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La invención de Maradona

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El Diego es... ¿qué es el Diego?
El Diego es... ¿qué es el Diego?

No podemos parar. Pasaron dos semanas pero no hay día en que los diarios no nos regalen tres o cuatro noticias sobre su vida y sus milagros y sus desastres y su muerte, algún recuerdo emocionado, un nuevo llanto con encanto, otra morriña ñoña, un homenaje más. La muerte de Maradona, que al principio fue lástima y tristeza, unos momentos de nostalgia, se volvió el gran psicodrama nacional. Ya todos hemos hablado sobre él, lagrimeado sobre él, especulado sobre él: ya todos lo consagramos como un símbolo indudable de la patria. Tanto, que este lunes en el Senado de la Nación media docena de cenadores citaron a Nietszche para pedir que se impriman billetes y estampillas con su efigie y su gran gesta, el famoso gol contra los ingleses –el segundo.

 

Es un detalle, pero un detalle interesante. Los billetes y estampillas son los espacios donde un país define sus orgullos: el lugar más exclusivo. En las últimas décadas argentinas solo lo consiguieron San Martín, Belgrano, Rosas, Sarmiento, Mitre, Roca, Duarte de Perón: todos fulanos que, bien o mal, intentaron construir un país –y al final, colados, esos animalitos con que el macrismo quiso retratarse. Por eso el acceso de Maradona a ese VIP es un síntoma bruto. No se nos ocurre que haya un billete con la cara de Borges ni con la cara de Quino ni con la de Houssay o Favaloro o Alfonsín o María Elena Walsh, ¿y sí con la de Diego Armando Maradona? Digamos, por decir: el presidente que se atrevió a juzgar a los generales asesinos o la autora de la música que mueve nuestra infancia no merecen lo que sí merece el goleador. Es bueno que haya un orden; es bueno que sepamos quiénes somos.

Si todos estos gestos significan algo habrá que aceptar que la Argentina decidió que su personaje más querido, más significativo de las últimas décadas será un señor que le pegaba tan bien a un cuero inflado y que le dio a la Patria la alegría de hacerlo mejor que unos señores ingleses que hacían lo propio y, así, logró ante ellos una victoria que cambió el rumbo de la historia, nuestras vidas.

O no. Entonces, por si acaso, los que se dan cuenta de que quizá no alcance con esos pelotazos inspirados se dedican a completar el héroe, a pintarle los rasgos que justificarían la apoteosis. Los constructores del mito hablan de su origen humilde, de su carácter popular, e insisten mucho en su condición de abanderado de los humildes, adalid de los pobres, defensor de los oprimidos del mundo –y deben disimular que, por más que hablara de Villa Fiorito, Maradona fue uno que se fue, zafó, consiguió por su talento dejar de ser de esos y consagró una forma de éxito individual que celebra al que deja su clase. El modelo del futbolista como triunfador solitario o fugado milagroso: el ascenso social del que se va. El modelo que hace que millones de chicos en Latinoamérica o en África sueñen con ser vendidos a los centros más ricos, escapar: salvarse.

Maradona fue, toda su vida adulta, un multimillonario que vivió como un multimillonario, de yate en jet, de rolls en maserati y que, cuando pudo elegir dónde hacerlo, se pasó unos años en Nápoles mimado y surtido por la Camorra, otros en un resort tan rico de la Cuba más pobre, otros en Dubai donde los maridos tienen derecho a pegar a sus mujeres, otros en Bielorrusia donde una dictadura de 25 años le ofreció tanques y diamantes y otros en Sinaloa, el estado más narco de ese país ennarquecido que ahora es México.

(Y todo con la plata de sus fans: los jugadores más exitosos se quedan con un buen trozo de la que ponen –en abonos de tele, cuotas, camisetas, chorraditas varias– los millones de más pobres que los siguen y que, faltaba más, se identifican con ellos porque vienen de abajo.)

Todo lo cual era perfectamente su derecho. Lo que no tiene sentido es que inventen un héroe donde hubo un gran jugador de fútbol –que, como tal, nos dio alegrías recordadas. Lo triste es el invento. Lo más triste es que, si tenemos que pensar en figuras señeras, no podamos pensar en alguien que haya hecho algo más que alegrarnos la vida un ratito, algo más que aliviar el malhumor de nuestros fracasos con unos gritos de placer, algo más que dejarnos diciendo qué maestro, algo más que confirmar nuestra pasividad: algo más que ponernos en nuestro lugar de espectadores. Digo: que, más allá o más acá de Maradona, nuestro héroe sea un futbolista.

Es triste, pero no por él; triste por nosotros. Recuerdo –como siempre– aquel diálogo del Galileo Galilei de Bertolt Brecht, en que su ayudante le decía a Galileo que “tristes las tierras que no tienen héroes” y Galileo le contestaba que “tristes las tierras que necesitan héroes”. Pero me lo imagino mesándose la barba y pensando que tristes, pero realmente tristes, son las que tienen ciertos héroes.

O, como decía aquel clásico: dime a quién adoras y te diré quién eres. O quién no eres, que viene a ser peor.

