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¡Cuidado! World Check alerta sobre fondos oscuros

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EXCLUSIVO: ÚLTIMAS NOVEDADES SOBRE LA "VALIJA VERDE"
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Novedades de último momento en torno al caso del maletín cargado de dólares que aterrizó en la madrugada del sábado 4 de agosto en Buenos Aires, nos permiten ampliar algo más el panorama sobre este escándalo que ya está generando no pocos remezones políticos en los dos extremos de América del Sur.

 

El gobierno argentino, optando por cortar una sola cabeza para preservar las del resto de los responsables, ya ha “renunciado” al titular de OCCOVI (Organo de Control de Concesiones Viales), dependiente del ministerio de Planificación que lidera el, hasta ahora, intocable Julio De Vido.

Es así como Claudio Uberti, uno de los pasajeros del conflictivo avión privado fletado por otro brazo del área de De Vido, ENARSA, ya debió descolgar los retratos de su despacho en los que se lo veía junto al presidente Kirchner y su esposa, y partir hacia el ostracismo. Siempre y cuando, claro, no se apele a los usos y costumbres políticas argentinas y se lo consuele con algún otro cargo público o en alguna embajada.

En Venezuela, en cambio, su presidente sólo utilizó su habitual locuacidad para atacar, una vez más, al periodismo, definiéndolo como “un peligro para la humanidad”, obviando cualquier referencia directa al tema que involucra a cuatro funcionarios de la petrolera estatal PDVSA y a un oscuro empresario ligado a algunos emprendimientos de su gobierno.

Es que pudimos conocer en las últimas horas que dicho empresario, Guido Alejandro Antonini Wilson –que es quien portaba el maletín con los 800.000 dólares retenidos en la Aduana del Aeroparque de Buenos Aires- es titular de una compañía dedicada a la venta de partes de maquinarias para la industria petrolera. Y está claro que la venezolana PDVSA es, precisamente, una industria petrolera. Sin embargo, la compañía que encabeza Antonini Wilson parece tan oscura como su titular.

La misma se denomina “Venuz Supply Inc.”, y registra su domicilio en 727 Crandon Blvd., Apartamento 301, Key Biscaine, Florida, Estados Unidos, con teléfono (305) 361-6407. Esta empresa comenzó a operar en 1994, y lo extraño, considerando que entonces lleva trece años en funciones, es que solamente cuenta con tres empleados registrados. Cabe preguntarse entonces cuántos contratos ha obtenido Antonini Wilson de PDVSA en ese tiempo, para haberse convertido, como se lo sindica, en un millonario. Salvo, claro está, que además se dedique a otras actividades paralelas no especificadas.

Ahora bien, por más que los gobiernos de Argentina y Venezuela pretendan de aquí en más distraer la atención sobre este escándalo y traten de “echar tierra” –toda la que puedan- sobre el asunto, éste no sólo ha trascendido internacionalmente y puesto en alerta, como lo señalamos en una nota anterior, a los servicios de inteligencia de varios países. También está bajo la observación de los principales organismos financieros mundiales, uno de los cuales acaba de emitir precisamente uno de esos alertas.


¿Y ahora...?

Se trata de World Check, organismo internacional que rastrea todos los movimientos de fondos considerados “sospechosos”, ya sean provenientes del terrorismo, el narcotráfico o de maniobras de políticos corruptos. Un virtual “organismo de inteligencia financiera” a través del cual todo banco a nivel mundial filtra sus transacciones, y que fue creado hace algunos años por su actual CEO, David Leppan, un británico nacido en Sudáfrica, ante el auge que había tomado el lavado de dinero proveniente del narcotráfico. Posteriormente, debido al crecimiento de los atentados terroristas a partir del 11 de septiembre de 2001 y de la guerra de Irak, pasó a vigilar también el posible movimiento de fondos de las organizaciones terroristas y el financiamiento de las mismas, y terminó por hacer extensiva esa vigilancia al eventual manejo corrupto de divisas de varios países, a las dictaduras y al tráfico de armas, a la vez que monitorea a las entidades crediticias de “alto riesgo”. Actualmente, World Check cuenta con una base de datos utilizada por más de 2000 instituciones y agencias gubernamentales en más de 130 países y, obviamente, por ciertos servicios de inteligencia occidentales.

El caso es que de una fuente que conoce muy bien este tema, ya que se desempeña en  el Departamento de Transacciones Internacionales del HSBC Bank, en Londres, tomamos conocimiento de que World Check acaba de emitir un “alerta”, como señalamos anteriormente, y éste seguramente habrá de poner bastante nerviosos a los gobiernos de Argentina y Venezuela. Concretamente, alertó a todas las instituciones del planeta acerca de la nueva emisión de bonos argentinos de deuda por 1000 millones de dólares, y especialmente sobre la adquisición de dichos bonos por parte de banqueros venezolanos considerados como “dirty pockets” (bolsillos sucios). Más aún, el organismo emitió un comunicado que señala claramente que “cualquier banco que acepte fondos provenientes de bancos o de banqueros venezolanos puede ser multado con 100 millones de dólares”.

El alerta de World Check no se detiene allí, ya que además de hacer hincapié en que “se deberá tener cuidado de no aceptar nuevas y grandes sumas durante lo que resta del 2007 sin concretas y verificadas evidencias y pruebas del origen de esos fondos”, hace referencia al tema del contrabando de 800.000 dólares desde Venezuela a la Argentina que hoy tiene los pelos tan de punta a los presidentes y funcionarios de ambos países, y además adereza ese amargo bocado con este condimento: “Rumours abound inside Venezuela to the effect that the cash was to be an illegal campaign contribution, by the Chavez government, to the presidential campaign of Sra. Kirchner”. En buen español: “Abundan rumores en Venezuela al respecto de que ese efectivo habría sido una contribución ilegal, del gobierno de Chávez, a la campaña presidencial de la sra. Kirchner”, algo anticipado por este medio no bien se hizo público este escándalo (1).

Vale decir, por un lado, que las transacciones realizadas por el gobierno del “comandante” Hugo Chávez no son observadas precisamente con buenos ojos por la banca internacional. En otras palabras, que a su dinero se lo considera “sucio”. Muy probablemente por provenir de actividades –pueden ser varias- totalmente contrapuestas a la transparencia y la ética. Por lo tanto, y en base a la advertencia de World Check que alcanza a la tan publicitada compra chavista de los bonos de deuda argentinos –que quizás muy pronto valgan menos que nada-, cabe inferir que el presidente Néstor Kirchner no ha realizado un buen negocio. Es más, que el tan mentado auxilio del “hermano bolivariano” a los argentinos consistió en arrojarles un “salvavidas de plomo”.

Y por otro lado, es evidente que el caso del maletín poblado de dólares que el gobierno argentino dice que no sabía que viajaba con el venezolano Guido Alejandro Antonini Wilson, y que cada vez más parecía destinado a una ayuda financiera para la campaña presidencial de Cristina Kirchner, sólo está causando los primeros dolores de cabeza en los dos extremos de América del Sur. Los que vendrán de aquí en adelante habrá de ser muchísimo más agudos.

Como dijo un simpático amigo venezolano: “Estos dos bandos, chaburretos y oficialistas argentinos, están más enredados que cuatro pulpos jugando dominó”.

 

Carlos Machado

(1) Ver https://periodicotribuna.com.ar/Articulo.asp?Articulo=3089

 

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