Como si le hiciera un nuevo “corte de manga” a los
procesos de licitaciones, a la transparencia que deben tener todos los actos de
gobierno y, en especial, a los pobladores de las zonas afectadas, el presidente
Néstor Kirchner acaba de impulsar la puesta en marcha de un nuevo proyecto
minero en su provincia natal, Santa Cruz, el cual, como tantos otros que están
invadiendo distintas zonas del país, utilizará el sistema de producción
denominado “a cielo abierto”, en este caso combinado con el trabajo
subterráneo.
Es decir que, como señalamos en su momento en otras
notas referidas al avance de las multinacionales mineras en el territorio
nacional con la complicidad del gobierno central y los provinciales
involucrados, esos trabajos de explotación incluirán, además de la destrucción
de la vasta zona de influencia de la mina gracias al dinamitado de cerros y la
abusiva utilización de millones de litros de agua de los alrededores,
restándosela a los productores agrarios y a la flora y fauna de la región, el
envenenamiento de la misma a través del aire, los cursos de agua y las napas
subterráneas por la utilización de cianuro y otros productos altamente tóxicos
para separar de la roca los metales ávidamente buscados por esas empresas.
En este caso se termina de llevar a cabo en Santa
Cruz la inauguración de San José-Huevos Verdes, el nuevo proyecto que se suma a
los varios ya iniciados en esa provincia, acto que contó con la presencia del
secretario de Minería de la Nación, el ingeniero Jorge Mayoral, alguien muy bien
ubicado por el gobierno en un lugar desde el que facilita y allana el camino a
toda multinacional minera que se abalanza sobre la Argentina y que tiene, él
mismo, intereses en algunas explotaciones mineras.
El emprendimiento recién inaugurado se encuentra
ubicado al noroeste de la provincia, a unos 70 kilómetros de la localidad de
Perito Moreno, y es operado por la empresa Minera Santa Cruz, nombre nacional
que en realidad reúne a dos compañías extranjeras, la peruana Mauricio Hoscshild
-una de las mineras privadas más importantes de su país que ya participa en
otras explotaciones en la provincia- y la canadiense Minera Andes S.A.,
iniciándose su construcción el año anterior.
Para ver la dimensión en que se mueven estas empresas
cuando inician su depredación en el país, baste señalar que sólo en la primera
etapa de la construcción de San José-Huevos Verdes se invirtieron 360 millones
de pesos, y los trabajos incluyeron casi diez kilómetros de galería subterránea,
instalaciones de superficie, una planta de tratamiento de minerales, un hotel
para 400 personas, una clínica de primeros auxilios, un comedor y un gimnasio
para recreación del personal, entre otras obras civiles que se irán sumando
mientras avanza el proyecto.
Dicho sea de paso, ese personal se encuentra tan
ocupado en el tiempo que les lleva vaciar la mina del oro y la plata allí
enterrados, que difícilmente salen o se trasladan hacia alguna ciudad más o
menos accesible. Como se dijo, la más cercana es Perito Moreno y ésta se
encuentra a unos 70 kilómetros del lugar. De allí que para acercarles otro tipo
de “recreación” se acude a algo que jamás se menciona en el rubro
“inversiones”: la provisión de, por llamarlo de alguna manera, “trabajadoras de
la calle”, algunas con la debida experiencia en el tema pero también otras que
forman parte de la lamentable legión de chicas, algunas menores de edad, que tan
a menudo desaparecen en varios puntos del país engañadas con la promesa de un
buen trabajo o directamente secuestradas. Una cuestión de la que nadie habla,
nadie se ocupa y, más aún, que cuenta con la complicidad y el encubrimiento de
toda una cadena de poderes, desde políticos hasta funcionarios judiciales y
policiales. De hecho, la región carbonífera de Río Turbio, las zonas de
explotación minera y los puertos son en Santa Cruz unos de los principales
destinos de esas mujeres prostituidas aún a pesar suyo que son traídas desde
puntos tan distantes como Misiones y algunas provincias del noroeste argentino.
