La enfermedad
estreptococal del grupo B (EGB) es una infección bacteriana. Según el doctor
Skye Schulte, este organismo unicelular “vive en el tracto gastrointestinal y
genitourinario y se encuentra en el área vaginal o rectal en el 10 al 35% de
todas las mujeres adultas sanas. La llamada EGB [es causada por las bacterias
Streptococcus agalactiae] puede provocar enfermedades en los recién
nacidos, mujeres embarazadas, ancianos y adultos con otras condiciones médicas
crónicas, como la diabetes y enfermedades hepáticas. En los recién nacidos, es
una de las principales causas de sepsis (infección sanguínea) y meningitis
(infección en el líquido y revestimiento alrededor del cerebro)”.
Como dato curioso, es
destacable que es muy raro que afecte a los adultos. Sin embargo, resulta
mortal para los bebés o deja secuelas permanentes en los que logran sobrevivir.
El ataque tan temido
La bacteria del Estreptococo B se
encuentra en el intestino y su propagación más frecuente es al tracto
genitourinario. La portación durante el embarazo oscila entre el 5 y el 40% y
puede ser transitoria, intermitente o persistente. En su proceso coloniza la
vagina o el recto de la embarazada y se transmite de la parturienta al recién
nacido durante el parto. Cuando existe colonización materna y no se efectúan
medidas de prevención, del 50 al 70% de los neonatos se colonizan pero sólo 1-2%
de ellos se enferman. De esta manera, antes del nacimiento, se esparcen las
bacterias de la vagina al canal de parto e infectan al líquido amniótico que
rodea al bebé, lo que hace que éste se enferme. También, puede verse afectado
después del nacimiento por contacto físico con la madre. Por otro lado, es
posible el contagio de bebé a bebé.
Si se tiene en cuenta que
por año hay alrededor de 700.000 nacimientos, lo que es comparable con la
capacidad de 100 estadios como el Luna Park, es importante saber que las
fallas en la implementación de controles para prevenir las infecciones
provocadas por el estreptococo B, hacen que la probabilidad de contraer la
enfermedad en la Argentina sean aproximadamente de 600 de cada 1000 recién
nacidos.
Los pasos saludables
Entonces: ¿Cuáles son los
pasos a seguir para evitar las infecciones provocadas por esta bacteria cuyo
riesgo de mortalidad en los bebés afectados es del 20%?
En primer lugar, el acceso
al control debería ser fácil, rápido y gratuito para toda embarazada. Además, en
lo que respecta a la evaluación de la mujer durante todo el período de
gestación, tendría que efectuarse en forma regular, con una buena comunicación
entre los profesionales a cargo y con un claro conocimiento de la historia
clínica de la paciente.
Sin embargo, el sistema
de salud es deficiente y estos principios básicos no se concretan en todas
las regiones del territorio nacional.
Según el médico pediatra y
neonatólogo Miguel Nocetti Fasolino, del porteño “Hospital Pedro de Elizalde”,
las infecciones provocadas por el estreptococo B son totalmente
evitables y es por ello que se deben utilizar todos los medios disponibles
para disminuir las posibilidades de infección y actuar con celeridad en los
pacientes de los que se sospecha infección.
Ahora bien, si se parte de
la base de que existe una probabilidad de entre el 5 y el 40% de colonización de
la bacteria en las embarazadas, hay dos estrategias de prevención.
La primera de ellas es la
más utilizada. Se denomina EVALUACIÓN DE FACTORES DE RIESGO y está basada
en un interrogatorio a la embarazada previo al parto, y también de un
exhaustivo examen visual realizado por el obstetra en la sala de internación y
en partos.
Los indicadores a
considerar son:
· Embarazo en madre joven
-
Parto de bebé prematuro (gestación menor de 37 semanas, especialmente menores de 34 semanas)
-
Antecedentes en el historial de la mujer embarazada (por ejemplo, hijos anteriores infectados con la bacteria)
-
Infecciones urinarias sin síntomas
-
Inflamación de las membranas amnióticas que recubren al bebé y que provocan dolor y líquido purulento (pus)
-
Recién nacidos de bajo peso
-
Dolor ante la palpación uterina
-
Observación en el monitoreo fetal de taquicardia o desaceleraciones (ritmo cardíaco variable) en pre-parto
-
Ruptura de membrana uterina mayor a 18 horas
-
Fiebre superior a 38°
-
Mujeres negras embarazadas
Al tratarse de una bacteria
muchas veces asintomática (no evidencia síntomas), la evaluación visual resulta
ineficaz.
El otro método empleado es
el denominado HISOPADO-CULTIVO anal y vaginal, que se realiza
entre las semanas 35 y 37 de la gestación, lo que ayuda a determinar con
mayor precisión la presencia del estreptococo grupo B. Sin lugar a dudas,
éste es el método más recomendable debido a que evita casi totalmente las
probabilidades de infección. Es un análisis de laboratorio sencillo y de
bajo costo. Sin embargo, por la desinformación que impera, no todos pueden
acceder a esta opción.