 

4 comentarios Dejá tu comentario

  1. La sobreactuación de los "periodistas" y los pseudo-intelectuales es vomitiva. "Lagrimeando"... Andaaaaaa. El único que tuvo honor, lucidez y realmente intelecto para escribir sobre Maradona fue J Sebreli. Su nota fue impecable y desnudó al argento promedio. Maradona apenas jugó un año en boca, no ganó ninguna libertadores, apenas jugó un año en Barcelona y se lo sacaron de encima. Fue a un equipo medio pelo de Italia, porque la camorra (mafia napolitana) puso guita. Lo rodearon de cracks Brasileños , entre ellos Careca, que es igual o más ídolo en Nápoles que Maradona. Los "periodistas" muestran el mural de Diego en Nápoles y olvidan mencionar que es en una parte de Nápoles nada más dónde lo idolatran. La parte dónde la camorra repartió dinero, usó a Maradona para publicidad y acercarse al "pueblo" (y llenarlo de droga). Igual que Escobar, la camorra se metió en los 80' con la cocaína , necesitaban publicidad y Maradona fue su operación mediática. La camorra construía canchas en los barrios pobres, regalaba camisetas, mientras se metían en sociedades de fomento y clubes. Llenaron los barrios pobres de cocaína envenenando a generaciones de chicos pobres. Maradona fue la cara de eso. El "periodismo" argento omite eso, también que luego de 10 años de jugar en el Napoli y ganar algunos campeonatos (gracias a que rodearon a Maradona con astros brasileros con la guita de la camorra) Maradona se fue abucheado, escupido y apedreado de Napoli. Nadie lo cuenta. La gente y los pibes de ahora guiados por el mercantilismo del "periodismo" se comen el verso de ver el "resumen de genialidades de Diego" en Nápoles. Y sí, hace genialidades en ese resumen, pero jugó 10 años, una década!!! En dónde jugó más mal que bien la mayoría de los años. La droga ya lo tenía totalmente quemado pobre tipo. Lo usaron todos, él se creía dios y era un pobre tipo esclavo de la mafia, los medios y todo su entorno. Se lo fumaron en pipa y se lo siguen fumando muerto, todo por $$$$ claro. Nunca jugó en un equipo grande, lo echaron del Barsa al año, Nápoles con la mafia y luego equipitos. Si no se hubiera drogado Y DOPADO para ventaja deportiva hubiera sido realmente el más grande del mundo. Está lejos de serlo. Lo salvó el gol contra Inglaterra y el chauvinismo estúpido del Argento que compara una guerra con un partido de fútbol, Valdano y Burruchaga ya que su final contra Alemania fue opaca. Y cayó en una época justa, dónde el fútbol pasó a ser un producto comercial televisivo.

  2. FUERON DOS TEMPORADAS Y UN MES, REALMENTE SU CARRERA. 588 PARTIDOS Y 312 GOLES; PERO EL "VASCO" ISIDRO LÁNGARA, TUVO MUCHO MEJOR CARRERA QUE ÉL. ES EL ÚNICO JUGADOR QUE EN UN PARTIDO HIZO 7 GOLES. CUANDO JUGÓ EN SAN LORENZO, EN 25 PARTIDOS 34 GOLES. BAJO DEL BARCO UNA MAÑANA, SAN LORENZO JUGABA CONTRA RIVER A LA TARDE, RIVER IMPARABLE; EL VASCO LE METIÓ 4 GOLES EN 45 MINUTOS Y CHAÚ RIVER. PERO DE ESTE JUGADOR NADIE SE CUERDA, TOTAL NO REPORTA "GUITA" A LOS PERIODISTAS PROGRES.. RONALDO, MESSI VAN CAMINO A LOS 800 GOLES. PERO EL DIEGO SIGUE GENERANDO GUITA.

  3. A los argentinos nos encanta mentirnos. Las malvinas son argentinas, Maradona fue el mejor de la historia, el neoliberalismo (no se animan a decir liberalismo) es el culpable de nuestra debacle, del peronismo hay un rosario de falsas verdades, y así nos seguiremos mintiendo no sé hasta cuando. Maradona fue un excelente jugador de fútbol, que tuvo su año de gloria en el 86 ayudado por Brown, Valdano y Burruchaga que metieron 3 pepas a los alemanes en la final. De no haber tenido la suerte de que sus compañeros la metieran, se moría el mito. Muy sencillo, es lo único "que ganó" con la mayor, Nadie lo va a decir, sería un sacrilegio, miren que pasó con los pumas por una boludez menor como no haberlo homenajeado en un partido de rugby!!,, pero es la verdad que mas duele. Nadie va a decir que en el 82 se fue expulsado en su partido contra Brasil cuando el seleccionado perdía 0-3, que al equipo ingles que le hizo el golazo era un equipo muy mediocre (el que no lo crea que revise como le fue en los otros partidos), que en el 90 lo salvó Goyco del penal que erró, o que en EEUU lo rajaron por doping. Menos dirán que no ganó una copa América de las 4 que jugó y si mal no recuerdo ni llegó a la final. Que no ganó ni una Libertadores menos que menos una Champions league. Nunca vi tanta exageración como lo que sucede con Maradona. Hasta se dan el lujo de ponerlo por sobre Pelé que marcó sendos golazos en 2 de las finales que ganó con Brasil. La asistencia que le dio de espaldas a C Alberto fue antológica. Por algo estamos como estamos. Resaltamos el 10% excelente de algo y callamos el 90% mediocre para acomodar la mentira. Mas o menos lo que hacen con los 4 años de Macri, los resaltan pero callan los 40 años desastrosos que se mandó el peronismo.

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