Nuevamente se
ve en los cajeros automáticos la modalidad de instalación de cámaras ocultas y
lectores grabadores y reproductores de banda magnética.
Estos
dispositivos permiten a los delincuentes disfrazar la boca de toma del cajero
con una falsa que lee los datos del usuario.
Combinado esto con una "micro cámara oculta" del tamaño de una moneda de un peso, transmite las
imágenes de la persona enfocando el teclado del cajero de esta manera ya tienen
los datos para copiar la tarjeta y el "pin" del usuario para realizar retiros de
dinero.
Vale decir que
cuando usted se retira del cajero el delincuente ya tiene una tarjeta apócrifa y
su "pin" de autorización para efectuar el retiro.
La gama vieja
de cajeros permite esta operatoria, no así los cajeros del estilo del Banco ITAU
que
tienen un sistema combinado de entrada lectura y soporte que quitando la tarjeta
además después de cierta cifra le da varios números de tres cifras que usted
tiene que elegir para completar su numero de DNI y de esta manera poder retirar
el dinero.
Es hora de
exigir una modernización de los usuarios de ATM. Ya que estas modalidades, ya
bien reconocidas desde hace más de tres años, se siguen repitiendo.
Lo que no hace
que el sector bancario invierta en nuevos recursos y hay cajeros que ya tienen
su período de vida útil cubierto y que si bien funcionan no brindan garantía
alguna de seguridad al usuario, más que el pago de un seguro que desnaturaliza
el uso y la función del equipo, que es poder retirar dinero con confianza