Una inesperada polémica se despertó luego de que se supiera que el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, vacacionó en Brasil durante varios días, en medio de problemas varios por resolver en la Ciudad de Buenos Aires.

El dato es que viajó en una aeronave de la empresa Servicios y Emprendimientos Aeronáuticos S.A. propiedad de Gustavo Carmona.

Es la misma empresa que fue allanada en 2017 en el marco de una denuncia contra Daniel Scioli, entonces gobernador bonaerense, por presunto lavado de dinero y fraude al Estado.

El procedimiento se realizó en el hangar que la empresa tiene en el aeropuerto de la localidad bonaerense de San Fernando, fue porque la compañía trasladó a Scioli en varias oportunidades en 2014 y 2015 con distintos destinos, como Miami, Brasil o Paraguay.

A su vez, habría utilizado facturas truchas por servicios nunca prestados, para encubrir gastos irregulares por $17 millones.

Las sospechas de los investigadores es que el mecanismo funcionaba de esta forma: el contador general de la provincia Carlos Machiaroli aprobaba los gastos sin revisión; el expediente ingresaba al Tribunal de Cuentas 16 meses tras el cierre del año en que se hacían los gastos; se realizaba una auditoría para poder aplicar las multas correspondientes por las irregularidades; y finalmente el expediente era "limpiado" por los "auditores jefes", que lo remitían a la vocalía, máxima instancia del Tribunal de Cuentas.

Años antes, en 2010, Carmona —como se dijo, titular de la firma Servicios y Emprendimientos Aeronáuticos— fue procesado por el juez Claudio Bonadio, quien luego le dictó una llamativa falta de mérito.

Fue en el marco de una investigación por supuestos viajes que realizaron funcionarios públicos en aviones privados pagados por empresarios. Allí aparece complicado el exsecretario de Transporte Ricardo Jaime.