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Juntos y revueltos

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EL CIRCO PATÉTICO DEL ACTO ANTI-BUSH
EL CIRCO PATÉTICO DEL ACTO ANTI-BUSH

    Todo el espectro de izquierda venía relamiéndose de antemano: al fin tendrían otro acto “de ésos”, en el que podrían desempolvar sus arcaicas consignas, desplegar sus arcaicas banderas rojas y roji-negras y sus coloridas pancartas, y sus arcaicas costumbres de gritar y putear contra el imperialismo y contra todo lo que tenga un mínimo tufillo a “Norte”. No importa lo que sea, mientras venga del “Norte”. Como “antes”, ¿viste?

 

    Precisamente en momentos en que se escribía esta nota el invitado “de lujo”, el presidente venezolano Hugo Chávez Frías -ya habiendo entrado en calor después de adular a las madres de Plaza de Mayo y a los diversos movimientos presentes- exacerbaba una vez más a las masas refiriéndose al “caballerito del Norte que en esos momentos está al otro lado del río” y solicitando para él una rechifla, aceptada obvia y obedientemente por la desbordada claque. Evento para el que, además de la participación de la custodia venezolana, integrada por elementos de las cuatro fuerzas armadas de ese país –Ejército, Marina, Fuerza Aérea y Guardia Nacional-, se convocó a unos mil efectivos de la Policía Federal –casi el doble de los que cubren el superclásico Boca-River-, por lo cual los delincuentes habrán tenido, en los distintos barrios porteños, una noche “soñada”.

    Previamente, la claque fue entretenida –un decir ya que prefería gritar a cuenta antes que escucharlos- por los artistas de siempre, que enarbolando sus guitarritas cantaron temas de contenido, por supuesto, “social”, a tono con el evento. Y tras cartón la palabra, como es habitual tanto o más desbordada que los presentes, de Hebe de Bonafini, que además de homenajear, como siempre, a sus “30.000 hijos guerrilleros y revolucionarios”, incluyó al menos dos particularidades.

    Una: agradeció con vivas al presidente Kirchner el hecho de que éste hubiera “facilitado la realización del acto”, algo que seguramente no le agradecerán ni el gran pingüino ni su entorno cercano ya que según ellos -otra mentira más que nadie les cree- “no tienen nada que ver” con ese acto, intentando despegarse del mismo.

    La otra: en su alocución Bonafini no mencionó una palabra sobre el supuesto “desaparecido” Julio López. Una omisión que no extraña demasiado ya que nunca se pronunció demasiado sobre el hecho y, más aún, en algún momento esbozó ella misma sus sospechas sobre esa desaparición, algo en lo que de todas maneras no insistió públicamente para no disgustar a Kirchner. Que es a quien habría que preguntarle, en realidad, qué sabe sobre el paradero de López.

    Mientras tanto, a punto de concluir la elaboración de esta nota, Chávez proseguía con su habitual “tanda” discursiva. Matizando los halagos y vivas a Fidel Castro y el “Che” Guevara con los ataques a Estados Unidos desde George Washington en adelante, pasando por ambos colores políticos que se alternaron en el gobierno de ese país, “recordando” con su particular estilo tanto a John Kennedy, su “Alianza para el progreso” y la invasión a Cuba –en Bahía de los Cochinos-, como al Pentágono, para recalar, una y otra vez, en el “muerto político” que a su juicio es el actual presidente norteamericano. Nada nuevo en la habitual retahíla verborrágica de Chávez.

    Para concluir, cabe referirse –algo que el venezolano se encargó muy bien también de repetir en su interminable discurso- a los acuerdos que firmó por la mañana con Kirchner en la residencia de Olivos. Acuerdos que endeudarán a la Argentina casi tanto, o más, que con el Fondo Monetario. Como también es habitual, durante la firma de esos acuerdos, que incluyó las bromas de rigor y las fotos familiares, sólo estuvo presente el canal de televisión oficial, y en su parte final los periodistas de otros medios, en una supuesta “conferencia de prensa” en la que no pudieron efectuar ni una sola pregunta. Esto fue reflejado por el noticiero de la tarde de Canal 11-Telefé, único por otra parte que al menos se anima, cuando sus directivos se lo permiten, a destacar esta particular “libertad de prensa”.

    Hemos vivido así otra jornada “chavista”, “antiimperialista” y todos los “istas” que puedan enmarcarse en esta forzada exportación del presidente venezolano de su “Socialismo Siglo XXI”.

    Un patético circo levantado en su campaña personal “anti-Bush” en la que él, Hugo Chávez Frías, es el director y maestro de ceremonias. Un circo en el que tienen destacada actuación “todos los payasos del presidente”, encabezados por “El Pingüino K”, secundado por los clowns Julito DVD, Aníbal “el Bigotón”, Felisa “la de la eterna sonrisa” (¿de qué se ríe?), y otros saltimbanquis de relleno, y en donde, cuando lo invitan, hace una actuación “Evo del Altiplano”.

    Realmente, patético y poco serio. Claro, si se trata de un circo...

 

Carlos Machado

 

1 comentario Dejá tu comentario

  1. la verdad duele lo que le loco de chavez dice es verdad y tiene el coraje de decirlo cosas que tu y sus colegas no lo tienen y no lo hacen ,esa es la unica verdad

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