles sobre sus enojos personales.

Además de una serie de increíbles versiones sobre su gobierno, desde una lógica que debería convencernos (según él) que no es el “pobrecito Alberto” –mote que le descerrajan algunos opositores, quizá con justa razón-, asegurando, con aire casi místico, que una carta astral confeccionada por ¡Vilma Ibarra! (dejándola expuesta a ser el hazmerreír de sus oyentes), le había señalado que sería el “reconstructor de la sociedad desde las cenizas”.

Todo esto nos lleva a pensar que debería recordar –junto con algunos conmilitones que compiten por obtener el trofeo al mejor trastorno emocional-, que los asuntos de Estado hay que analizarlos mediante tres aliados: conocimiento, veracidad y equilibrio intelectivo.

Sin embargo, todos ellos evidencian sentirse imbuidos de los derechos de una “casta” superior, cuyos miembros abordan los problemas a su cargo según sean los intereses que circulan dentro del ambiente en el que se mueven. Aunque éste se asemeje al tiovivo de una kermese.

Esto se aprecia más crudamente frente a una pandemia que el gobierno intenta controlar mediante una elocuencia “deliberante”, olvidando que se trata de un rival invisible que se halla totalmente fuera del alcance de su mira telescópica defectuosa; la que solo ha estado dirigida a “modelar” fantasmas, para mantenernos sentados, inmóviles, en una sala de espera sin turno. Y sin chistar.

Al respecto de estas cuestiones, dice Balmes que “todas las asambleas –y muy particularmente en el principio las revoluciones-, se distinguen por sus resoluciones desatinadas. La sesión comienza tal vez con hechos auspiciosos, pero de repente toma un sesgo peligroso; los ánimos se conmueven, la mente se ofusca, la exaltación sube de punto llegando a rayar en frenesí; y una reunión de hombres que por separado habrían sido razonables, se convierte en una turbamulta de insensatos y delirantes. La causa es obvia: la impresión es viva, se propaga como un fluido eléctrico, adquiriendo velocidad y fuerza. Y lo que al principio es una chispa es a poco una conflagración espantosa”.

Una auténtica fotografía de la actualidad, iluminada por la sabiduría del siglo XIX.

Ante la magnitud de los despropósitos “intelectivos” de los que mandan, nuestra esperanza no tiene más recurso que afirmarse -como ya hemos dicho en alguna otra oportunidad-, en la experiencia histórica: ésta enseña que, al lado del veneno, la Providencia suele proveer el antídoto; aunque muchas veces no avizoremos con claridad de qué tipo será éste, ni quién lo proveerá.

A buen entendedor, pocas palabras.

 
 

18 comentarios Dejá tu comentario

  1. No hay una pandemia espantosa. Hay un plan espantoso de simular una pandemia para destruir las naciones sin usar la guerra convencional. Mienten y manipulan cifras a instancias de los poderosos de siempre con nuevas armas y nuevos sicarios. A la “salud” la maneja una fundación SOROÁSTRICA mataBB, genocida. Agenda 2030 de control poblacional. En EEUU se ha destapado de cobros de incentivos por parte de médicos y clínicas, y por la inquietud que han producido algunas fiscales, han empezado a descubrir algunos errorillos de conteo. Así parece que la cifra de muertos por el mentado covid está bajando de 153.000 á 9.210!. Ver: https://www.thegatewaypundit.com/2020/08/shock-report-week-cdc-quietly-updated-covid-19-numbers-9210-americans-died-covid-19-alone-rest-serious-illnesses/?ff_source=Twitter&ff_campaign=websitesharingbuttons Vean esta elocuente exposición de una bogada peruana: https://www.youtube.com/watch?v=rO9Fk3l2_xw&feature=youtu.be https://periodicotribuna.com.ar/27209-los-politicos-argentos-estan-totalmente-perdidos-ante-la-pandemia.html