Por los que vendrán
En abril de
2004, a raíz de la intensa lucha de Daniel Salum - padre de dos gemelos
infectados por el estreptococo B- se comenzó a difundir el tema en los medios de
comunicación.
Ignacio y Ramiro Salum nacieron el 6 de
septiembre de 2002. Ambos recibieron asistencia externa (respiración artificial,
transfusiones) para mantenerlos con vida. Ignacio sobrevivió sin secuelas
pero Ramiro falleció a los cuatro días de nacer. A su madre, Gabriela,
no le hicieron el hisopado-cultivo durante el embarazo. Tampoco estaba
informada sobre los riesgos del estreptococo B y sus formas de prevención.
A partir de las constantes
denuncias de estos padres en distintos medios masivos, se logró que la patología
tomara notoriedad y se consiguió un gran avance en el marco legal. Se
aprobaron leyes en distintas provincias (Río Negro, San Juan, Provincia de
Buenos Aires) y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Estas normativas
exigen la obligatoriedad de realizar el examen de detección a toda mujer
embarazada y a administrarles la medicación necesaria en caso de ser portadoras
del estreptococo grupo B.
Hay una persistente batalla
que se libra para hacer de carácter obligatorio el cultivo- hisopado en todo el
territorio nacional. Sin embargo, cuestiones burocráticas llevaron a trabar la
aprobación de la ley.
En noviembre de 2006, se obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados y en
diciembre de ese año se aprobó media sanción en la Cámara de Senadores. Todo
sugiere que no habrá una sanción inmediata de la ley y que la posibilidad de
prevenir cientos de muertes de neonatos quedará en la nada.
Hoy por hoy
Todos los hospitales de la
República Argentina envían un registro con las causas de las defunciones de los
menores de un año a la Dirección de Estadísticas e Información de Salud
(DEIS). De allí surge que durante 2005 hubo cinco casos de “sepsis del
recién nacido debida a estreptococo del grupo B”. El Ministerio de Salud alega
que en el país la incidencia de muerte por estreptococo B es baja y por ello no
apoya el proyecto de ley. Esa cifra es insignificante si se toma en cuenta que
ese mismo año se registraron 690 “sepsis bacteriana del recién nacido, NO
ESPECIFICADA”. ¿Es esta cifra atribuible a casos excepcionales? La baja calidad
de la información se debe a que los centros médicos elaboran y envían los
informes estadísticos sin especificar las causas de muerte. La falta de
registros confiables y la inacción oficial impiden avanzar en la aprobación de
la ley.
A todo esto, se suma la
ausencia del Estado para paliar el sufrimiento de los niños infectados por
el estreptococo B que han quedado con graves secuelas.
Muchas familias, imposibilitadas económicamente para acceder a tratamientos y
rehabilitación, han gestionado ayuda social en el Ministerio de Salud y Ambiente
de la Nación con resultado negativo.
Gerónimo y Matías Toledo
nacieron en diciembre de 2002, ambos infectados por estreptococo B. Matías
falleció y Gerónimo vive con secuelas gravísimas: aproximadamente un 90% de
discapacidad neuronal y motriz. Fue intervenido quirúrgicamente en varias
ocasiones (de reflujo, de hernia bilateral, por oclusión intestinal y
perforación intestinal). Actualmente, requiere kinesiología respiratoria diaria,
kinesiología motriz y estimulación temprana semanal. La familia Toledo no puede
pagar estos tratamientos y su última esperanza quedó desvanecida cuando el
Ministerio rechazó su pedido de ayuda social. Esta es una gran deuda pendiente
para las pequeñas víctimas que con un simple examen se les hubiera evitado pasar
por todo esto.
Qué hacer
Luego de la realización de
cualquiera de las dos estrategias, ya sea análisis de factores de riesgo o
hisopado-cultivo, los pasos a seguir si la mujer embarazada se encuentra
infectada por la bacteria son muy sencillos. Se le administran antibióticos
(generalmente penicilina) por vía endovenosa previa al parto, cada cuatro o
seis horas y hasta que éste finalice.
El doctor Nocetti Fasolino
explica que, luego de efectuado todo parto, el neonatólogo debe evaluar con un
detenido examen clínico, el estado del recién nacido y sus condiciones de
“normalidad”.
Es así que, durante las
primeras 48 a 72 horas de vida, hay que estar atentos a la posible presentación
de la infección en su forma temprana. Ésta se puede manifestar en el recién
nacido mediante dificultades respiratorias, hipotermia (temperatura corporal
menor a 36°) o hipertermia (temperatura mayor a 38°), letargo, rechazo al
alimento, irritabilidad o mala coloración (palidez). “Los síntomas
mencionados son signos inespecíficos de sepsis”, explica el especialista. Esto
significa que, al presentarse en el bebé cualesquiera de estas complicaciones,
es posible que se deba a una infección provocada por el estreptococo B
o -de otra forma- estar
vinculada a alguna otra patología. Además, Nocetti Fasolino comenta que “existe
un algoritmo que define que ante la presencia de un chico sintomático con
presunción de infección, ya sea con o sin datos de infección en la madre, es
necesario realizar en el bebé un hemocultivo, una radiografía de tórax y
tratamiento mediante antibióticos evaluando de acuerdo a los resultados de
laboratorio y la evolución clínica del pacientito la duración del tratamiento,
pudiendo requerir diez días.”
