“Con los pelos de punta, mejor ni te cuento. Le tenemos más miedo al corte de boleta y a la venganza de peronistas como Fernando Gray que a las recorridas de Diego Santilli junto a Manes”, explica uno de los voceros de campaña de la candidata del oficialismo en la provincia de Buenos Aires, Victoria Tolosa Paz.
Y, el nerviosismo descripto por el integrante del elenco de comunicación de Antoni Gutiérrez- Rubí, que ha logrado apaciguar las declaraciones piantavotos de la candidata como, por ejemplo, aquella que refería al goce sexual de los peronistas o la del supuesto golpe blando que daría la oposición de vencer en la contienda electoral del 14 de noviembre, todo dicho mientras se la grababa en un shopping realizando compras por varios miles de pesos junto a su millonario marido, Enrique “Pepe” Albistur, desplazado de la conducción de la comunicación de la candidata, en el país donde sus principales votantes ya no llegan siquiera a mediados de mes con los ingresos que reciben, se justifica por los números que se analizaron luego de las PASO acerca de la incidencia del corte de boleta en municipios bonaerenses.
Una tendencia que tendería a profundizarse en la elección legislativa del próximo domingo en favor de los candidatos de Juntos y de otras expresiones políticas de la izquierda y hasta de ofertas liberales como la del economista José Luis Espert que pide mano dura en el tema de la inseguridad que angustia a los bonaerenses de manera permanente.
El llamado al corte de boleta nunca fue tan explícito como en la localidad de Esteban Echeverría donde la cartelería de campaña directamente exhibe la tijera tan temida por Tolosa Paz y convoca a cortar la boleta.
Los banners pudieron verse en el centro de Monte Grande, e incluso algunos fueron vandalizados, presumiblemente en desacuerdo con la invitación a no votar a Victoria Tolosa Paz y Mariano Cascallares, que son los candidatos que encabezan la lista del Frente de Todos a nivel provincial y en la Tercera Sección Electoral.
Se trata de un intento explícito de despegar la suerte de la lista de candidatos a concejales de la que lleva a postulantes a la Cámara de Diputados de la Nación y a la Legislatura provincial.
La estrategia de municipalizar la campaña y pedir el voto local, para los concejos deliberantes de cada distrito, no es sólo privativa del intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, que tiene su propia querella frente a La Cámpora y a Máximo Kirchner por la conducción del estratégico partido justicialista provincial, sino que es un fenómeno que alcanza a los oficialismos de distintas agrupaciones políticas.
Intendentes como Mayra Mendoza de Quilmes por el Frente de Todos o Néstor Grindetti en Lanús por Juntos se preparan para mirar su propio ombligo. Les preocupa, fundamentalmente, la votación en su distrito a nivel comunal. En Quilmes, Mendoza observó a su agrupación perder en los tres niveles de la elección frente a los candidatos de Juntos. Mientras que en Lanús, Grindetti, mostró triunfos a nivel nacional y provincial pero quedó preocupado por el Concejo Deliberante porque la sumatoria de las tres boletas del Frente de Todos superó su propuesta.
Son tan sólo dos ejemplos que ponen, en blanco sobre negro, la intención de los intendentes de trabajar, decididamente, para retener su mayoría en los Concejos Deliberantes y obturar posibles contendientes de la oposición que podrían buscar desplazarlos en las próximas elecciones por cargos ejecutivos. Estos objetivos son los que provocan que comiencen a repartirse entre los vecinos boletas locales propias con distintos candidatos nacionales.
Y, una de las víctimas principales de esta práctica lícita, se llama Victoria Tolosa Paz y los candidatos que la secundan.
En las recientes elecciones PASO el Frente de Todos perdió en distritos que consideraba propios como Quilmes, Tigre, Morón y San Martín y “salvó la ropa” en municipios de la zona sur que integran la Tercera Sección Electoral y en La Matanza pero al analizar algunos datos de lo que sucedió en septiembre las alarmas suenan con fuerza por lo que pueda ocurrir a mediados de noviembre cuando, como dicen en el fútbol, se juega por los puntos.
En esa elección se contabilizaron, en varios distritos, una diferencia superior a los 4.000 votos con respecto a la lista encabezada por Tolosa Paz. En Lomas de Zamora la diferencia fue de unos 5.700 votos que representan casi 3 puntos porcentuales de los sufragios logrados por el Frente de Todos en las mesas escrutadas provisoriamente.
De regreso a Esteban Echeverría, la candidata de la tijera, Silvia Casas, alcanzó cerca del 40% de los votos, venció a las dos listas de Juntos pero en el tramo nacional el Frente logró 3,5% menos que Casas.
En San Fernando, Primera Sección Electoral, la diferencia fue superior a los 5.000 votos, en favor de la lista local del intendente Juan Andreotti. Y, algo similar, ocurrió en Pilar, donde unos 4.440 votos de margen ponían a la lista del jefe comunal, Federico de Achával, unos tres puntos por encima de la encabezada por Victoria Tolosa Paz.
Los desafíos para la candidata platense se acumulan y no sólo debe evitar la tijera electoral sino que, además, deberá convencer a muchos bonaerenses que, principalmente, en el sur del conurbano, no fueron a votar en las PASO de septiembre de la manera en la que solían hacerlo, apoyando alguna de las variantes peronistas que suelen ofertarse al electorado.
CUALQUIER COSA QUE UNO SE SUELTE A COMENTAR....TE CAE EL INADE ENCIMA. MEJOR NO. ACA nadie OPINA
Es histórico. Cuando Menem estaba arriba de todo el peronismo entero se alineó detrás de él. Después hasta su propio vice se hizo anti. Alberto fue funcionario de Menem; CFK no pero lo defendió a muerte (incluso a Cavallo). Cuando el barco del menemismo se empezó a hundir aparecieron los "eso no era peronismo". Hoy le toca el turno al kirchnerismo. Si no levantan más o menos rápido el peronismo se les va a seguir poniendo en contra. No toleran quedarse con el que pierde.
Estoy de acuerdo con PONELE, eso sí debo decir algo, "qué cara de honesta"...