Hay momentos en los cuales los habitantes de
Debemos saber, para
comprender mejor la situación, que
Solamente con lo mencionado alcanza para sostener que no se trató de una
equivocación, por más que la ministro Miceli
diga ahora: “Se ha montado todo un engranaje a partir de una cosa que era
absolutamente normal, personal...”, “Y si se quiere, eso puede ser llamado
inexperiencia…” (sic). ¡Inexperiencia! ¿Quién
lo puede creer con esos antecedentes?
¿Apareció el
“prestamista” de la ministro? Sí, claro. ¿O alguien podría haberlo
dudado? No, por supuesto que iba a aparecer. Y que mejor que sea un hermano
caritativo que entrega dólares y billetes de pesos argentinos termosellados
por el Banco Central de
Preparación
profesional y experiencia no le faltan a la ministro Miceli.
Antecedentes menos. Actividad en la función pública tampoco. Pero pareciera
que le faltan otras cualidades para desempañarse como funcionario público.
La “ocupada”
ministro Miceli no ha tenido tiempo de depositar en
sus cuentas bancarias personales los supuestos 100.000 pesos en efectivo
encontrados en el “baño”, aunque ahora dice: “Pensaba justamente
llevarla al banco…”, “El lunes 4 lo traje para llevarlo al Banco Nación
donde tengo una cuenta para depositar la plata en efectivo…”, “Esa era mi
idea, pero no lo pude hacer porque tuve un día agitado…”, “Pero para no
estar con la plata encima…” (sic).
Tampoco sabemos al día de hoy si ya lo ha depositado porque nada declara mediáticamente
al respecto, como tampoco si abrió la caja de seguridad bancaria.
Parece que nuestros
conocimientos son más buenos comparados con los de la ministro Miceli
-tan experimentada en temas de bancarios, como corresponde a un miembro del funcionariato
en bancos oficiales y públicos-. Ella olvidó o al menos no lo consideró (en
el momento de tener el dinero en su poder y tampoco en sus contestaciones al
diseñado a medida reportaje periodístico “pseudoficial”)
que los depósitos bancarios no requieren ser efectuados por el titular de las
cuentas bancarias. O sea, podría haber encomendado esa función a cualquier
persona de su confianza… por ejemplo a su concubino. Pero claro, no lo hizo o
se olvidó de hacerlo y el dinero se mantenía contante
y sonante en el “baño” a la espera de... (La justicia deberá completar
esta frase).
La
“ocupada” ministro Miceli no ha tenido
tiempo de presentar su declaración jurada ante la Oficina Anticorrupción
-dependiente nada menos que del Ministerio de Justicia-. O sea que sus datos
patrimoniales y públicos obligatorios que se tienen hoy disponibles datan de
hace un año y medio atrás. La ministro Miceli
deberá dar explicaciones sobre la complejidad de su declaración jurada, que
requiere de la asistencia de otros profesionales de Ciencias Económicas (“Le
pedí también a mi contadora que haga todo lo posible para que la semana que
viene la pueda presentar…”, “Le estoy pidiendo a mi contadora, porque esto
va a aclarar hasta el 31 de diciembre del 2006, que incluya esto aunque no
corresponda, porque yo lo tengo que presentar a mediados del
Parece que la
ministro Miceli nos está haciendo un chiste -por no
decir que nos está mintiendo-. Además lo grave del asunto es que tiene la
intención de realizar un declaración jurada
mentirosa y fraudulenta, porque pretende adelantar hechos e ingresos
patrimoniales a su declaración con total premeditación sabiendo que eso no se
ajusta a la realidad temporal. Para que quede claro, dice que va a mentir. Ahora
nos dice que va a declarar que al 31 de diciembre de 2006 tenía lo que no tenía.
Es algo así como jurar en una declaración una cosa mientras que el
“hermano” tuvo necesariamente que haber declarado otra cosa a esa misma
fecha. También, que existirá una inconsistencia entre lo que declarará y
su presentación anterior ante
Ante estos hechos de
no “poder” (querer) depositar y de “aclarar e incluir”
(falsear) en sus declaraciones juradas públicas, por analizar dos de los
tantos otros que podríamos mencionar para comprender que la ministro está
falseando a la verdad y a la realidad de la cuestión. Ella fue descubierta y es
por ello que debemos esperar una pronta investigación judicial, con la
correspondiente resolución sin demora en la justicia. Porque sabemos que dentro
de tres meses hay elecciones nacionales y entonces…
Mientras tanto también
debemos exigir que sean los legisladores de
Pero mientras todo
esto va sucediendo para el Gobierno Nacional todo sigue igual como si nada
hubiese ocurrido, aunque públicamente estamos todos enterados desde hace 15 días
por haber sido correctamente publicado y denunciado por el semanario Perfil con
lujo de detalles. Para la ministro Miceli todo se
reduce a que el Presidente de
Quiere decir entonces
que cuando un funcionario público comete actos que ponen en duda sus deberes,
cuando no se someten a la justicia cuestiones que rozan -cuanto menos-
incumplimientos públicos, cuando el Ministerio Público -fiscales- se hace el
distraído, cuando se han emitido comunicados oficiales que han mentido sobre la
cuestión, cuando se han utilizado edificios y bienes públicos para guardar
dineros injustificados, etc. nada pasa en este país. Claro esta, más allá que
desde el autoritarismo reinante se hagan “apoyaturas” y manifestaciones de
“cariño”. ¿Estarán menospreciando a la inteligencia humana?
Es una vergüenza
ajena esta forma institucional de mentirnos.
Nos da una pauta más
sobre la forma en que la corrupción está presente en los actos ilegales del funcionariato.
Porque una cosa es saber que roban y delinquen por doquier, pero otra es que
ante hechos como estos no presenten siquiera la dignidad de reconocerlos y
actuar en consecuencia.
Porque a
Creo que ya existe,
desgraciadamente, demasiada delincuencia en nuestras calles y barrios como para
que nos mantengamos inertes cuando estos personajes siguen sentados en los
sitiales de
¿Alguien hará algo?
Espero sinceramente que sea la justicia argentina. Porque sino más temprano que
tarde seremos nosotros, el pueblo, los que hagamos lo que debemos hacer.
Echarlos sin más, sin miramientos y abrir las puertas de las cárceles para que
paguen a la sociedad por todo aquello que día a día nos han ido negando, por
sus corrupciones y extralimitaciones públicas y por todo aquello que va
prohibiendo e hipotecando el bienestar de las próximas generaciones.
Un día como hoy hace
191 años los diputados de las Provincias Unidas en Sud
América, en un Congreso General, juraron la independencia de España y de toda
otra dominación extranjera. Entonces ahora: ¿Cómo no podemos nosotros
declarar la independencia de toda la corrupción política que nos domina? ¿Cómo
no podemos recuperar todos los derechos de los que hemos sido despojados?
Podemos y debemos
hacerlo para que nuestra Argentina sea lo que puede y merece ser y no lo que
unos cuantos personajes quiera que sea para su propio beneficio personal y de la
“clase” a la que representan.
Hugo
Alberto de Pedro