"La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos,
hacer un diagnóstico falso y aplicar después un remedio equivocado".
Groucho Marx
Curiosa encrucijada le depara al pueblo argentino a la hora
de votar. Lamentablemente, desde hace ya unos años, el pueblo ha elegido mal, han
pasado gobiernos radicales, peronistas de "alianza" y todos han tenido la misma
calificación: insuficiente.
Habrá quienes enceguecidos por una ideología o pertenencia discutan que los
otros fueron peores, habrá quienes “compren” la muletilla de los opositores de
que hubo gobiernos que ni siquiera terminaron sus mandatos o que directamente
huyeron en helicóptero, pero débiles o fuertes, todos han fracasado.
Y para ello me voy a basar en lo que los políticos no dicen, ni los oficialistas
ni los de la oposición. Nos han mentido mentido en la cara, mintieron sobre la
Constitución y otros incluso sobre la Biblia.
Podríamos decir sin equivocarnos que no han de ser tan distintos unos de otros,
e incluso que hasta son muy buenos actores y oradores. Los tenemos más
capacitados, más temerarios y otros netamente políticos, pero ninguno sincero.
Nos han regalado frases inolvidables: “Con la democracia, se come, se educa…”;
“se terminó la fiesta”; “síganme, no los voy a defraudar”; “hay que dejar de
robar dos años”; “los depósitos se devolverán en la moneda pactada”; “estamos
saliendo del infierno.”
Hemos pasado por muchas situaciones difíciles los argentinos y, a diferencia de
otros países, no hemos aprendido mucho a la hora de volver a elegir a quienes
nos representan. Hasta nos conformamos con caricaturizar a los políticos, como
si esto realmente fuera para ellos un impedimento de seguir hundiéndonos en las
“mañas” que ellos mismos crean.
La historia de la humanidad nos enseña que el hombre es un buscador innato de
Poder, y por más que nos han querido enseñar que el ser egoísta es malo, el
hombre es un ser egoísta.
Pero seguramente ni el mismo Maquiavelo hubiera imaginado una clase política
como la nuestra.
Si existe algo que este gobierno actual tiene para destacar, son sus reflejos,
tal vez por eso de que “la mano es más rápida que la vista”, truco en el que se
valen los ilusionistas, este gobierno es el más alto exponente de la velocidad.
Tal vez, si no fuera por la tozudez que da el poder a quien lo ejerce, las cosas
hubieran sido muy diferentes, pero es lo que hay, un estructura de poder, basada
en la suma del mismo y a la vez en el “control” sobre las estructuras que hacen
ese poder.
Un sabio refrán anónimo dice que "todos los excesos son malos", y a pesar de lo
vulgar de la frase, muchos ignoran tan básico precepto.
Es decir, ir a máxima y sin frenos, puede desencadenar en algo muy distinto de
lo que uno espera, tal vez por el hecho de que la Argentina registra uno de los
más altos índices de accidentes viales, este gobierno se conduzca tan
imprudentemente.
Acelerando a fondo
Muchas veces se escucha al presidente hablar de los objetivos alcanzados y de
los que “pronto” se van a concretar. Se lo escucha decir también que la Justicia
no acompaña es velocidad en los cambios y les pide a los jueces más rapidez en
algunas de las causas sobre Derechos Humanos (solo los de la década del 70) y en
las que involucran al gobierno. Pero poco o nada se habla de acelerar otras
cuestiones dormidas en el Congreso o de reglamentar tratados internacionales que
no se cumplen por no estar reglamentados, es decir, han creado dos caminos, uno
la autopista de sus propios intereses y otra un camino de tierra sinuoso para
las necesidades generales.
Se gestiona y se gobierna para los medios, pero no para el pueblo.
Desde el comienzo de esta gestión, uno de los fantasmas reales era la crisis
energética. A pesar de ello, siempre se aseguró que todo estaba controlado, que
la energía estaba garantizada y en ese rumbo se hicieron importantes
inversiones, lamentablemente, los resultados no han acompañado, y digo
lamentablemente pensando en todos nosotros que en definitiva padecemos las
consecuencias de la inoperancia política.
