Como ocurriera con la candidata al trono presidencial
en su reciente visita a España, tampoco la prensa de México ha sido demasiado
receptiva en cuanto a la presencia del matrimonio Kirchner en el país azteca.
Los únicos esfuerzos en tal sentido los han realizado, como siempre, la oficial
agencia Télam, el oficial Canal 7 y el paraestatal engendro Telesur, este último
a través de la “generosa” media hora que le brinda la teleemisora del Estado a
la 1 de la mañana, en un híbrido noticiero conducido por un locutor venezolano
desde Caracas y uno argentino desde Buenos Aires.
Es muy poco lo que reflejaron los principales diarios
mexicanos de esta visita presidencial, y no fueron precisamente halagos.
Por ejemplo El Informador, bajo el título “Desprecian a Kirchner como intermediario de Venezuela”, hizo hincapié
en el quijotesco pedido de Néstor Kirchner al mandatario Felipe Calderón, cuando
abogó por el mejoramiento de las relaciones entre México y Venezuela, señalando
que “la Secretaría de Relaciones Exteriores negó que quiera intermediarios
para normalizar las relaciones con Venezuela”. En palabras atribuidas al
secretario de esa cartera, Gerónimo Gutiérrez, indicó que “siempre son
bienvenidas las expresiones a favor de la recomposición de relaciones, pero
el gobierno mexicano no prevé que otras naciones intercedan en el asunto”.
Como corolario de este llamado de atención a Kirchner, el funcionario –informó
el diario- dijo que el regreso de un embajador a Caracas “ocurrirá cuando
ambos países estén listos para ello”.
Al parecer, más que al
presidente argentino, los medios mexicanos prefirieron seguir los
desplazamientos de su consorte, aunque también sin halagarla demasiado.
El Universal tituló “Cristina Kirchner roba cámara”, refiriéndose a los afanes de la
candidata presidencial por figurar en cuanto evento le fue posible, incluso
hasta en las conversaciones de Estado entre ambos mandatarios cuando lo usual en
estos casos es que las esposas de los presidentes estén dedicadas en esos
momentos a otras actividades paralelas. Obviamente esta falta al protocolo
habitual se permitió por el visto bueno de Kirchner, inmerso en la tarea de
promocionar a su esposa como “futura presidente de los argentinos” sin que le
importe un comino romper cualquier esquema.
Por su parte la corresponsal
de BBC Mundo en México, Mariusa Reyes, señaló que al preguntarle a un
diplomático argentino precisamente cómo había logrado Cristina Kirchner zafarse
del protocolo imperante en las visitas de Estado, evitando así que su papel
fuera secundario, éste le respondió: “A Cristina no se le puede decir que
no”. En su crónica, la periodista agrega: “A los encargados de
organizar la visita de la pareja presidencial argentina también les había
quedado clarísimo, desde el momento mismo en que se comenzó a diseñar la agenda,
que la señora Kirchner venía a mostrar su recién lanzada candidatura
presidencial y que no se acomodaría a lo que el protocolo le reserva normalmente
a las esposas de los mandatarios. No habría desayunos con la primera dama
anfitriona ni con señoras de ministros, ni tampoco visitas a algún albergue de
niños o cualquier otro proyecto de caridad. No. Cristina estaría todo el
tiempo en el centro del poder, en todos y cada uno de los actos políticos
previstos, aquellos a los que las primeras damas nunca asisten. Mientras que
algunos, entre ellos los mismos Kirchner, probablemente calificarán este viaje a
México como un éxito para la proyección internacional de la campaña de la
senadora, otros criticarán el que se utilice la plataforma del poder en
beneficio de Cristina la candidata, por competencia desleal hacia sus
contendores políticos”.
A su vez, el diario La
Jornada, al reseñar el almuerzo de honor brindado por el presidente mexicano a
los Kirchner en el Castillo de Chapultepec, indicó que el mismo reunió además
al gabinete en pleno, miembros de la comunidad argentina, legisladores,
políticos de distinto signo y empresarios, “entre los que se encontraba el
multimillonario Carlos Slim”, mientras en una mesa alejada, ubicada
en el extremo derecho de los presidentes, estaba Olga Wornat, cuya presencia
tuvo especial significado porque es autora de Reina Cristina, la
biografía autorizada de la esposa de Kirchner”.
Cabe recordar que la
periodista argentina Olga Wornat tuvo mucha más suerte con esta última
biografía, ya que la que realizó sobre Marta Sahagún, la esposa del anterior
presidente mexicano, Vicente Fox, estuvo rodeada por un escándalo que incluso
hizo que la ex primera dama llevara a Wornat a los tribunales.
