“Serás lo que debas ser o no serás
nada.”
Gral. Don José De San Martín
Existe una enorme contradicción que desde hace años
afecta a la sociedad argentina y tiene que ver con la hipocresía como
definición de sí misma. Hablamos de aquel que, deliberadamente y como hábito,
pretende mostrarse bueno cuando no lo es. Pero el término mismo en su
origen griego refiere al actor teatral. Como sea, se trata de mostrar una
condición por otra, el actor vive de provocar en los espectadores
ilusiones, de hacerlos partícipe de una realidad que él conoce como
ficticia, pero que con maestría y una buena campaña mediática terminará
siendo un éxito.
El público consume fantasía y hasta me arriesgaría a
decir que en algún punto es adicto a ella. La manipulación de las masas no
es algo nuevo, ni es algo privativo de la Argentina, pero en pos de la
riqueza son muchos los que llevan la hipocresía al punto de mostrarnos un
país distinto al que vemos, como si de la mismísima "isla de la
fantasía" se tratase.
La frase de San Martín que encabeza este artículo no
fue elegida al azar, ni pronunciada por el General en un rapto de filosofía.
Ya en los orígenes mismos de la creación de nuestra patria, varios de los
que aún hoy tienen sus nombres en alguna calle, pensaron primero en ellos y
se mostraron como patriotas. Pero el tiempo ya ha prescripto sus faltas y el
olvido los ha redimido.
Argentina hoy
Desde hace un tiempo a esta fecha, algunos medios de prensa
producen en mí sensaciones más elocuentes que las mejores películas de
Hollywood (aunque hay que admitir que uno termina con arcadas).
Uno tiene sentido del
humor, pero hay notas que no son para reír sino todo lo contrario. Como no
es bueno generalizar, voy a mencionar a Telenueve y en especial a su sección
de investigación, allí suelen analizarse con total desfachatez “seudo
investigaciones periodísticas”, el resultado de estas son las mismas
consecuencias que produce el subir a una montaña rusa: si bien uno sabe que
todo pronto terminará, las sensaciones que produce son finalmente vomitivas.
Por citar un ejemplo, en Telenueve segunda edición, mostraron un material
en exclusiva al que denominaron “La Plaza del Paco”. El video, filmado
por un vecino de una plaza en la que se vendía “paco”, cansado de ver
en lo que se convirtió la plaza filmó y envío a la policía el video.
Mientras relataban lo que se podía ver en el video y
mientras el periodista buscaba las mejores definiciones para los
televidentes, como por ejemplo su explicación del apodo del sujeto detenido
por esto, al que llaman “Chapulín” (según explica el periodista de
investigación, en México, a las langostas se las llama “Chapulín” y
este delincuente como si fuera una langosta come las mentes de los jóvenes
de la Boca), el periodista describía cómo este "narcotraficante", tal como lo
llamó, además de "todo eso malo que hacía, fumaba paco y tomaba vino en
tetrabrick". Al preguntarle
Mercedes Martí (la única lúcida por las preguntas) de dónde este
sujeto sacaba la droga, el periodista le dice que, si bien la policía y el
Juez Federal Rafecas llevaron una investigación de 4 meses, solo pudieron
determinar que la droga viene de la provincia de Buenos Aires, donde -eso
sí-
este sujeto compra al por mayor. El colmo de la pavada llegó cuando,
simulando asombro, comentó que en el allanamiento al sujeto se le secuestro
45 bolsitas con “paco”, 10 con marihuana, y 65 pesos en efectivo,
producto de su comercialización. Las dos nuevas intervenciones de la
conductora Mercedes, lo dejaron muy mal parado al bronceado periodista que
se puso rojo y dubitativo. La primera pregunta fue ¿y la policía local?,
¿no sabía esto que se ve? Luego de pensar, la respuesta fue que la Comisaría
24 sabía, pero que como sabían que estaban investigando desde "drogas
peligrosas" no hicieron nada. La segunda pregunta y final fue peor:
pero ¿en
esos meses que no se hizo nada, cuántos chicos habrán quedado
descerebrados por la droga?, duda, y responde algo insólito: "bueno, hay uno
que estaba tirado arruinado".
Sin dudas, un muestra más que evidente de como siempre
el hilo se corta por lo más delgado o la política del “perejil”. En
este hecho sin dudas existe la comisión de un delito y este sujeto debe
ser, además de juzgado, evaluado, ya que se trata de un "narcoadicto", pero de
ahí a que sea un narcotraficante existe un abismo. Sí resulta muy curioso
que el material o las evidencias acusatorias sean sólo el video del vecino
y que no hayan podido determinar quién provee de “paco” a este sujeto,
¿por qué?, considero que un Juez como Daniel Rafecas, que ha tenido causas de
verdaderos narcotraficantes e incluso problemas por el manejo de estos
detenidos a los que se les concedió ciertos beneficios (un narcotraficante
se casó en el lujoso hotel Four Seasons con 200 invitados) no puede
prestarse a un chiste como el mostrado por el noticiero, resaltando un éxito
que no le pertenece ni a la policía ni al Estado, en todo caso a un vecino.
Por otro lado, no es la primera vez que la Comisaría 24 es sospechada de
"no hacer" o de consentir ciertos delitos, pero al parecer nadie ha
querido investigar esa línea.
En este relato traté de condensar cómo, de una forma hipócrita,
se nos quiere hacer creer que se combate la droga y el narcotráfico cuando
en realidad se investiga, procesa y condena a adictos, que para paliar su
propia adicción se vuelven revendedores. Pero al igual que el caso
descripto, rara vez se
llega al proveedor, obviamente por algún interés.
