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Yo, Claudio

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LAS NUEVAS ANDANZAS DE UBERTI
LAS NUEVAS ANDANZAS DE UBERTI

A pesar de los esfuerzos del gobierno para quitarlo de la atención pública –lo que fue rápidamente acatado por los desvergonzados medios de prensa genuflexos o comprados por el oficialismo-, nosotros no olvidamos a Claudio Uberti, uno de los funcionarios del ministerio de Planificación que comanda Julio De Vido.

 

Recordamos, por ejemplo, que fue uno de los pasajeros del avión alquilado a la compañía Royal Class por la empresa estatal ENARSA, que proveniente de Venezuela aterrizó en la madrugada del 4 de agosto último en el Aeroparque Metropolitano desatando el caso de la valija con 800.000 dólares confiscada en ese momento y en el que viajaban además el titular de esa empresa, Ezequiel Espinoza, la secretaria de Uberti, Victoria Bereziuk, cuatro funcionarios de la petrolera venezolana PDVSA, el empresario Guido Alejandro Antonini Wilson y, probablemente, otro misterioso pasajero no declarado, el teniente coronel Julio César Avilán Díaz, un habitual emisario de Hugo Chávez para ciertas misiones encubiertas, entre ellas el traslado de valijas rellenas de dólares destinadas a gobiernos, círculos bolivarianos y “milicianos populares” de algunos países del Cono Sur.

Recordamos también que a los pocos días de desatado ese escándalo, Uberti fue renunciado por De Vido, siguiendo las órdenes del presidente Kirchner y como ofrenda a la gilada, haciendo ver que la tan cacareada lucha contra la corrupción había hecho rodar una cabeza, como si ésta fuera la del único culpable.

Asimismo recordamos que el caso de la valija –convenientemente para el gobierno- ya duerme el sueño de los justos, dado que parece haber concluido con el demorado pedido de extradición de Antonini Wilson a Estados Unidos, trámite que jamás llegará a concretarse. Como también tenemos en cuenta lo que no tiene en cuenta la Justicia: que la investigación debió extenderse a todos y cada uno de los restantes pasajeros, al menos los argentinos, ya que seguramente Uberti, Espinoza y la rubia secretaria tienen cosas bastante interesantes que contarle a la fiscal María Rivas Diez y la jueza Marta Novatti, a cargo de la ahora, al parecer, cajoneada causa.

El tiempo fue pasando, y lo concreto es que ya no volvió a mencionarse el tema de la valija dolarizada que aquella madrugada en el Aeroparque, y en un rápido juego de pasamanos, finalmente quedó en las del gordo Antonini Wilson, único chivo expiatorio por el momento que centró las miradas de investigadores y opinión pública, desviándolas de otros objetivos quizás mucho más importantes.

Al presidente de ENARSA, Ezequiel Espinoza, ni lo tocaron. Por su parte Victoria Bereziuk, que había renunciado a los dos días de producido el escándalo de la valija, fue nuevamente contratada por el ministerio de Planificación, revistando ahora con el mismo sueldo que percibía anteriormente a las órdenes de Roberto Baratta, mano derecha del ministro De Vido, en la Subsecretaría de Coordinación y Control de Gestión. Una manera de tenerla tranquila, contenta y en especial vigilada para que no abra inconvenientemente la boca.

Pero a todo esto, ¿qué es de la vida de Claudio Uberti?. Lo veremos a continuación.

 

Soldados “K”

El defenestrado ex director de OCCOVI (Organo de Control de Concesiones Viales), Claudio Uberti, alterna la placidez de su lujosa casa en un country de Pilar (aunque está puesta a nombre de un hijo de 19 años de Julio De Vido) con apariciones en su domicilio santacruceño de Río Gallegos. Pero no lo hace como un exiliado o alguien despreciado por sus malas acciones. A Uberti se lo ha consolado de su alejamiento de la función pública y de los frecuentes viajes al exterior que disfrutaba asignándosele otra misión. Una muy importante para el kirchnerismo teniendo en cuenta la cercanía de las elecciones de octubre.

