Un sondeo reciente de Taquion preguntó a los encuestados: “Aunque falte mucho, pensando en las elecciones legislativas del próximo año, ¿vos votarías a representantes de qué espacio?”. En primer lugar, aparecen los representantes de Juntos por el Cambio, con el 30,7% (aunque lideran la encuesta, obtienen 10 puntos menos de lo alcanzado por Mauricio Macri en las presidenciales de 2019).
Se aprecia el fuerte desgaste del FdT, que aparece en segundo lugar, con el 28,9%. La ola de inseguridad y violencia, las tomas de tierras, el aumento del desempleo, la inflación que permanece alta en un contexto fuertemente recesivo, la escalada de los dólares alternativos y el fracaso sanitario del Covid-19 erosionan al gobierno nacional en general y al presidente Fernández en particular. Para ninguno de estos problemas, el gobierno encuentra soluciones, lo que podría verse reflejado en una pérdida de caudal electoral. En tercer lugar, se encuentran los potenciales candidatos de la derecha (los mencionados en el estudio son José Luis Espert, Javier Milei y Ricardo López Murphy).
En cuarto lugar, aparece la izquierda, muy relegada con el 2,9%. Por último, cabe mencionar que es alto el porcentaje que prefiere no contestar (24,8%). Aunque aún resta mucho para las elecciones, tal como fue explicitado en la pregunta planteada por Taquion, el resultado de este sondeo confirma algo que se presumía: los dirigentes considerados de derecha están irrumpiendo en la escena política experimentando un singular fortalecimiento.
Hay un segundo dato que resulta sugestivo del sondeo de Taquion: la derecha genera un interés especial entre los más jóvenes. Entre los encuestados de 16 a 34 años, el 23,6% votaría a JxC, el 20,8% al FdT y pisándole los talones aparecen los candidatos de derecha con el 20,7%. Especialmente la juventud se siente decepcionada con un país que no brinda oportunidades para comprar inmuebles, ahorrar, irse de vacaciones o simplemente obtener el primer empleo (la falta de empleo joven junto a la informalidad son los dos principales problemas del mundo laboral). En este sentido, la búsqueda de un nuevo paradigma político, una nueva forma de gobernar en la Argentina, genera una especial atracción en este segmento de la población, que ante la desesperanza está dispuesto a optar por alternativas más radicales.
Aún es temprano para hablar de candidaturas. Lo que hoy llamamos “la derecha” es, al menos por ahora, un espacio simbólico e ideológico que sirve para aglutinar como mero ejercicio analítico a una serie de figuras o dirigentes que comparten ciertos principios, pero están aislados y descoordinados. Nada asegura que el 2021 los encuentre unidos en un mismo espacio.
Uno de los máximos referentes de la derecha es José Luis Espert, quien ha sido candidato a presidente en 2019. Hace poco tiempo, Espert y Luis Rosales (su candidato a vicepresidente) han convencido al mediático Javier Milei para que incursione en el barro político y se una al espacio. Los tres se erigen como los máximos referentes del Partido Libertario. Por otro lado, resurge la figura de Ricardo López Murphy quien comenzó a moverse políticamente en los últimos meses. El ex ministro de Economía de la Alianza lanzó en la provincia de Buenos Aires su propio partido: “Desafío 2021”. López Murphy viene ratificando en entrevistas públicas su intención de competir en los comicios legislativos del año próximo y de confluir hacia el 2023 en una “gran coalición republicana”. En ese camino, el economista mantuvo reuniones con dirigentes de JxC, como Patricia Bullrich. En tercer lugar, aparecen otra serie de figuras con también con presencia mediática que crearon el partido Unidos (“Uni2”). Entre sus integrantes se encuentran Agustín Etchebarne, Gustavo Segré, Manuel Adorni, Fausto Spotorno y Miguel Boggiano, entre otros.
Los tres espacios mencionados cuentan con una ventaja, la abundancia de economistas. Según datos de D’Alessio IROL – Berensztein, la inflación es el tema que más preocupó a los argentinos en septiembre con el 70%. En segundo lugar, aparece la inseguridad con el 66% (un tema en el cual la derecha seguramente también tenga algo para decir). Los temas económicos reaparecen rápidamente en tercer y cuarto lugar: la incertidumbre por la situación económica obtiene el 65% y las consecuencias económicas del coronavirus el 60%. Por eso, en el marco actual, en el cual la economía se ha convertido en un tema central para el electorado, el contar con interlocutores que puedan discutir no solo la actual política económica del FDT sino también la desarrollada por Mauricio Macri durante los cuatro años anteriores puede otorgar una ventaja comparativa a la hora de hacer campaña y plantear soluciones.
Un segundo elemento positivo, es el hecho de que la derecha que está surgiendo en la Argentina está plagada de figuras nuevas, lo cual transmite una señal de renovación política. Es cierto que hay dirigentes como Ricardo López Murphy que cuentan con una vasta trayectoria. Pero la mayoría de los potenciales candidatos vienen del sector privado y nunca han ocupado una posición en el sector público. Aunque es un arma de doble filo, ya que muchas veces la falta de experiencia y de conocimiento acerca del funcionamiento de la “cosa pública” puede transformarse en una barrera de ingreso y un obstáculo a la hora de gobernar. También es evidente que necesitan una mayor presencia de mujeres entre sus filas que otorguen visiones complementarias y enriquezcan políticamente al espacio.
La derecha cuenta con una serie de desventajas, en particular la falta de cohesión entre sus dirigentes. No existen líderes claros que puedan marcar el rumbo político o, quizás por el contrario, lo que hay es un exceso de líderes con ambiciones individuales. En contra posición, el FDT y JxC, a pesar de su heterogeneidad y roces internos, logran permanecen unido y esto les otorga una ventaja competitiva.
Los candidatos de derecha compiten casi por el mismo electorado que JxC. Según el sondeo de Taquion, entre los votantes de Mauricio Macri en 2019, el 69,4% votaría por un candidato de JxC, mientras que el 17,5% lo haría por un candidato de derecha. El votante anti kirchnerista, por miedo a un nuevo triunfo del FDT en 2021, podría optar por el espacio de oposición mayoritario (es decir, Juntos por el Cambio). En este sentido, la derecha podría caer víctima de la polarización. Esto podría llevar a parte de los potenciales candidatos de la derecha a pactar con el resto de la oposición, para no quedar relegados un tercer lugar de menor envergadura ni tampoco favorecer el triunfo del kirchnerismo. Aunque parte de la derecha más intransigente se mantendría por fuera de estos acuerdos. Figuras como Patricia Bullrich y Miguel Ángel Pichetto podrían ser piezas claves para acercar posiciones.
La renovación política y, sobre todo, económica que ofrece la derecha puede generar una alternativa que resulte interesante para un amplio segmento de la población, en particular entre jóvenes y desencantados. En 2021, los acuerdos políticos pueden resultar fundamentales para dotar a JxC de un mayor pluralismo o podría suceder que la derecha se erija como un espacio autónomo, cohesionado y más amplio que se convierta en un actor relevante de la política nacional. Quizás la polarización se rompa, o al menos se debilite, con una irrupción competitiva de un espacio de derecha.