Pero también sirve para ver cómo los medios son
instrumentos de políticas hipócritas, las excusas brindadas por el
periodista para justificar a la policía son una falta de respeto a los
televidentes, a esta altura todos sabemos cómo funciona y cómo se administra
la policía. Hay buenos policías, pero ninguna institución de seguridad es
un ejemplo de administración y transparencia.
Espero el día que algún medio “grande” se anime a
mostrar las imágenes de las “fiestas” denominadas “vip”, donde se bebe
y consume como en una bailanta, claro en esos casos se escudan en la excusa
de proteger la privacidad de las personas.
Cambiando de tema, llegan las elecciones y a la
imprudencia de algunas decisiones políticas se suma la puesta en escena de
varios candidatos y la falta de vergüenza de otros. En la pelea son varios
los que se anotan especulando en la hipocresía misma, Aníbal Ibarra
candidato, Macri lanzándose al lado de una nena carenciada a la que no sabía siquiera
cómo mirar o hablarle, pintadas confundiendo el apellido de
Filmus por Firmus, Scioli acercándose a piqueteros y dirigentes
cuestionados y echados como Luis D´Eía y Cristina viajando y firmando
documentos como si la presidencia estuviera a su cargo.
Les recomiendo que además de ir a los barrios a mirar cómo vive la gente, recorran los hospitales, que conozcan
cómo se encuentran
y lo que estos pueden ofrecerle a los ciudadanos.
Por el lado de los trabajadores, todo sigue siendo una
enorme mentira, los sindicatos y los sindicalistas siguen enriqueciéndose
mientras nos quieren hacer creer que pelean los aumentos de los trabajadores, la realidad es que en un año electoral se necesitan mayores
divisas y ya no ocultan los sindicalistas sus ambiciones políticas. Para
participar se necesita dinero y todo aumento es un aumento de ingreso
sindical, lo mismo que las negociaciones. Otra gran hipocresía nacional.
¿Alguna vez se investigará el patrimonio de los dirigentes sindicales,
muchos de los cuales supera el millón de dólares?
El Congreso de la Nación, se ha vuelto una especie de
escribanía del Ejecutivo que legaliza sin más lo que este le propone, sin
debate y sin oposición, quizás muchos legisladores no saben que fueron
elegidos por el Pueblo y que la gente los eligió para representarlos a
ellos.
La pobreza, algo que nos sigue doliendo a todos (bueno... a
los que aún tenemos sentimientos), sigue siendo algo pendiente más allá de encuestas
y de anuncios. Cada vez son más los pobres que se ven en el Gran Buenos
Aires. Nunca en los años que llevo había visto por mi barrio circular
carros de gente buscando en la basura, y esto ha comenzado hace dos meses,
no sé que parámetros se valen para las estadísticas, pero estoy seguro de
que los números no son el reflejo de la sociedad en lo que a pobreza se
refiere.
Esa miseria carcome el espíritu de los niños y de los jóvenes,
los limita, los margina y los priva de sueños, de deseos de progresar, de
capacitarse, eso sí, los vuelve material fácil de captar por el
oportunismo y el clientelismo.
La Justicia, esa importantísima institución, que además
de ser uno de los poderes del Estado Republicano, debiera de resguardar la
Constitución Nacional, haciendo cumplir su espíritu y su letra, es otra de
las grandes hipócritas de esta Argentina, la igualdad ante la Ley es algo
tan utópico que ya nadie lo reclama y muchos se resignan a poder negociar más
que a pelear sus derechos. Al igual que los políticos, los sindicalistas y
varios otros funcionarios, son muchos los magistrados con vidas de
afortunados millonarios, a pesar de que los sueldos judiciales no permitirían
una vida de lujos, sino un buen pasar, pero no de derroche, champagne y
yates.
Son muchos los que esperan JUSTICIA, los que son tratados
como ciudadanos de segunda y hasta reciben por parte de muchos defensores
oficiales ese trato. Es una materia pendiente el mejorar el instituto de la
defensa pública, no sólo por falta de presupuesto, sino también por falta
de controles.
He visto defensas de abogados que dan vergüenza, en las que se equivocan
los artículos del Código Procesal y por ese motivo se rechaza una
presentación, una apelación o una excarcelación, eso sí muchos
funcionarios judiciales gustan de crear fundaciones, asociaciones y brindar
conferencias sobre derecho, con recomendaciones o modificaciones que ni
ellos mismos aplican.
Conclusiones
Desde hace años, la hipocresía ha ido creciendo, mucho
más que la inseguridad y la pobreza. Sindicalistas, políticos,
magistrados, funcionarios, todos representantes y servidores del pueblo en
la teoría, pero a la vez más distantes de este.
Ninguno de estos sujetos quiere vivir o morir como uno
del pueblo. Los atraen las apariencias, el lujo, el dinero, las mujeres
“producidas”, en definitiva, la misma hipocresía que nos venden, ellos
la compran.
Sí señores, ustedes, tal vez nos embauquen, nos
“roben”, nos priven de los derechos y las garantías, pero ustedes son
rehenes de la mentira, una mentira que solo disfraza lo miserables que son y
se sienten, por eso necesitan rodearse de TODO eso que les satisface el ego,
pero no hay dignidad ni honor en el confort de quienes vendieron su propia
verdad. Hoy más que nunca “serás lo que debas ser, o sino, no serás
nada”.
Marcelo Hawrylciw
Editor General Diario El Sindical