“Todo bien, pasillo”. El día parecía tranquilo. Desde las alturas de los edificios del barrio Padre Mugica los satélites de “Dumbo” informaban los movimientos al resto de la banda con la voz atravesada por el rasposo sonido de los handies. Pero, en un segundo, todo cambia: “Viene la Partner blanca”, se escucha la advertencia aún serena de uno de los miembros de la organización que gobierna Villa Lugano. “Me parece que es es la brigada”, se alarma. Después siguen gritos de desesperación y una indicación clave dirigida a los vendedores: “¡Fuera, fuera, fuera!”.
Poco después, casi susurrando, el hombre da una última orden: “Están en el pasillo, no salgan”. El audio, al que tuvo acceso TN.com.ar, revela el sistema de vigilancia de la organización que genera $2.500.000 por día con la venta de droga al menudeo, en un sitio estratégico (a metros de la General Paz) y que contó, durante dos años, con total impunidad.
Una de las características de la estructura criminal que más alarma a los investigadores es el uso de chicos que colaboran con las actividades narco como “marcadores”. Imágenes capturadas por vecinos muestran al líder dándoles dinero a dos nenas que cumplirían esa función, incluso, la imagen que publica TN.com.ar es una escena que resultaba habitual, indicaron fuentes del caso.
“Dumbo” es Raúl Martín Maylli Rivera, un incipiente jefe narco que creció, en los últimos dos años, a ritmo acelerado de la mano de ajustes de cuentas, venganzas familiares y la inexplicable pasividad de los actores judiciales.
“Nadie advirtió la magnitud del problema hasta que lo vieron por televisión”, dicen fuentes del caso sobre el avance narco que la PFA venía alertando a través de pedidos de allanamientos que la Justicia porteña no concedió, luego de que fiscales y jueces se desentendieran en Comodoro Py.
En tanto, el narco se exhibía con armas frente a menores y se sentía tan cómodo que era habitual verlo salir de su casa envuelto en una toalla, que se sacaba en un gesto lleno de sorna para mostrase desnudo ante los habitantes del barrio que aún domina.
La causa tomó impulso en el juzgado federal de Julián Ercolini, tras la difusión de un intenso tiroteo en el barrio. Intervienen en la investigación la fiscal Alejandra Mangano y la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), a cargo de Diego Iglesias. Lo buscan todas las fuerzas de seguridad. Las numerosas propiedades que se le adjudican, a través de testaferros, en diferentes puntos del conurbano están siendo allanadas.
El caso, sin embargo, genera roces entre funcionarios más aún con el rechazo del pedido de inhibitoria por parte de la Justicia Ciudad. Por lo pronto, el fuero federal negó la eximición de prisión que presentó su abogada.
En las últimas horas se conoció, además, que el 18 de julio de 2013 se lo condenó a 22 de prisión por resultar coautor de los delitos de homicidio, privación ilegítima de la libertad agravada, lesiones leves y amenazas agravadas por el empleo de armas. La condena impuesta vencerá el 14 de julio de 2022.
Exhibicionismo y poder narco
No son pocas las imágenes que muestran al narco recorrer el barrio con un arma en la cintura o apuñándola. El motivo de tal demostración de poder está ligada a una personalidad arrogante alimentada por la velocidad de su escalada en Piedra Buena (la zona que componen los barrios Padre Mugica y Bermejo), donde vislumbró tierra fértil para el negocio y plantó en bandera en esa “cancha” con soldados y métodos ajenos.
Aunque Maylli Rivera no hizo más que imitar el estilo que impuso Marco Antonio Gonzáles Estrada en la 1-11-14, del Bajo Flores, nadie duda de su inteligencia. “Demostró ser todo un jugador”, remarcan investigadores que lo buscan desde el tiroteo que sacó del anonimato popular al narco peruano.
El líder de la banda que controla Villa Lugano es hijo de Anatalio Maylli Flores y sobrino de Marco Antonio “Cachanga” Flores, dos históricos laderos del capo peruano. Por el lazo sanguíneo, Dumbo consiguió una posición de privilegio en el esquema: era el encargado de los cuatro puntos de venta en el turno de 28 días de Fernando “Pity” Gonzáles Estrada, el hermano de “Marcos” prófugo desde 2010.
La pandemia por coronavirus le ofreció a Dumbo una oportunidad que lo puso en ventaja ante sus competidores del Bajo Flores. Durante la Fase 1 de la cuarentena, Gendarmería sitió la 1-11-14 y nadie podía ingresar sin exhibir DNI y demostrar que vivía en el barrio. Por ende, muchos consumidores se quedaban afuera.
