La pandemia del coronavirus ha causado estragos en todo el mundo en materia sanitaria, pero también en materia digital, a través del alto incremento de acciones ilícitas llevadas a cabo por delincuentes que operan en el ecosistema de Internet.
Si bien el delito de grooming viene creciendo significativamente sobre todo en los últimos años, vemos como la pandemia del coronavirus ha sido funcional al crecimiento notable, exacerbando de manera drástica el aumento de casos a nivel global. En Argentina, ha aumentado en un 30% el delito durante los meses de aislamiento, pese al alto grado de desconocimiento que prevalece en nuestra sociedad.
Desde la ASPO y con el transcurrir de los meses, fuimos observando cómo se gestaba una epifanía en las conductas llevadas a cabo por parte de los niños, niñas y adolescentes, relacionadas al manejo de los dispositivos móviles y a la convivencia en los entornos digitales, las cuales conducen al fenómeno de la “Hiperconectividad”, factor que también debemos interpretar y traducir en términos sociales dado que aumenta significativamente el grado de vulnerabilidad en las infancias y adolescencias, transformando a estas, en personas “hipervulnerables”.
Este escenario adverso y preocupante, de cambios radicales e importantes, invita a reflexionar acerca del posicionamiento que las personas adultas adoptamos y asumimos frente a la vida digital de niños, niñas y adolescentes e interpela, a la vez, a repensar roles desde una mirada multifactorial. Desde una perspectiva positiva es también un nuevo escenario de oportunidades. Se abre un espacio de posibilidades para que la generación del mundo adulto pueda adquirir destrezas, habilidades, pensamiento crítico, en pos de comenzar a sanar la relación herida que tiene respecto de sus hijos e hijas, en relación con el vínculo con las tecnologías.
Este 13 de noviembre se instituye como el “día nacional de la lucha contra el grooming” en el país, donde sin dudas es un día distinto, que nos invita a repensar estrategias y a llevar a cabo acciones concretas en cada uno de los espacios. Un día en el que apuesto a que este colmado de reflexiones, de nuevos desafíos, pero también de aprendizajes y de nuevas oportunidades de cara a lo que viene.
Desde Grooming Argentina seguiremos apostando día a día a construir una ciudadanía digital segura, responsable, pensando en el bienestar digital, donde la cultura de la prevención y la seguridad en internet formen parte de un verdadero contrato social.
Hay una estupidez ideológica de base que hace que todo esto sea dinero tirado a la basura. Lo interesante es que este es el tipo de resultados que nos ofrece la política y el pensamiento de nuestros "especialistas", en el Congreso y también en los medios. Pero no lo vamos a dejar como una opinión. Ahora viene la evidencia de que nada de lo dicho en la nota atiende el verdadero problema. El problema tiene dos o tres causas, pero una de las principales es la creencia equivocada en que tener más derechos es mejor. La segunda es que el político piensa que los derechos son una dádiva, algo que "otorga". Los menores no llegan a los pedales del auto, por eso no pueden tener licencia de conducir. Los menores no saben de finanzas ni de dinero, por eso no pueden abrir cuentas de banco ni firman cheques ni tienen tarjetas de crédito, ni tienen permitido ceder sus herencias. Los menores no tienen edad de consentimiento, porque no saben y no pueden oponerse a la voluntad de un adulto aunque sea lo que más quieran. Es muy fácil para un adulto obligar a un menor a hacer algo que no quiere, por eso en muchos países es un delito, y existe la edad mínima para el consentimiento legal. Lo mismo ocurre con la privacidad. Los menores no pueden tener derecho a la privacidad ante sus padres y tutores, porque es ese falso derecho el que permite que su intimidad sea entregada a cualquier otro adulto en la red. DE MODO QUE MIENTRAS NO TENGAN CLARAS LAS NOCIONES BÁSICAS, TODO LO QUE HAGAN ALIMENTA EL PROBLEMA Y NO LA SOLUCIÓN. LOS MENORES NO TIENEN DERECHO A LA PRIVACIDAD, Y NO DEBERÍAN HACERLES CREER QUE LO TIENEN. LOS MENORES TIENEN DERECHO A TENER EL APOYO CONCRETO Y EFECTIVO DE FAMILIARES O TUTORES, QUE SEAN ADULTOS CAPACES Y QUE SE HAGAN CARGO DE LAS COSAS QUE SON PARA ADULTOS. El problema básico es la perversión de la noción del derecho. ¿A los menores se les dice que el contenido de un noticiero no es apto para ellos, pero se les "otorga" el derecho al voto? ¿Qué valor tiene el derecho a reventar el futuro de un país con una mala elección? Por lo visto, desde el grooming político nos dicen que combaten otras formas de abuso. Qué puede salir mal.