Por primera vez en el año se reunía la Comisión de Cultura de la Cámara baja. De manera presencial, como vuelve a funcionar Diputados 19 meses después. Todos los proyectos en consideración eran consensuados y la reunión pretendía ser un mero trámite. En ese marco Carolina Moisés expuso sobre su proyecto para crear en su provincia, Jujuy, el Museo Nacional de la Independencia Argentina. La diputada del Frente de Todos detalló entusiasmada las características de la iniciativa, hasta que su par radical Josefina Mendoza pidió la vuelta del proyecto a asesores. Aclaró que la oposición estaba de acuerdo con la iniciativa, pero consideraban que había aspectos de la redacción que debían ser corregidos. Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica, se sumó a las observaciones, entre ellas, que se mencionara solo vagamente el lugar donde se instalaría el museo: la Quebrada de Humahuaca.
Desde el Frente de Todos, la diputada Claudia Bernazza objetó la postura de la oposición, pero luego expresó la disposición del bloque a acceder al pedido, con el compromiso de ponerle fecha a su aprobación posterior, y solo en el caso de que Moisés, vicepresidenta de la comisión, diera su conformidad. Esta se mostró molesta por la actitud de la oposición, pero terminó accediendo.
Este tema menor, que pasó desapercibido en medio de tantas complejidades que vive el país, merece ser destacado por ser absolutamente inusual. El oficialismo no suele dar marcha atrás con las iniciativas que impulsa, ni tampoco aceptar modificaciones. Muchos comienzan a preguntarse si hay un cambio de clima que está anticipándose al recambio legislativo que, según presagian las PASO, pondría al Frente de Todos en inferioridad de condiciones, al menos en Diputados.
Ese tipo de gestos oficialistas debe enmarcarse en el mensaje que lanzó hace una semana el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, al proponerle a la oposición -junto a empresarios y trabajadores- un acuerdo para después del 14 de noviembre, cualquiera sea el resultado. A unos 20 días de una elección donde es banca, la oposición se apresuró a tomar distancia de cualquier diálogo con un gobierno con el que no quiere cogestionar en los próximos dos años. Pero de cara a 2023 debe dar señales de responsabilidad y se sentará a conversar, con condiciones: no irá a la Casa de Gobierno, el diálogo deberá circunscribirse al Parlamento; y sobre temas acotados, no tan amplios como el decálogo que propuso Massa. Los gestos que Juntos por el Cambio está dispuesto a dar son los que ya anticipó y tienen que ver con el Presupuesto 2022 y la negociación con el FMI.
Por lo demás, la principal oposición se limita a no abonar un clima triunfalista que puede jugarle en contra en las elecciones generales; así es que le dan crédito a las encuestas que muestran al oficialismo recuperando posiciones en la provincia de Buenos Aires y hasta ellos mismos las difunden. La estrategia de la principal oposición es simple: evitar que su electorado baje la guardia; preparar una buena fiscalización; acompañar con sus principales figuras a los candidatos de distritos clave y sobre todo cumplir a rajatabla la máxima de Napoleón: “Nunca interrumpas a tu enemigo cuando está cometiendo un error”.
Y eso es precisamente lo que el oficialismo hace casi a diario. Para desconsuelo del consultor catalán Antoní Gutiérrez Rubí, que había recomendado evitarlos, se llevaron adelante los actos recordatorios del 17 de Octubre. No uno, sino dos. El primero no podía haber resultado peor. Con participantes muy críticos del presidente Alberto Fernández, y algunos inadaptados que -alentados por muchos más- vandalizaron el memorial a las víctimas del Covid en Plaza de Mayo. No se exagera si se afirma que el Frente de Todos quema un “cajón de Herminio” cada día.
El Presidente iba a participar del acto, pero dicen que cuando conoció la lista de oradores hizo que su helicóptero pegara la vuelta. Al día siguiente fue el acto de la CGT, compartido con movimientos sociales. No hubo oradores, salvo un comunicado en el que no se nombra ni una vez al Presidente ni a su vice. El objetivo de los popes sindicales es marcar la cancha, como hacen desde hace décadas. Conscientes del tiempo que viene y el rol que pretenden cumplir, hasta 2023 y después.
