Los precios de los bonos soberanos en dólares están en los mínimos desde su fecha de emisión, en niveles promedio de US$ 33 por cada 100 nominales, a pesar de que las condiciones financieras internacionales serían favorables para la Argentina, una circunstancia que se explicaría por la incertidumbre sobre el programa económico del Gobierno, pero también por la baja liquidez, que conspira contra la aparición de compradores.
“Ante este escenario, los precios actuales están en niveles que pueden compararse con bonos non performing. Es decir, tendrían incorporado con una ponderación relativamente alta la posibilidad de que se vuelvan a reestructurar”, sostuvo la consultora Quantum, precisamente en momentos en que el ministro de Economía, Martín Guzmán se encuentra en Estados Unidos en contacto con inversores.
Ese contexto, la entidad consideró que ni siquiera el cierre del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sería “suficiente” para revertir la situación desfavorable, si se compara los rendimientos de la deuda argentina con las de otros países de América del Sur, que en ese sentido pudieron sobrellevar con menos problemas las adversidades que representa la pandemia de coronavirus.
“Hace siete meses, cuando se cerró el canje -exitoso si se lo mide por la magnitud de ahorro en servicios de la deuda de los próximos años- el precio que destrabó el acuerdo con los acreedores fue US$ 55 descontados al 10% anual, tasa que se suponía podía ser de mercado post canje”, recordó la entidad dirigida por el ex secretario de Finanzas, Daniel Marx.
Sin embargo, transcurridos siete meses “hoy el rendimiento promedio es 17,6%”, en un derrotero en el que “la tendencia fue siempre a la baja, aun en condiciones financieras internacionales muy favorables para Argentina”.
Las razones de esa mala performance, aún después de una reestructuración favorable, son sintetizadas por Quantum en la “confusión generalizada” por las dudas sobre el rumbo económico, la “extraordinaria baja liquidez” de los bonos y el “riesgo de crédito” en todos los países emergentes.
“Para los inversores la falta de definiciones aumenta el riesgo de que Argentina deba volver a reestructurar la deuda con los acreedores privados una vez transcurrido el período de gracia”, advirtió.
Asimismo, por las características de la reestructuración diseñada, en la que los principales vencimientos serán dentro de tres o cuatro años, “el mercado de deuda soberana argentina tiene una extraordinaria baja liquidez” y “los fondos que naturalmente demandarían deuda de mayor riesgo tendrían actualmente una posición técnica de sobre exposición a títulos argentinos”.
“Sin aparecer compradores, es difícil que los precios encuentren un piso”, explicó.
Por último, la categoría de mercados emergentes “fue particularmente golpeada durante la pandemia”, en especial en los países de América Latina.
Si bien hubo una “fuerte recuperación hacia fines de año”, esa mejora se dio con una “selectividad” marcada entre los diferentes países.
“Por citar un ejemplo, Ecuador, que reestructuró su deuda y acordó con el FMI el año pasado y actualmente enfrenta tensiones políticas, tiene un rendimiento de su deuda soberna a 10 años del 11%, contra el 19,7% actual de Argentina”, indicó Quantum.
Asimismo, la consultora advirtió que “a los precios actuales el bono GD30 tiene una probabilidad implícita de default del 86-94% al 2026”.
“La pregunta central es qué condiciones se deben cumplir para revertir este escenario negativo para los bonos”, planteó, para señalar que “posiblemente la respuesta se relacione con decisiones que tome el país para ir generando las condiciones que le permitan volver a acceder a los mercados internacionales de deuda”.
El autor interpreto que habla de los bonos emitidos en el 2020, por la nota, Ah, y si esperan las decisiones del cadete Guzmán, esperen tranquilos, la orden es reventar a los jueces.