  2. Están manipulando a la gente para subir incluso a los opositores a la dialéctica de salud o economia y para mentir que están haciendo las cosas bien con la pandemia. Como siempre, les da resultado, porque en general la gente en vez de desenmascarar una mentira, tiende a enfrentarla con la mentira más opuesta que encuentra. La cuarentena no fue muy temprana, por el contrario fue tardía y mal aplicada. Las evidencias están a la vista. Pero primero la pandemia. El efecto inmunizante de la enfermedad todavía es una suposición y por lo que se está viendo, estaba equivocada y era demasiado optimista. La realidad es que la inmunidad es muy variable en duración y en efecto, ya hay casos de reinfecciones graves en personas que tuvieron la enfermedad leve sin comorbilidades. Esto es una virosis bastante desconocida y el efecto de la inmunidad también es desconocido. Si fuera como el sarampión, la inmunidad duraría toda la vida; en cambio si fuera como la gripe, la inmunidad no existe. Si el caso fuera como el dengue, la primera zafás y la segunda es mucho más grave. En lo relativo a encontrar una vacuna, lo evidente a la fecha es que se complica por varios factores. El primer aspecto es la variedad y el segundo es el mecanismo de acción del COVID que es similar al HIV. Todavía no se pudo fabricar una vacuna efectiva contra el HIV y ya pasaron cuarenta años desde su aparición. Que cada uno saque la cuenta. Ahora la cuarentena. Decíamos que a mediados de enero, en China ya sabían que la cosa venía difícil. Acá impera la soberbia del ignorante, pero allá sabían que los parámetros decisivos son la tasa de contagio y el costo de la recuperación en tiempo y recursos. El embajador en China quiso advertirlo a fines de enero y no le dieron bola. La respuesta obvia hubiera sido cerrar las fronteras a más tardar a mediados de febrero. Desde el aspecto económico, la economía ya estaba cerrada, el default técnico ya estaba, no somos un país que reciba más turistas que los que manda al exterior. Cerrar las fronteras efectivamente en febrero y complementarlo con un seguimiento real en migraciones hubiera sido una forma de evitar la cuarentena como lo hicieron en Corea del Sur. No nos comparemos con Suecia porque tiene diez millones de habitantes y Finlandia tiene la mitad. La realidad es que no cerraron nada. Los dichos de GGG ya los conocemos todos, todas las boludeces que se dijeron desde la tele también, desde que el virus es pesado y se cae a que lo más grave es la pranoia. Alberto dijo en marzo que cerraba las fronteras para los que entran pero que se fueran todos los que quieran. Se fueron cincuenta mil, y después hubo que repatriarlos y ponerlos en hoteles. Eso sin contar a los hermanos de la Patria Grande, que ya perdimos la cuenta porque nunca los contamos. ¿De qué cuarentena muy temprana hablan? Lo que pasa es muy simple, de los cincuenta mil turistas que teníamos viajando por el mundo en marzo, y otro tanto en febrero, la mayoría no eran macristas. Para colmo, el gobierno autoritario y negligente. Los campeones autopercibidos de los DDHH no fueron capaces de aclararle a las ffss que los que violan la cuarentena son simples infractores y no el enemigo ni una especie a exterminar. Pero hay mucho más, el asunto de quedarte en casa, sin analizar realmente cómo se propaga el virus es una negligencia que tiene su origen en la tara ideológica que los caracteriza. Esa tara ideológica produce basura en todo sentido. Como estos tipos creen en las identidades y no en lo que la gente hace, han inventado la etiqueta de super propagador. El super propagador es un individuo cualquiera, nada más que estadísticamente contagia a más personas pero no por su identidad sino porque su actividad lo pone en contacto con más personas. Pero estos cabezas de termo son incapaces de pensar en lo que la gente hace y lo único que ven es su "identidad". De modo que para no "discriminar" ni "estigmatizar", de los super propagadores no se puede hablar. Obvio que no tiene sentido categorizar por identidad, pero lo que debió ser el centro del análisis desde el principio es la frecuencia de interacciones de cada uno y empezar por atacar la fuente del problema que son los focos de contagio. Pero la etiqueta para todo y el miedo a estigmatizar hace que al final no puedan ver ni pensar en nada. Obviamente la principal causa de su ineptitud reside en las convicciones que suponen más valiosas. Por eso no sirven para nada. Pero hay más y vamos a ver cómo la serpiente descerebrada se muerde la cola. Porque en realidad, y GGG lo confirmó hace poco, esto del control de la pandemia no es un tema de salud sino de trazabilidad de los contagios. Para decirlo claro, esto empieza por el control de migraciones y sigue con seguimiento y más seguimiento. ¿Quién perdió ocho meses e hizo una catástrofe por poner en el centro de la escena a GGG? No es otro que Albertítere. ¿De quién dependen migraciones y todas las ffss?

  3. Acá hay una confirmación de que unos cuantos se tienen que meter por el otro la mitad de lo que dijeron y deberían devolver la guita un montón de especialistas. Recién ahora descubren que no saben cuanto dura la inmunidad tan cacareada. Los que hicieron el estudio más serio ahora se alegran de que pueda durar más de cuatro meses, pero todavía para saberlo hay que seguir esperando. ............ https://www.infobae.com/america/ciencia-america/2020/09/03/un-estudio-en-islandia-confirmo-que-los-anticuerpos-contra-el-covid-19-duran-al-menos-cuatro-meses/

  4. Y la seguimos porque hay mucho más. El Albertito stuvo tiempo de hacer los más diversos papelones y de decir las pelotudeces más morbosas; desde la bebida caliente a la carta astral hay decenas. Pero tanto como el presidente como sus funcionarios se dedican a hablar supuestamente para la gente común a la que obviamente suponen descerebrada y militante. Desde siempre fueron incapaces de tener una palabra o una frase para fijar el tono o el estilo de la actuación de sus propios dirigidos. Eso vale para las ffss especialmente, ya que el presidente debería poder dirigirse a todos estén en la provincia que estén. Pero pareciera que los funcionarios y legisladores no se consideran ciudadanos, creen que están afuera y muy por arriba. Esta mañana escuché a una diputada que no sabe ni hablar, diciendo que ellos (los legisladores) están para hacer las leyes para que las cumplan los ciudadanos, Más claro imposible, ellos no se considera ciudadanos. Se les subió a la cabeza lo de ser "elegidos" y se creen salvadores providenciales.

  5. El futuro es liberal y ya llegó. Un nuevo país comenzará en 2021 tras las elecciones legislativas que marcaran el principio del fin del peronismo en Argentina. ¡Viva Juan B. Alberdi, viva la libertad!

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