Pero vayamos a la Patagonia, donde el gobierno puso la última semana muchos esfuerzos destinados a revertir los resultados de septiembre, aunque a la vez hizo todo lo suficiente mal como para que eso no suceda. El Presidente prorrogó el Régimen de Promoción Industrial en Tierra del Fuego, donde el Frente de Todos perdió en las PASO. Por la tarde y con la presencia de la vicepresidenta, se inauguró la zona franca en Río Gallegos, capital de Santa Cruz, cuna del kirchnerismo donde el FdT cayó el 12 de septiembre. Al día siguiente Alberto Fernández fue a Chubut, en el marco del programa Capitales Alternas. Llevó 14 ministros y promesas a una provincia clave, donde el oficialismo tiene tres senadores y puede perder dos, según el resultado de las PASO.
Pero tantas medidas resultaron eclipsadas por la postura que el gobierno viene exponiendo en el conflicto mapuche. La ola venía creciendo desde el fin de semana, cuando se conoció a través de medios trasandinos el papel cumplido por el embajador argentino en ese país, Rafael Bielsa, defendiendo ante la justicia chilena al autopercibido mapuche Facundo Jones Huala. Cosa que causó estupor en la dirigencia política de aquel país. Es verdad que las embajadas dan apoyo consular a sus compatriotas detenidos, pero no es para nada común que el propio embajador cumpla ese papel. Encima, para un ciudadano que no se reconoce argentino.
No fue el único episodio grave del gobierno en materia de política exterior, pues después se abstuvo en una moción de la OEA a favor de la liberación de opositores políticos en Nicaragua. La Argentina apareció así alineada con Belize, Bolivia, República Dominicana, Guatemala, Honduras, San Vicente y las Granadinas, Barbados y México. El embajador argentino Carlos Raimundi consideró “improcedente y extemporánea” esa declaración y estimó poco pertinente una resolución de ese tipo tan cerca del proceso electoral. Un proceso electoral en el que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha ordenado detener a todos los opositores…
Lo que terminó minimizando el efecto patagónico de la intervención de Bielsa fue la actitud del gobierno nacional respecto del pedido de ayuda de la gobernadora rionegrina -otra provincia donde el Frente de Todos perdió en las PASO-, tras haberse registrado el tercer ataque incendiario en la ciudad de El Bolsón por parte de la organización Resistencia Ancestral Mapuche (RAM). La carta enviada por el presidente Fernández a la gobernadora parece haber sellado la suerte electoral del FdT al menos en Río Negro: “No es función del gobierno nacional reforzar el control en las rutas nacionales o brindar mayor seguridad a la región”, expresa la misiva.
La declaración del ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, no fue más feliz que la del mandatario: “No señora, está equivocada, no es nuestra obligación” respondió ante el pedido de fuerzas federales de Arabela Carreras. Unos días antes el propio Fernández había rechazado un pedido similar de la mandataria provincial. Curiosamente, se dice que una de las causas de la salida de Sabina Frederic de la cartera de Seguridad fue su rechazo al pedido de gendarmes hecho por el gobernador Omar Perotti para Santa Fe, antes de las PASO, frente al incremento de los crímenes narcos en esa provincia donde también se eligen senadores en noviembre.
Mientras estas cosas suceden, un desdibujado Martín Guzmán se desentiende de la lucha contra la inflación que emprende con polémica metodología el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti. El titular de Economía no tuvo buenos resultados en su última incursión ante el FMI, donde su titular, Kristalina Georgieva supeditó el avance de la negociación a “un compromiso de ambos lados” para definir un plan que sirva para que la Argentina “pueda tener políticas firmes para inducir el crecimiento privado, generar empleo genuino y el buen uso de los recursos públicos para apuntalar a aquellos que más necesitan apoyo”. En otras palabras, quieren conocer el programa que aplicará un país cuyo presidente dijo en julio de 2020 al Financial Times que “francamente no creo en los planes económicos”.
En este marco, en un gobierno que se manda mensajes entre sí a través de los medios y las redes sociales, comenzó a circular un video de La Cámpora, en el que se ve a Máximo y Cristina Kirchner (en orden de aparición),donde la militancia canta con tono festivo y desafiante: “Esa deuda que dejaron no la vamos a pagar / con el hambre de la gente no se jode nunca más”.
A esa misma hora el dólar blue cerraba a 195 pesos.
DI MAURO, quemen todas esas FOTOS, cambien los relatos porque no nos interesa lo que pasó hace años en la época de los dinosaurios. Parece que no entiende, se lo voy a reiterar, primeramente, lo primero VAN A PERDER LAS LEGISLATIVAS EL 14 DE NOVIEMBRE. Si es impresionable no le voy a anticipar lo que continúa.
Fernando Iglesias me hace acordar a Herminio Iglesias.- En eses elecciones yo le voté a Alfonsín.-