Es impactante: mató y no estuvo ni 1 día preso. Pero más increíble aún es que, vale aclararlo, lo que está haciendo es legal, es decir, el sistema judicial le permitió a Gianmarco Dolce volver «a las pistas» sin ninguna consecuencia.
Fue en Abril de 2013. El hijo de la ex top model Bárbara Durand se subió a su camioneta Ford Ranger para volver a su casa en la zona norte de Gran Buenos Aires después de una noche de fiesta y alcohol. Dolce, que por entonces tenía 19 años, perdió el control de su 4×4 que iba a gran velocidad, se montó al guardarrail, tomó altura, cruzó 3 carriles y cayó contra un Volkswagen Gol que en ese momento estaba detenido en la banquina. Dentro de ese auto había tres obreros que estaban a la espera de un cuarto compañero con el que debían ir a trabajar. Los tres hombres murieron aplastados por la Ranger. Las víctimas: Esteban Bart, Walter Flores y Fernando Bustamante. El hecho fatal fue en el cruce de la autopista Panamericana y la ruta 197, a la altura de la localidad de El Talar, en el partido de Tigre. Después de ser acusado de homicidio culposo el joven evitó la cárcel por un arreglo secreto y confidencial entre las partes, por la aplicación de la ley 13.433 bonaerense de resolución alternativa de conflictos penales que contempla esta posibilidad para delitos cuyas penas no superen los seis años de cárcel.
La causa penal se extinguió, se indemnizó en varios millones a las familias de las víctimas y se archivó el caso. Tampoco hubo tareas comunitarias, al menos demostrables, pese a que el abogado de Dolce indicó que el joven habría dado charlas sobre alcohol y su influencia en accidentes, en colegios.
Más aún, un auto a su nombre figura con multas de tránsito en Capital y Gran Buenos Aires. El municipio de Pilar informó que no le otorgó nuevamente la licencia de conducir. A su vez, pese al hermetismo familiar, este periodista pudo hablar con la abuela de Dolce, que afirmó que su nieto «no volvió a manejar».
En su cuenta de Instagram publicó nuevas fotos, hasta ahora desconocidas, de su vida actual: playas, salidas, reuniones, alcohol y conducción de camionetas en el exterior del país. ¿Y en Argentina?…
No hay dudas: el responsable no es el protagonista de esta historia que vive la vida que el sistema judicial para «ricos» le permitió, sino la ley que hace toda esta aberración posible.
Vamos a tener que volver a la época del "ojo por ojo", pero ampliada para toda la parentela....solo así aprenderán. Creen que la plata paga todo?
Todo se paga, hay que tener paciencia. La madre, obviamente no tiene dignidad.