Como Chile es un país de “monos”, también
se ha contagiado con una enfermedad “moderna”: la locura por el dinero. De
numus, moneda, dinero; y manía, locura, demencia.
No es noticia que a uno le pregunten cómo le ha ido, en
abierta indicación a sus “negocios”, en lugar del humano y valórico: ¿cómo has
estado?
Esta enfermedad sin embargo es de larga data. Goethe en
“Fausto”, hace referencias a cómo Satanás (Mefistófeles) multiplica el dinero y
el vino, en una especie de reto al cordero de Dios, Cristo, anteponiendo en la
perdición del protagonista -el doctor Fausto- un “maná” distinto: la riqueza, la
ambición sin límites, la desaforada carrera por la fortuna.
Y no resulta novedoso en verdad para quienes sabemos cómo
funcionan países que han hecho del dinero una religión. Chile, como de
plagiar se trata, no se ha quedado corto, y ya tenemos una cantidad apreciable
digna de tratamiento e incluso de internación psiquiátrica. La euforia por
poseer dinero los lleva en obsesión compulsiva a desear, con placer, el tener
cada día, cada minuto frenético que pasa, más y más dinero. Y en ese mismo
camino, en hacerse de poder de sujeción de otros seres humanos, para los que ya
no les incumbe su bienestar, sino su malestar.
“Es problema de ellos”, afirman. El famoso “Tío Rico” les
queda a la par, soñando con nadar en dinero en su propia piscina y rodeados de
lujos mayores. Los parientes no le importan, si no puede sacarles provecho. Se
comprende que estos enfermos mentales no tienen amigos sinceros, sino “clientes”
u objetivos de obtención de ganancia.
Miembros de la iglesia mediaron en la Huelga de los mineros
subcontratados y han advertido de que hay mucha miseria y muchos ricos. Siempre
en esa institución han existido figuras progresistas, que leen el Evangelio
rectamente, es decir, el camino para seguir a Dios y la entrada al Paraíso es
abandonando la riqueza y repartiéndola a los pobres.
Lo extraño es que hasta psiquiatras han caído enfermos, y son
víctimas de la demencia por el dinero, contando clientes en vez de pacientes. El
que mejor paga, es atendido con prontitud y con un curioso largo tratamiento.
“Sicko” es un documental de Michael Moore, que ha abierto la polémica sobre el
tema de la salud en el reino de The “God” is Money.
Mauricio Otero