La visita que por estas horas ha iniciado la flamante candidata a ocupar el trono del oficialismo mediante las elecciones de octubre próximo, Cristina Fernández de Kirchner, comenzará con algunos problemas que ésta acarrea en su maleta, muy a pesar suyo.
    En primer lugar, la familia real y las autoridades del gobierno que encabeza José Luis Rodríguez Zapatero tienen frescas en sus retinas las postales recibidas desde la provincia de Santa Cruz -otrora plácido feudo de la familia presidencial y desde hace cuatro meses convertida para ellos en una inhóspita islita-, con el ataque e incendio a varias empresas pesqueras de capitales hispánicos por parte de obreros del sector nucleados en el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU).
    Como ha trascendido en los medios, esta violenta protesta se desarrolló en la localidad de Puerto Deseado y en medio de la visita que el matrimonio Kirchner se atrevió a hacer a Puerto Santa Cruz, distante varios kilómetros de aquel lugar y mucho más lejos de su casa particular de la capital, Río Gallegos, y de la mansión de descanso en el turístico El Calafate, residencias vacías aunque fuertemente custodiadas por varios elementos de la Gendarmería.
    Es que estas fuerzas de seguridad se han abocado hoy, por directivas expresas del ministro del Interior e Inseguridad, Aníbal Fernández, a cuidar los bienes particulares de los Kirchner habida cuenta del “mar de fondo” imperante entre la población y los gremios de esa provincia, que suelen realizar frecuentes marchas y cacerolazos de protesta que muchas veces desembocan sobre aquellas residencias.
    Pero no es ésa la única mancha en las cartas de presentación de Cristina ante sus anfitriones españoles. A pocos días de la Junta de Accionistas que Aerolíneas Argentinas llevará a cabo este 25 de julio, los dos sindicatos de la compañía aérea están pidiendo al gobierno de Néstor Kirchner que no apuebe las cuentas presentadas por el Grupo Marsans. Ambos sindicatos, APLA (Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas) y APTA (Asociación del Personal Técnico Aeronáutico), han levantado sus puños y voces contra la previsible aprobación del Balance 2006 por parte del gobierno, tanto en su calidad de accionista como de regulador de la actividad económica.
    Como anticipáramos en una reciente nota titulada “Estados alterados-Curiosos números en el balance de Aerolíneas”, los citados sindicatos ya dejaron claro que, en su opinión, el presidente de la patronal CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales), Gerardo Díaz Ferrán, en complicidad con Gonzalo Pascual, ambos socios del Grupo Marsans, propietario de Aerolíneas, “han vaciado la compañía y se han aprovechado de los subsidios del gobierno argentino además del monopolio, especialmente en el segmento de cabotaje, de la compañía en el país”. Así lo han expresado en un comunicado conjunto que acaban de hacer público (Ver al pie de esta nota).
    Por otra parte, en el Juzgado 35 de Madrid ambos empresarios españoles, Díaz Ferrán y Pascual, están imputados por malversación de fondos públicos en perjuicio del erario español, falsedad documental y delito fiscal, como también señalamos en aquella nota. 
    El caso es que la Junta de Accionistas de Aerolíneas coincide con la visita a España de Cristina Fernández de Kirchner, la candidata presidencial con ciertas posibilidades de establecer en la Argentina una especie de “Dinastía Kirchner”. Y curiosamente, la primera dama será presentada en sociedad  nada menos que por… Gerardo Díaz Ferrán.


Con mucha PRISA

    A último momento tomamos conocimiento de un dato que seguramente va a mover la estantería de varios medios que conforman la llamada “gran prensa”, en especial de los que constituyen multimedios en los que convergen diarios, revistas, radios y televisión. La muerte, en las últimas horas, del zar español de la comunicación, Jesús Polanco, ha abierto un canal para que su complejo informativo llegue a la Argentina.
    Polanco, fundador del Grupo PRISA (Promotora de Informaciones Sociedad Anónima) –que tiene como estandarte al diario “El País”- y de la Editorial Santillana, y que en 1985 constituyera la Cadena SER (Sociedad Española de Radiodifusión), comprando una radiodifusora que funcionaba desde 1940 y cuya presencia era hasta entonces bastante anodina, elevándola hasta su máximo nivel, tenía una obsesión nunca ocultada: llegar a nuestro país con sus negocios de radio y televisión, aprovechando el mandato de Kirchner. Así se lo habría asegurado su amigo, el ex presidente socialista Felipe González.
    Sin embargo, Polanco nunca pudo cumplir con esa ambición, a pesar de haberse entrevistado con Kirchner en la primera visita de éste a España. Se dice que mientras el grupo PRISA crecía en el resto de América Latina y en Estados Unidos, aquí hubo concesiones exigidas por el gobierno kirchnerista que Polanco no estaba dispuesto a hacer, y que sí hacía el Grupo Clarín, firme opositor en su momento al ingreso de PRISA a la Argentina.
    El caso es que la muerte de Polanco parece haber allanado el camino para el desembarco del grupo multimedios español en Buenos Aires. Quien tiene precisamente a su cargo el manejo de todo lo que sea negocios y tratativas con la Argentina es la hija del difunto, Isabel, quien, según afirman nuestras fuentes, ya liberada para tomar ella las decisiones hará todo lo posible por “colgarse” del brazo de Cristina Kirchner. Algo que a la vez sería recíproco, dándose lugar a un intercambio de promesas y compromisos durante las horas que la ahora candidata presidencial estará en España, a lo cual la hija de Polanco respondería, con sumo agrado, con aceptaciones y un gran desarrollo de “servicios” para el matrimonio Kirchner.
    Por otra parte, en nuestra otra nota publicada con el título “Alianza Cristina-Clarín y ministros bajo la lupa”, hacíamos referencia a las prebendas que la candidata oficialista está dispuesta a hacer al Grupo Clarín con el fin de que éste le brinde el apoyo necesario para fortalecer su candidatura y afianzar su acceso a la presidencia. Entre ellas figuran, entre otras: la aprobación para que finalmente se fusionen Multicanal y Cablevisión; la aplicación de la norma de Estados Unidos para la TV digital; la prohibición de que Telefónica y Telecom ingresen a la TV por teléfono –algo en lo que hace horas ya comenzó a ocuparse el servil interventor del COMFER, Julio Bárbaro-; y la adjudicación al Grupo Clarín de la confección de los DNI, que serían impresos en su planta de Artes Gráficas Rioplatense. Logros que harían que el grupo dirigido por Héctor Magnetto ya no viera con malos ojos la llegada de su competidor español al país.
    Con la concreción de estos acuerdos, sumada a la posible concesión para que el Grupo PRISA entre finalmente en la Argentina, la ambición de los Kirchner se vería de tal manera coronada con el éxito, habida cuenta de los “favores” del formidable poder informático del que se harían acreedores.
    Podría decirse, de concretarse esta información, que Cristina Fernández de Kirchner, de no aparecer algún milagro que se le cruce en el camino, ya ha ganado las elecciones.

Carlos Machado