Prometieron mejorar los servicios, y hasta buscaron como excusa el caso Aguas
Argentinas, pero la realidad es que los servicios que hoy tenemos son más que
deficientes. Problemas con la telefonía móvil, problemas con los cortes de luz,
problemas con Internet, problemas con el gas, con los combustibles, problemas
con los precios de los servicios (aumentos encubiertos e impuestos y recargos
nuevos).
La gente se siente “usada”, “maltratada”, “desamparada”, pero lo más grave, se
siente “descartada”.
Ante todo estos inconvenientes, los "entes" reguladores o de control, no han
hecho casi nada útil, y no justamente porque la calidad de sus empleados sea
inadecuada, sino por el hecho de que sus directorios suelen resolver incluso en
contra de las recomendaciones de sus propios técnicos.
El apuro por “sumar” poder, por “controlar”, por “encuadrar” a los funcionarios
dentro del “plan” oficial, ha generado que muchos organismos perdieran su
objetivo de creación y por ende su eficacia.
El principio constitucional de idoneidad en el cargo se ha visto subordinado a
la estrategia política del “puesto a dedo”. Por si fuera poco, a la falta de
idoneidad se produce un acaparamiento de empleos por parte de profesionales que
le quitan un espacio a otro que sí esta capacitado para ese puesto, es decir, en
un país donde el desempleo sigue siendo uno de los “karmas” de muchos
argentinos, se sobre emplea a quienes no saben lo que tienen que hacer y a otros
que directamente no se ocupan de sus puestos, y que en definitiva para cumplir
con lo mínimo se rodean de “asesores”.
Mencionaba los buenos reflejos y la velocidad de esta gestión y sobran ejemplos
de ello, por ejemplo, la intervención al INDEC, las desprolijidades que
devinieron de esto, el tema Skanska y la intervención al ENARGAS, la celeridad
del Consejo de la Magistratura en desestimar algunas denuncias y avanzar en
otras, con argumentos que se contradicen según el caso de estudio, pero que
siguen una coherente y sutil sumisión a los intereses del Ejecutivo que baja o
sube el pulgar. Incluso podemos tomar como ejemplo el tema ferrocarriles, que
en una rápida operación se intentó hacernos creer que el gobierno nos cuida en
cómo viajamos, pero curiosamente otorga la concesión a otro grupo cuestionado
por similares falencias y en el colmo de la rapidez, crea no uno, sino dos
organismos de control, obviamente bajo la órbita del Ministerio de Planificación
Federal que preside Julio de Vido, a quien también rápidamente se ordenó “cuidar” de
la exposición a la que viene siendo sometido por muchas acciones poco claras o
“negras”.
Aceleraron cuando le dieron a Daniel Filmus la proclama de aumento a todos los docentes
y poco les importo si esto se "llevaba puesto" a alguien por delante, ellos
aceleran y aceleran con vistas a las elecciones presidenciales.
Conclusiones
Falta mucho por hacer, seguimos con altos índices de inseguridad, seguimos con
aumentos en los alimentos a diario, incluso el absurdo de que un kilo de lomo de
exportación hoy se cobre a $52, en un país que siempre se jactó de ser rico en
ganado y cereales, con declaraciones aún más absurdas como las de la Ministra de
Economía que justifico el aumento en algunos cortes al asegurar que los
controles sólo son para los cortes “populares” esos que ellos deberían consumir
a modo de ejemplo.
Es decir, es como si yo le diera mi dinero a alguien para que lo administre y me
represente, y este, rodeado de confort y vicios, me recomendara "austeridad". Tal
vez esta gente olvido que nos representa y que esos millones que administran le
pertenecen al pueblo.
Sin dudas este es un gobierno veloz, tan o más que los precios, a pesar de que
nos sigan diciendo que todo está bajo control.
Esperemos que no se terminen estrellando o que no tengamos que sumar a nuestra
historia política un "Ejecutivo" que se dio a la fuga.
Marcelo Hawrylciw
Editor El sindical