Y ahí estaban los hombres del nuevo jerarca de la droga invitando a los rechazados al barrio lindero, libre de controles. El boca a boca no tardó en impulsar la novedad.
El dinero lo hizo poderoso. Dumbo adquirió en su totalidad las fases 2 y 3 (de la platea 11) del Padre Mugica. Son, en total, 40 unidades a su merced. Además, se apropió de las casas del “pasillo del pato”, un reducto del Bermejo, habitado por un ganso de gran tamaño.
Aunque los detectives que trabajan en el caso tienen identificados a unos 20 miembros de la organización, estiman que estaría integrada por entre 40 y 50 personas.
Están tras los pasos del narco, la Policía de la Ciudad, la Bonaerense y las fuerzas federales. Entre ellos, detectives de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la PFA que lograron encerrar a Marcos.
Creen que, a diferencia de sus antiguos jefes, no puede darse el lujo de salir del país o caer preso por una simple razón: si lo hace, puede perder el territorio tan rápido como lo ganó.
Por el momento, efectivo le sobra para continuar el negocio en guaridas de lujo como la casa de Martínez que fue allanada. En la propiedad, la policía encontró consolas, televisores, dos ciclomotores y hasta una habitación exclusiva para sus perros. Incluso, ropa nueva, con la etiqueta todavía puesta.
Su mayor ambición, un homicidio fallido y la vendetta de los hermanos Estrada González
Fuentes de la investigación calculan que la banda de Dumbo está conformada, en un 70%, por exmiembros de la estructura de “Pity”. ¿Cómo hizo para arrebatarle la mano de obra al poderoso narco? “Les dan comida, casa y les pagan más”, detallaron. La personalidad de Maylli Rivera también es parte del paquete: es temeroso, algo excéntrico y le gusta exhibir su poder. También es ambicioso. Su mayor objetivo es dominar la 1-11-14.
Su plan quedó trunco por el momento. Sus principales lugartenientes fueron detenidos desde el tiroteo. El último arresto fue el de “Sonrisa”, el alias de Arturo Andia Ormeño, que cometió el error de esconderse, junto a su mujer, en un barrio donde su jefe ya no es bienvenido. Dicen que el segundo de Dumbo hizo pedazos su celular y se tragó el chip antes de que los agentes de la PFA se le abalanzaran.
Antes, habían sido apresados Bruno Casanova Chambergo y Renzo “Puñete” Alexis Saval Soria, tercero y cuarto al mando.
Los tres hombres solían trabajar para Pity, pero tal vez sea la traición más dolorosa el caso de “Bruno”, pareja de su hija Johana Reyes. El ahora aliado de Dumbo era una de las personas de mayor confianza del grupo que domina el Bajo Flores pero sospechó que su suegro quiso entregarlo y debió escaparse de Perú. Se refugió en Piedra Buena, donde se unió al nuevo jefe.
Antes de abrirse, Dumbo planeó, en complicidad con los jefes de Pity, asesinar a Robert Wilmer De la Cruz Aredo, más conocido como “Mascarita”, el brazo armado de Marcos, debilitado por su actual estadía en la cárcel y la merma en las ventas por las restricciones.
El 20 de diciembre de 2020, Mascarita fue sorprendido en un bar/pool de la villa. Los siete tiros que lo impactaron no lograron matarlo y el fallido atentado no hizo más que alertar al capo. Dumbo, entonces, se cambió de bando y le ofreció su ayuda a Marcos frente a la traición fraternal.
Como respuesta al atentado, Eddi Martel Valverde, alias “El Loco Eddi” y Manuel “Cau Cau” Armando Ortega Huanci fueron asesinados en enero, a pocos metros de un puesto de Gendarmería, en la zona de las calles Riestra y Bonorino. En el ataque murió Luis Ernesto Velasco Mercado, un panadero que no tenía ningún vínculo con los narcos.
Con todo, ninguno de los dos hermanos pudo frenar la escalada de su exladero. Tras los crímenes, Pity buscó venganza, pero terminó pidiéndole participación en el “kiosco” de Padre Mugica.
Ahora, ambos esperan que caiga preso. En las cárceles de Devoto y Marcos Paz, donde están recluidos sus hombres, ya recibieron instrucciones para recibir a Dumbo.
Lo sacan a este y viene otro que no tenga tanto "ruido" como exhibicionista y listo. Todo se transforma, nada se pierde y menos en este negocio multimillonario. ¿Se imaginan 2, 5 "palos" por día a repartir, quién se resiste? y si lo haces, te sacan o te limpian y viene otro. Todas las Fuerzas de Seguridad y Policiales estan infiltradas y ni hablar del "poder judicial", sino miren la gran vida de lujos que se dan y se ahí para arriba a bancar campañas y comprar voluntades.