Todo parece válido cuando la avalancha de
multinacionales mineras –con sus fabulosos recursos económicos- hacen tintinear
frente a los ojos y oídos de los que se desenvuelven en esas cadenas de poder
las bolsas que contienen las 30 monedas para los Judas de turno.
Reacciones
En circulares enviadas a través de Internet, la
Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Perito Moreno acaba de referirse a este
tema que está poniendo seriamente a prueba su paciencia. Señala por ejemplo, en
relación a la llegada del secretario de Minería y otras autoridades para
inaugurar la mina de San José-Huevos Verdes, que “llegaron de madrugada, cual
adolescente que reconoce su falta entrando a la casa de sus padres por la
ventana, y de la misma manera arribaron al aeropuerto local donde los aguardaba
el helicóptero que los trasladaría a la mina”. Aluden también a que “el
día anterior el reconocido cómico Hugo Varela hizo una presentación en nuestra
localidad, Perito Moreno, con entrada libre y gratuita, auspiciado por Minera
Santa Cruz. ¿Pan y circo para el pueblo?”.
Otro ejemplo en este caso de que la compañía minera
no repara en gastos para brindarles a los pobladores ese “pan y circo”,
intentando dulcificar sus voluntades sabiendo que están absolutamente en contra
de ese proyecto. El humorista Hugo Varela tiene una buena trayectoria en el
mundo del espectáculo, además de ser bastante cotizado, y la “entrada libre y
gratuita” a su actuación en Perito Moreno representó seguramente un importante
desembolso para la empresa, entre traerlo desde Buenos Aires, pagarle su show y
volver a enviarlo de regreso. Pero como es sabido, el fin justifica los medios.
Los vecinos autoconvocados denuncian a la vez que
entre los invitados especiales a la inauguración de la mina figuraban
representantes de los medios de comunicación locales, la mayoría de los cuales
cuentan también, “casualmente”, con auspicios de la compañía minera.
Por último, denuncian que la misma inicia la
explotación de una mina de oro y plata procesando los minerales a través del
lixiviado con cianuro “pese a haberse detectado errores en el informe de
impacto ambiental autorizado por la autoridad provincial pertinente, errores que
fueron reconocidos por la empresa pero considerados ‘menores’, y así el negocio
sigue en marcha”.
Esto es lo que está sucediendo en la provincia del
presidente. Situaciones generadas por sus decisiones de favorecer a las
multinacionales –muy probablemente con las debidas “contraprestaciones” a su
favor- ignorando totalmente los intereses y la calidad de vida de los
santacruceños.
Precisamente al cierre de esta nota tomábamos
conocimiento, a través de la agencia OPI Santa Cruz, de un nuevo “cacerolazo”
multitudinario en Río Gallegos y poblaciones del interior de la provincia, como
repudio a otra de sus decisiones inconsultas: la firma de acuerdos con inusitado
apuro, de índole desconocida para la mayoría y sin licitación pública mediante,
con la petrolera Pan American Energy. Al mismo tiempo, en la Legislatura
provincial se producía un hecho insólito, nunca ocurrido en su administración:
el retiro del recinto, quitando quórum, de nada menos que siete diputados del
propio partido gobernante además de algunos de la oposición radical, quienes
prepararon un proyecto para que el 9 de septiembre próximo se lleve a cabo una
consulta pública respecto de este tema.
Evidentemente no todas son rosas últimamente en el
jardín presidencial. Por el contrario, cada vez abundan más las malezas y las
matas espinosas. Algo que el hombre que vino del frío intentará desesperadamente
quitar antes de que llegue la temporada primaveral de octubre.
Una primavera que, a la luz de las reacciones de la
gente, de los fracasos electorales en constante aumento y de los resultados de
algunos índices de imagen de ambos “pingüinos”, bien puede revertírsele en el
más crudo invierno. Y condenarlo, quizás, a un eterno retorno al frío de donde
vino.
Carlos Machado