Por lo demás, cabe destacar
que quien tuvo una amplia presencia en todos los medios de México fue un
visitante estadounidense, que estuvo en ese país paralelamente a la visita del
matrimonio Kirchner. Se trata de Al Gore, el ex vicepresidente de Bill Clinton y
luego candidato demócrata a la presidencia que finalmente fue superado por
George Bush. Gore viene recorriendo el mundo en su nueva faceta de defensor del
medio ambiente y voceando agoreros pronósticos sobre las consecuencias que puede
tener para el planeta el calentamiento global.
Entre otras personalidades,
recibió a Gore el jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, quien
entregó al ex vicepresidente de Estados Unidos la “Medalla de Visitante
Distinguido” y el “Pergamino de Declaratoria de Huésped Distinguido de la Ciudad
de México”.
En definitiva, habiendo
coincidido las visitas al país azteca de los Kirchner y Gore, éste le ganó
mediáticamente con amplitud al matrimonio presidencial argentino.
Una gran voz “K”
Conviene detenerse en la
señalada presencia del empresario Carlos Slim. Durante la anterior visita de
Cristina Kirchner a México, aquella vez sola, ésta mantuvo una reunión
privada con Slim, sin que se llegaran a conocer los motivos. Sin embargo no
son pocos los que especulan con algo que mucho tendría que ver con uno de los
principales rubros que maneja el magnate –considerado uno de los hombres más
ricos del mundo- ya que el mismo lidera uno de los más importantes complejos del
mercado de las telecomunicaciones y la información, siendo titular entre otras
empresas de la poderosa compañía telefónica Telmex, que dicho sea de paso viene
haciendo algunos intentos para instalarse en nuestro país.
De allí que se vincule esta
incipiente relación de los Kirchner con Slim a la posibilidad de que aquellos le
abran a este último las puertas de la Argentina para que desembarque con su
telefonía y sus multimedios, o al menos con estos últimos, los más necesarios en
estos momentos para el matrimonio presidencial.
En una nota anterior nos
habíamos referido a la alianza que Cristina Kirchner está anudando con el Grupo
Clarín, y al también probable vínculo, que habría abrochado en su reciente
visita a España, con el Grupo PRISA –propietario del diario “El País” y de
radios y canales de televisión- a través de los hijos del recientemente
fallecido fundador y titular de dicho grupo, José Polanco.
Lo cierto es que, de
concretarse las alianzas mencionadas y la llegada de Carlos Slim y sus
multimedios al país, con las debidas “contraprestaciones” que ello involucra,
podrá imaginarse el lector con qué formidable poder de fuego informativo a su
favor contarán los Kirchner de cara, primero, a afianzar la candidatura de
Cristina y su triunfo en las elecciones de octubre, y luego para sostener
“contra todo riesgo” su eventual gobierno. Un poder que sin dudas arrasará con
el resto del arco informativo y constituirá, prácticamente, la única voz que
leerán y escucharán los argentinos, con todas las consecuencias que ello
significa.
De hecho, en la mañana del
último día de visita de Kirchner y su esposa a México, el presidente argentino
sostuvo también una reunión privada con Carlos Slim. Por supuesto que tampoco
conoceremos lo que ambos trataron, aunque podríamos ir imaginándolo. Cuando
finalmente lo sepamos, ya será tarde.
Conclusión
En realidad, es una extraña
campaña la que viene desarrollando Cristina Fernández de Kirchner, ya que hasta
el momento lo viene haciendo únicamente fuera del país y no en el suyo propio,
el mismo al que tiene pretensiones de gobernar. Así comenzó con su viaje a
España, seguido por este último a México, al que continuará muy pronto otro a
Brasil y luego, probablemente, prosiga con nuevas visitas a Venezuela y Estados
Unidos. En este último país, seguramente intentará como sea conseguir la
fotografía que no pudo lograr en su viaje anterior: junto a la candidata
demócrata Hillary Clinton, con quien se esfuerza por compararse. Y manteniendo
la esperanza, claro, de que esta vez no le ocurra lo de la frustrada foto junto
a los monarcas españoles.
Esta llamativa forma de
llevar adelante su campaña presidencial nos hace pensar en un posible consejo
del presidente argentino a su esposa: “Vos hacete ver afuera, querida, que de
aquí adentro nos ocupamos nosotros”.
Y pareciera que ella hasta
ahora sigue a pie firme el eventual consejo: afuera habla, cosa que no hace
aquí, como tampoco sabemos si, al menos en los tramos finales de su campaña, se
atreverá a recorrer calles, pueblos o provincias y a mantener algún contacto más
o menos directo con la gente, o sea “el pueblo” al que, como se dijo antes,
pretende gobernar luego de las elecciones de octubre próximo.
Eso sí, la candidata
mantiene un nivel parejo tanto fuera como dentro de la Argentina en una cuestión
puntual: desprecia a la prensa de su país, no concediéndole una sola entrevista
ni permitiendo que se “cuele” ninguna pregunta de un periodista argentino, o
fingiendo no escuchar y alejarse si alguno de éstos tuvo la suerte de acercarle
un micrófono.
Una digna alumna de su
esposo.
Carlos Machado