La poesía siempre será más importante
que los poetas y perdurará la palabra sobre sus cenizas y equivocaciones
humanas. Pablo Neruda, que aún no cumple cien años de edad, sigue
siendo discutido por sus pares, generaciones nuevas, propios y extraños. Esa es
la gracia de un gran poeta. Durante medio siglo, el vate de Isla Negra,
contaminó la poesía chilena y castellana. Un tiempo que no es poca cosa en
cualquier calendario. Construyó una obra con la materia de sus palabras, sin
parar, y sigue siendo motivo de críticas, aceptación, rechazo, en fin, el menú
variado de toda poesía que importa.
Esta vez le tocó a Gonzalo Rojas, poeta chileno que ha
elogiado en no pocas ocasiones al autor de Residencia en la Tierra, y con razón.
La prensa está, al parecer, para recoger estos datos ácidos
sobre la poética nerudiana, siempre en un contexto reducido, mezquino,
absolutamente circunstancial, que le resta brillo al detractor de turno.
La poesía de Gonzalo Rojas es distinta, para fortuna
de la poesía chilena, ala de Pablo Neruda, en el contexto, sí, de la gran
tradición de la poética chilena,
como él ha reconocido en justicia, en ocasiones. La mayor crítica a Neruda es
que escribió demasiado, no detuvo la mano el poeta ante la página en blanco y
derramó poesía. Poeta torrencial, de cascada, Neruda, dejó una obra
monumental, y algunos creen que es demasiado para la vida de un poeta en la
tierra.
Gonzalo no es malo, pero escribe poquito, había dicho Neruda
de Rojas. Y lo cierto es que, el poeta de esa generación nueva que venía con
fuerza era Gonzalo Rojas, pero de pronto desapareció
y se coló por los palos Nicanor Parra y su antipoesía. Eso es historia
y verdadera. Tan perdido no andaba Neruda.
Rojas en su descaro dijo, Neruda es un verdadero genio, pero
escribe demasiadito. Neruda ya había escritos sus 20 poemas, Residencias,
Tentativa del hombre infinito, y no
pararía desde sus 19 años en ediciones sucesivas como sacadas de un gran
sombrero lleno de conejos.
Los clásicos, como Neruda, sufren de todas estas críticas,
del mal gusto de sus lectores, de la tontería de una prensa no especializada,
chismosa, que no hace buenas notas con antecedentes, y menos ilustra con poesía.
Usan el espacio de la manera más canalla posible, fuera de contexto, con
pobreza franciscana. No atinan a enseñarle a las nuevas generaciones quien fue
Neruda y quien es Rojas, uno de nuestros grandes poetas en otra cuerda, en el
amor y contra la muerte.
Cuando me muera, me publicarán hasta los calcetines, dijo
Neruda, y eso va para todos, sin excepción. Muchas notas intrascendentes sobre
el autor de Canto General y Odas elementales. Ojalá que para sus cien años la
prensa tome con responsabilidad la obra nerudiana, con enfoques frescos, no
manidos, ni banales, como suele
ocurrir y los detractores de Neruda, sean también más lúcidos
y no repitan su viejo repertorio.
El autor más recreado por el cine es el poeta y dramaturgo
inglés, William Shakespeare. Eso no está mal. Es una buena tradición después
de 400 años. Es bueno para la poesía, la literatura, el arte, la Gran Bretaña.
por eso no le temo a que se hable de poetas, escriba, reconozca su obra, se
utilicen diversas metodologías para expandir su obra, hacerla más popular.
Neruda es víctima de su fama e
indudable calidad de poeta popular. Se seguirá hablando de él y de su obra.
Murió solo hace 30 años. El 2004 cumplirá 100 años. Poeta joven en la
tradición universal de la poesía. Esperamos que Parra y Rojas, dos de los más
grandes poetas vivos de Chile y del habla castellana, rindan un homenaje de
poetas al vate de Isla Negra.
En el árbol de la poesía verdadera, hay espacio para todos,
poetas..escribid, sólo escribid, amigos míos.
Rolando Gabrielli