Por instrucción de Donald Trump, The Fire Dog, el Fondo Monetario Internacional dilapidó 50 mil millones de dólares en Mauricio Macri, El Ángel Exterminador.
Fue para que El Ángel se impusiera en la elección que iba a perder en el país que se había puesto de sombrero.
Por la continuidad jurídica del Estado, el Gobierno de La Doctora -que preside Alberto Fernández-, debe hacerse cargo de la generosidad mal invertida en la derrota.
Para los peronistas inoportunos que ganaron, es casi imposible alcanzar el acuerdo con el Fondo.
La señora Cristalina carece del charme y el glamour de la señora Lagarde, Madame Bovary.
El Fondo espera, para arreglar, algo que La Doctora no puede otorgarle.
El ministro Martín Guzmán, Alias Gardelito, se dedica a la sarasa de contener a la dama que no quiere pagar.
Y a la sarasa de conciliar posiciones con la dama que quiere cobrar.
“La cuenta es fácil, Martín”, le dijo (más o menos así) La Doctora a Gardelito.
Acaso en El Calafate tomaban el té de dulce de leche con scones.
“Los votos míos te hicieron ministro. Si hago lo que pedís para arreglar con el Fondo, pierdo los votos”.
En simultáneo, el desgaste de los ganadores se acelera. El gobierno muestra su precocidad para el envejecimiento.
Y quien perdió, el Ángel, emerge como recién sacado de la heladera. Para el regreso estelar.
Planta la consigna “Macri Vuelve”.
Aunque la butaca esté ocupada por Horacio Rodríguez Larreta, Geniol.
Segundo Tiempo
Por Madame Lagarde y el Perro Trump, irresponsablemente les dieron 50 mil palos al Ángel.
Es entonces quien se encuentra en las mejores condiciones para devolverlos. O demorar con elegancia.
Para encarar tal desafío tendría que ser, otra vez, presidente. Jugar un «segundo tiempo».
Postergar culturalmente a Geniol y proporcionarle un Valium 30 a la señora Patricia Bullrich, La Yiya.
También debería aplacar al indemne Martín Lousteau, el Personaje de Wilde. No se conforma con caramelos de madera.
Por último debe esclarecer el misterio territorial de la señora María Eugenia Vidal, La Chica de Flores de Girondo (lo atormenta todavía con el Plan V).
Pero 14 meses después de haberse estrellado, El Ángel planta la consigna peronista “Macri Vuelve”.
Utiliza, para el despegue, la misma técnica de la adversaria preferida. La Doctora del desplante (que ni siquiera se dignó a mirarlo).
Macri insiste con la táctica tan poco original de presentar un libro.
El “Sinceramente” de La Doctora inspira directamente el “Primer Tiempo” del Ángel.
Gracias a las vacilaciones y torpezas de los vencedores envejecidos, el librito se convierte en el virtual lanzamiento de campaña.
Condición de Celebrity
El Ángel -un buen producto desperdiciado- porta un relato existencial bastante redituable.
Hijo de rico, de Franco (el Macri que valía). Un calabrés que supo explotar el encanto del enigma sin ser siquiera un mafioso.
(En Argentina siempre atrajo el bagaje culturalmente italiano de Mario Puzo, recreado por Coppola).
Flaco, seductor de mujeres fascinantes. Tendencia ideológica hacia el occidente capitalista.
Fue secuestrado onerosamente (el Estado financiaba).
Fue presidente del club de fútbol más popular.
Fue “maire” de Buenos Aires y habla, aparte, el inglés de la computación y de William Blake.
Junto a la señora Juliana, Sherezade, el Ángel cotizó su producto y diseñó la diplomacia presidencial.
En armonía densa con Los Macron, Los Obama, Los Duhalde.
Macri es tan indemne como Lousteau. Pero construye política desde la condición de celebridad.
Al celebrity no le entran las balas de los agravios. A cualquier celebrity se le admite un hermano que lo desprecia.
Ser un Panamá Boy, espiar a los cuñados.
A un celebrity semejante había que producirle política.
Y es precisamente aquí donde falló. Más que en la economía. Fue catastrófica.
El Ángel se da cuenta y se vuelve a equivocar, cuando señala reclamos históricos hacia Monzó, El Diseñador. O para Frigerio, El Tapirito.
Alcanzó la presidencia con la colaboración valorable de los grandes medios. Desperdició la presidencia por aplicar la agenda de los grandes medios.
Por no haberse arriesgado a plantar «las bases vulgares del capitalismo tolerable».
Por haberse comprado el cuento insustancial de la transparencia. Espejitos de colores de la doctora Carrió, La Derrotada Exitosa.
«El que se quema con Macri ve a Mauricio y dispara»
El obstáculo para el “Macri Vuelve” no es, tan solo, el fracaso fresco.
Valor superable en el país donde todo invariablemente fracasa.
Su condena remite a la humillación de los empresarios encuadernados.
A los que nunca, en el fondo, quiso. Pero son los que le pusieron espiritualidades.
Los que asumieron la degradación de declarar. Debieron incendiarse con arrepentimientos, para evitar ir presos.
Son los cómplices sociales que apostaron por su proyecto.
Los que pusieron las monedas para que saliera a jugar el Primer Tiempo.
Hoy no se los ve entusiasmados para ayudarlo a jugar el Segundo Tiempo.
Porque: “El que se quemó con Macri ve a Mauricio y dispara”.
Para colmo, alguno hasta exagera. Sostiene que Mauricio quiso meterlo preso.
Resentimiento básico. Alguno lo espera. Promete venganza.
Lo importante es que a Macri, como buen celebrity, el fracaso fresco, no lo detiene. Al contrario. Le estimula la osadía literaria de volver.
Perón tardó 18 años. En tiempos de 5G, en menos de 15 meses El Ángel se lanza a la utopía.
El libro como instrumento. Lo intentó exitosamente La Doctora, mientras el Ángel desperdiciaba su gobierno.
Hoy quien edita es el Ángel, mientras La Doctora desperdicia escandalosamente el gobierno suyo.
La Doctora no alcanza a superar la verdad instalada (perfectamente falsa).
La prioridad para resolver sus problemas personales con la justicia.
Como si la suerte del peronismo dependiera de la mala hotelería. O del desastre extraordinario legado por el marido extinto.
Sin tomar distancia política del fenómeno heredado.
Sin siquiera tratar la manera recaudatoria de interpretar la política.
Mientras tanto, se confronta con ferocidad y se aguarda el indulto doblemente providencial.
El indulto que alivie las cuentas pendientes con la historia de La Doctora y el Ángel.