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Argentina, cada vez más cerca de ser una gran villa miseria

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El único camino para despegarse de los números que atraviesan a la Argentina son educación, institucionalidad e inversión. Hasta que no entendamos que Argentina es inviable, cada vez estaremos más cerca de convertirlo todo en una gran villa miseria
El único camino para despegarse de los números que atraviesan a la Argentina son educación, institucionalidad e inversión. Hasta que no entendamos que Argentina es inviable, cada vez estaremos más cerca de convertirlo todo en una gran villa miseria

Esta semana se ha conocido la noticia que muchos esperaban pero que a nadie ya sorprende: el índice de pobreza fue del 40,6% para el primer semestre de este 2021.  

 

En la Argentina nos hemos acostumbrado a todo. Hemos aceptado a la inflación como algo propio de nuestra cotidianeidad, a la pobreza como parte de nuestra realidad de siempre y hasta hemos asumido que la degradación económica, política y social que padecemos es crónica y sin freno. Todo nos indigna pero nada nos sorprende

Para ponerlo en números crudos, Argentina tiene 18.800.000 personas debajo de la línea de pobreza. En perspectiva, esto equivale a la misma cantidad de habitantes que tiene la Provincia de Buenos Aires sumado a la de todos los habitantes de las provincias de Corrientes, San Juan, Sal Luis y Mendoza. Este es el nivel brutal de pobreza en la que está inmersa la Argentina. 

Sin embargo la descripción de la miseria no termina allí: hay cerca de 4.800.000 personas que se encuentran viviendo en calidad de indigentes lo que implica que no comen todos los días o al menos que no lo hacen como debieran. Nuevamente juguemos un poco con las perspectivas: las personas indigentes equivalen a los habitantes de una Ciudad de Buenos Aires y media. De ese total, hay un número mucho más impactante todavía: casi un millón de personas indigentes corresponden a chicos menores de 14 años.  

Con los años nos han transformado en una tierra en donde 970.000 menores de 14 años no comen o al menos no como corresponde. Impresionante cuando hace apenas 80 años el país se encontraba dentro de los cinco países con mayor riqueza por habitante del mundo. Sin embargo, aquí estamos, discutiendo si la culpa de todo la tuvo Macri o la tuvo la pandemia. 

De cada 100 chicos en la Argentina hay 55 que son pobres. Esto implica que el 54,6% no logra vivir dignamente. Si no logra cubrir sus necesidades básicas es humanamente imposible que esa persona estudie, que adquiera conocimientos, que se capacite. Esos chicos que hoy son pobres, son aquellos que no estudian, pero son también aquellos que dentro de dos o tres décadas deberán hacer grande este país. Y ahí los tenemos: empobrecidos y sumergidos en un mundo de miseria y marginalidad. 

Hasta que no comprendamos que los países que crecen y logran grandeza lo hacen siempre en base a tres pilares fundamentales como lo son la educación, las instituciones (y con ellas la Justicia) y la inversión, Argentina no tendrá destino.  

Un año y medio estuvieron las escuelas cerradas, el nivel educativo se encuentra en sus peores niveles históricos, una deserción récord y un sindicalismo que está en contra de la educación. Instituciones corrompidas por la política de turno. Una nivel de presión impositiva y cambios permanentes en las reglas del juego hacen imposible pensar en que alguien invierta en el país.  

Hasta que no entendamos que Argentina es inviable, cada vez estaremos más cerca de convertirlo todo en una gran villa miseria. 

 
 