Superadas las primeras 48
horas de vida de la criatura sin la aparición de ningún síntoma, existe la
posibilidad de una infección tardía. Es probable que ésta se presente después de
la primera semana del parto hasta dos o tres meses después. Este contagio puede
ocurrir de dos maneras: vertical (mamá – bebé) u horizontal (bebé- bebé o
adulto-bebé).
El índice de mortalidad
disminuye y los riesgos son menores en esta infección tardía que en la
manifestación temprana.
A lo largo de estas líneas,
se ha podido observar la gravedad de contraer una infección causada por la
bacteria B. Al consultarle al doctor Nocetti Fasolino acerca de la posible
elaboración de vacunas para descartar todo riesgo de infección, comenta que
“aunque existiera una vacuna, la misma no sería eficiente al 100% debido a que
la bacteria muta y no habría una total cobertura”. Agrega que la medicación
masiva con antibióticos a las embarazadas portadoras de la bacteria con
anterioridad al parto “ha demostrado que tampoco mejora la incidencia en la
reducción de bebés infectados y no es útil para erradicar al germen del tracto
genital por lo cual no estaría recomendada ”.
Por ende, las únicas soluciones posibles son las que hoy se encuentran vigentes.
Es por ello que es necesaria la concreción de la ley que avale que el estudio
hisopado-cultivo, que resulta mucho más efectivo que la evaluación de factores
de riesgo, sea obligatorio a nivel nacional. También es imprescindible generar
conciencia en la ciudadanía de la necesidad de exigirlo a su médico tratante.
Nocetti Fasolino hace hincapié en la absoluta relevancia de “tomar medidas que
permitan el fácil y periódico acceso a la consulta médica y la implementación de
campañas de educación para la salud dirigidas a toda la población”.
Víctimas de la burocracia
La advertencia está hecha.
Sólo falta que la burocracia que domina a los legisladores del Congreso
desaparezca y que avance el proyecto para que el hisopado-cultivo a todas las
embarazadas se transforme en una realidad a nivel nacional. Sólo falta que la
clase dirigente tome conciencia de la importancia de la realización de campañas
de prevención. Sólo falta que se den cuenta de que todos tienen derecho a la
salud, incluso quienes están por nacer. Nada más. Y nada menos…
María Fernanda De Rosa y Mariela Crinó
derosa_fer@hotmail.com /
marielachile@hotmail.com
Direcciones
útiles:
Sitio web sobre la Prevención de la
infección por bacteria Estreptococo B
Hospital Pedro de Elizalde
Avenida Montes de Oca 40 – Ciudad Autónoma de Buenos Aires - (C1270AAN)
Teléfono : (54-11) 4307-5553 / 5842 / 7491 / 4788
Hospital Materno
Infantil "Ramón Sardá"
Esteban de Luca 2151 –
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
(C1246ABQ)
Teléfono: (54-11) 4943-3567
www.sarda.org.ar
Organizaciones:
Group B
Strep Association
http://www.groupbstrep.org/
The
American College of Obstetricians and Gynecologists
http://www.acog.org/
FICHA TÉCNICA DE PRODUCCIÓN DEL INFORME:
Profesionales que realizaron la investigación: 2 (María Fernanda De Rosa y Mariela Crinó)
Profesionales que redactaron el informe: 2 (María Fernanda De Rosa y Mariela Crinó)
Tiempo asignado a la producción: 15 días
Tipos de fuentes consultadas:
*Testimoniales:
3 (Laura Inés Rodríguez Röthlisberger, Miguel Nocetti Fasolino y
Daniel Salum).
*Documentales
bibliográficas: 4
-Nisebe,
Mariana. “Unidos por la vida:
cerca de cien familias juntas para salvar
a los recién nacidos.” Clarín. 29.05.2007.
-Schulte, Skye. “Enfermedad Estreptococal del Grupo B (EGB)”.
http://healthlibrary.epnet.com
-AA.VV. www.familydoctor.org
-AA.VV. Fascículos PRONAP (Programa Nacional de Actualización Pediátrica)
Estrategias de verificación de la información: Revisado por los médicos Laura Inés Rodríguez Röthlisberger y Miguel Nocetti Fasolino.
Estrategias de
producción textual: se utiliza una
estrategia informativo-emocional
a partir de datos estadísticos y relatos de profesionales y padres de niños que
padecen la patología bacteriana. El corpus central está integrado por todas las
entrevistas e informes preliminares realizados durante la producción.
Se realizan varias versiones del texto hasta llegar al presente informe.
Productor general: Néstor Genta