En 2009, cuando dejó el periodismo para dedicarse a la política convocado por el intendente de Lomas de Zamora, Federico Otermín pudo imaginar para sí un destino como el actual, nada menos que presidente de la Cámara de Diputados bonaerense desde sus 35 años. Pero difícilmente previó que la formalidad del cargo, uno de los más interesantes de la política nacional, vendría con un poder tan mellado.
El ex periodista de Clarín y 4 Cabezas, que se inició en un mundo político con poder centralizado (aún vivía Néstor Kirchner), hoy ve cómo en su lugar debe responder a delegados de Máximo Kirchner, el gobernador Axel Kicillof, y hasta subordinar su aspiración de ser intendente a la posible postulación al cargo de su esposa, la camporista Daniela “La Negra” Vilar, que actualmente es diputada nacional.
“Fede es muy trabajador, un gran cuadro político que trabaja codo a codo con Facundo Tignanelli (presidente del bloque Frente de Todos en la Cámara de Diputados bonaerense), en un semana pueden recorrer juntos el Conurbano y luego Monte Hermoso”, afirma una fuente cercana a Máximo Kirchner. Aunque luego de tanto elogio marca las diferencias con su esposa: “Él no es de “la Orga” (por La Cámpora) sino un cuadro tradicional. En cambio “La Negra” sí es nuestra, viene de abajo, tiene especialización en temas ambientales, realizó un posgrado y es muy inteligente. Es de una generación mejor que la nuestra”, afirma la fuente consultada, que ronda los 45 años.
Las diferencias entre Otermín y su esposa podrían pesar a la hora de elegir al candidato para suceder a Martín Insaurralde como intendente de Lomas de Zamora. Esta decisión puede esperar hasta el 2023, y el nacido en Banfield es el preferido del esposo de la modelo Jéssica Cirio. Pero el avance de Máximo Kirchner sobre todo el PJ bonaerense, con la hasta ahora resistencia solitaria -por lo menos en público- de Fernando Gray, hace dudar sobre cuánto se podrá resistir un pedido del hijo de los dos ex presidentes.
Cámara de Diputados: un poder cercado
La llegada de Otermín a la presidencia de la Cámara Baja de la provincia es fruto del acuerdo entre Martín Insaurralde, su mentor político, y el presidente del bloque de diputados nacionales, Máximo Kirchner. El intendente de Lomas de Zamora es uno de los jefes comunales más escuchados por el hijo de la vicepresidente, a tal punto que fue uno de los primeros en advertirle que el mal funcionamiento de las empresas de distribución eléctrica (en su zona, Edesur) podría derivar sin mayor impacto negativo en una estatización, aunque sea temporaria.
Hace dos semanas, Insaurralde y Kirchner cenaron en la casa del primero en Lomas de Zamora, acompañados de sus mujeres, Jéssica Cirio y Luana Volnovich. A ellos se les sumó también la pareja de Otermín y “La Negra” Vilar, lo que demuestra el buen vínculo entre todos.
Sin embargo, cuando se trata de repartir decisiones y manejo de dinero, lo que prima es un esquema de intervenciones cruzadas. Así funciona por lo menos en la Cámara de Diputados que Otermín preside. Según la decisión a tomar, o el gasto a efectuar, se hablar de dos o tres firmas. “Martín y Máximo se repartieron los cargos ahí, como también se hizo un acuerdo a nivel nacional. En ese contexto, poner a gente de confianza que controle al del aliado se ha vuelto una situación normal”, admiten cerca del hijo de Cristina Kirchner.
El organigrama de la Cámara Baja bonaerense muestra este reparto de poder, que también incluye al gobernador de la provincia y a Sergio Massa.
El vicepresidente de Diputados en Buenos Aires es Carlos “Cuto” Moreno, perteneciente al círculo más cercano a Axel Kicillof. Cuando su llegada a la gobernación era apenas una idea embrionaria, este dirigente del peronismo histórico -proveniente de Tres Arroyos- fue guía y mentor del economista nacido en la Capital Federal, para su conocimiento del vasto y diverso territorio de la provincia más rica y poblada del país.
Por otra parte, el vicepresidente segundo de la Cámara Baja bonaerense es Héctor “El Turco “ Eslaiman, del Frente Renovador de Sergio Massa. Mientras que la figura del “control cruzado” sobre Otermín es Martín Alaniz, secretario de Desarrollo Institucional. Alaniz nació a la política en su escuela secundaria de Río Turbio, el pueblo santacruceño donde está la mina de carbón homónima.
Desde allí se hizo amigo de Máximo Kirchner, que llegó a imaginarlo como director de la entonces Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE, actual AFI) en 2015. Alaniz fue uno de los primeros integrantes de La Cámpora, y también participó en la vida política universitaria de La Plata, desde antes que Néstor Kirchner fuera presidente.
En definitiva, el “insaurraldista” (si el neologismo ya califica) Otermín está rodeado por el kicillofista “Cuto” Moreno, el massista Eslaiman y el camporista paladar negro Alaniz. Como propio sólo puede contar a Juan Pablo de Jesús, ex intendente del Partido de la Costa, amigo íntimo de Amado Boudou que se recicló junto al intendente de Lomas de Zamora.
El cargo al cual aspira Otermín, aunque los hombres más poderosos de la provincia imaginan a su propia mujer en ese lugar. El ex periodista deberá ejercitar la convivencia tolerante en todos los ámbitos de su vida, tanto pública como privada.
¿Está mal llamarlos la oligarquía argentina?
El peronismo genera atraso; el atraso genera frustración; la frustración genera peronismo. ¿Demasiado gorila? Pruebo de nuevo: el peronismo genera decadencia; la decadencia genera pobres; los pobres votan al peronismo. ¿Otra vez? La incapacidad de desarrollarse genera dependencia del estado. La dependencia del estado genera empresarios y trabajadores dependientes del estado. Los que dependen del estado votan al peronismo. No son juicios de valor sino constataciones de hechos. Un país frustrado, decadente, pobre y dependiente del poder político, que no para de votar a sus victimarios peronistas.