Esa misión consiste en “apretar” a determinados electores, militantes y punteros irresolutos para que estrechen filas con el oficialismo local y a nivel nacional. Es que los números no le están dando nada bien al candidato a gobernador Daniel Peralta –quien hasta ahora ocupa ese cargo transitoriamente al haber sido borrado de un plumazo su antecesor, el inútil de Carlos Sancho-, y la alarma está cundiendo en la provincia austral y en la Casa Rosada, que por su parte también está escuchando toques de alarma en relación a la propia candidatura de Cristina Fernández de Kirchner. Ocurre en este caso que ya nadie cree en las encuestas denodadamente prefabricadas por la nube de consultores pagados por el oficialismo, a quienes a su vez ya les está costando sobremanera dibujar un índice que pueda superar el 40% de intención de voto a favor de la candidata.

La cuestión es que en Santa Cruz será muy difícil que se imponga Peralta, y en las presidenciales es prácticamente un hecho que haya ballotage. De allí que la desesperación del gobierno y sus acólitos se esté tornando cada vez más visible, mientras la oposición y buena parte del electorado haya comenzado a ver sobrevolar la palabra “fraude” como solución final del oficialismo a lo que podría volverse una infamante derrota, no esperada hasta hace dos o tres meses.

De hecho, no deja de ser llamativo y preocupante que para contabilizar los votos el 28 de octubre se haya contratado a INDRA, la misma empresa informática de capitales españoles que hizo esa tarea en las recientes y conflictivas elecciones de la provincia de Córdoba. Una empresa, además, que ha recibido muchas críticas en España por uno de sus últimos proyectos, la web oficial del Congreso de los Diputados, a causa de sus errores de seguridad y el incumplimiento de stándards.

De allí que –de acuerdo a lo que señala el excelente sitio OPI Santa Cruz- Uberti, junto a otros “soldados” de Kirchner destacados en Río Gallegos, entre ellos el inefable ex chofer, actual testaferro, propietario de un diario, un canal de televisión y un servicio de cable y comandante de patotas Rudy Ulloa Igor, y otros menos notorios para los porteños pero bien conocidos en su provincia como Mario Vidal, Francisco “Batata” Mansilla, Luis Gómez, Juan Carlos Villafañe y otros de similar catadura, estén abocados en estos momentos no sólo a los “aprietes” a díscolos y remisos, sino también a la falsificación de firmas a los avales para los distintos sublemas del oficialismo que se presentan en Río Gallegos, labor encabezada por Claudio Uberti y que ya generó denuncias ante la Justicia de la capital santacruceña. Denuncias que, como es público y notorio, caen en algún cajón que no se vuelve a abrir o directamente en el cesto de los papeles.

Tales son actualmente las tareas que está cumpliendo el ex funcionario que debió alejarse de las mieles del poder con que contaba durante su desempeño en el ministerio de Planificación. Ignoramos si sigue utilizando su oneroso juguete o lo dejó en su casa de Pilar. Se trata de su teléfono móvil inteligente, un Palm Treo azul (fue el primero en poseer uno de ese tipo), capaz de cumplir múltiples funciones computarizadas incluyendo mensajería, Internet y sistema Windows, entre otros cientos de artilugios.

Como base para esta encomiable labor como soldado de Kirchner, el otrora pasajero del vuelo dolarizado, Claudio Uberti, utiliza en Río Gallegos una Unidad Básica ubicada en la calle San Martín 949 (ver fotografía al pie), con sus vidrios cubiertos por afiches promocionando las candidaturas de Daniel Peralta y de Cristina, y encima del ventanal una marquesina con un gran letrero que dice: “Santa Cruz somos todos”.

¿Seguirán siendo todos luego del 28 de octubre?

 

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