9 comentarios Dejá tu comentario

  1. Después de mucho tiempo, por fin aparece una nota importante, bien redactada y tratada con seriedad. “La triste realidad de la Argentina de hoy, promete un futuro apocalíptico”, producto de una sociedad cada vez más decadente. Sin duda la responsabilidad recae principalmente en la dirigencia política deplorable de los últimos 50 años, pero no podemos echar culpa solo a los políticos. Los últimos 38 años los vivimos en democracia ininterrumpida, o sea que esos inútiles, corruptos que han llegado a gobernar, lo han hecho con el voto popular. Sería justo y necesario, que este pueblo asuma que también es en parte responsable del desastre, si es que queremos que haya un cambio para mejorar, ese es el comienzo. Al fin y al cabo, un país es el reflejo de lo que es su sociedad, el pueblo tiene el país que se merece. Ya lo he expresado otras veces en este foro: Argentina es un extenso territorio, lleno de riquezas naturales, que tiene un enorme potencial para convertirse en uno de los mejores países del planeta, lo que no le permite estar entre los mejores, somos nosotros, sus habitantes. “Es imposible hacer un país de 1º cuando la mayoría de sus ciudadanos son de 4º”. Solo es cuestión de ver como sociedad ¿a quiénes reconocemos como ídolos?, ¿a quienes elegimos para que nos representen en el gobierno?, ¿por qué necesitamos cada vez más leyes que nos prohíban hacer lo que sin duda sabemos que está mal?, peor aún: ¿por qué para cumplirlas, necesitamos que nos amenacen con castigos y multas? ¿Cuántos ponen el beneficio de toda la sociedad por encima del suyo individual? habrá quienes estén dispuestos a morir por su patria pero, ¿cuántos están dispuestos a vivir para su patria? Las respuestas demuestran lo decadente que somos como sociedad. La mayoría de los argentinos hoy abusan de sus derechos y menosprecian sus obligaciones, creen que la sociedad está a su servicio, y se abusan de ella, son desconsiderados con los demás…. Nuestra educación se ha ido al retrete, y de ahí, ¿qué otra cosa puede salir?...Somos el resultado de una mala educación por eso ninguna institución funciona bien y hay tanta corrupción. y mientras no se plantee una educación que no solo sea transmitir conocimientos, sino que además enseñe a pensar, a saber usar la cabeza, y que inculque el respeto mutuo, el amor por la patria, la participación ciudadana, la idea de que hay que trabajar cada uno en lo suyo, haciéndolo lo mejor posible, no solo pensando en el beneficio propio sino también para darle a la sociedad lo que esta necesite y ganarse así el derecho de pertenecer a ella, mientras no fabriquemos ciudadanos de 1º, “gobierne quien gobierne”, seguiremos siendo un país de 4º.

  2. Juan Crisótomo Lafinur – En Argentina no cayo ninguna bomba atómica, pero podríamos haber aprendido de la experiencia ajena si fuéramos un pueblo inteligente. Aunque no cayó en Argentina ninguna bomba atómica, nos han pasado muchas desgracias (guerra de Malvinas, la subversión en los 70, los atentados terroristas…) y no aprendimos nada, y ¿sabe quien no aprende de sus propias malas experiencias? Los estúpidos.

  3. Cada paso de un gobierno neoliberal, esto es Martinez de Hoz, Menem , y ahora Macri , son su endeudamiento externo impagable , mayor pobreza.-

  4. La Bomba Atómica fue PERÓN, por si no entendió o leyó mal la fecha ¿o le queda alguna duda del destrozo que ha venido ocasionando, primero él, luego sus apóstoles, del 45 a la fecha? aunque arrancó en el 43 con sus ideas.

  5. Disculpe Lafinur – Perón o la bomba atómica que usted dice que cayó en Argentina, fue en1946, un año después de las que EEUU tiró en Japón cuando estaba terminando la 2º guerra. Imaginé que se refería a Perón, pero me desentendí porque no comparto la comparación, pues hay una diferencia muy grande entre estos dos eventos: las bombas se las tiró a Japón el país con quien estaba en guerra, matando miles de civiles inocentes, la que para usted cayó en Argentina la eligió democráticamente y en paz el 52 % del electorado. Japón es hoy una gran potencia porque su pueblo no fue estúpido y supo aprender de su desgracia, su sociedad se mejoró y se hizo más fuerte. Lo que pasaba en la Argentina de aquellos años, era que había mucha riqueza para unos pocos, producto de la explotación de la clase obrera, que no tenía derecho a nada. Voy a aclarar que soy apolítico, ya lo dije muchas veces, no me interesan los ismos, analizo la historia. Perón hizo justicia con la clase obrera, le dio derechos y la oportunidad de vivir mejor, de compartir la riqueza, por eso, aun después de muchos años de haber muerto, hace ganar elecciones a los delincuentes que cantan la marchita. El problema es que la sociedad no estaba a la altura, no era lo suficientemente inteligente para saber darle buen uso y conservación a esos beneficios, por eso después vinieron los abusos y la vagancia. A diferencia que el japonés que es inteligente, humilde y respetuoso, el argentino es tonto, se cree vivo y se quiere llevar a todos por delante. Y a pesar de haber pasado por momentos de profunda desgracia, no mejoramos como sociedad, ni nos hicimos más fuertes, ni más unidos, ni mejores ciudadanos. Recién cuando mejore nuestra sociedad, serán mejores nuestros gobernantes y podremos tener chance de ser como Japón o mejor aún, porque Argentina tiene potencial para serlo, solo tenemos que parecernos más a los japoneses.

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