La semana pasada la legisladora del Frente de Todos, Ofelia Fernández, presentó un proyecto de ley para que el protector solar sea considerado un medicamento e ingrese así en la cobertura de prepagas y obras sociales.
Además, el proyecto propone que el ministerio de Salud porteño garantice la entrega de protector solar gratuito en distintos puntos de la Ciudad. Lo presentó junto a Dadatina (Daniela López), una cosmetóloga influencer, muy conocida en las redes sociales.
El proyecto en sí parece ser bastante inconsistente con la realidad del sistema de salud. De hecho, consultada específicamente por la iniciativa de la legisladora Fernández, la propia Carla Vizzotti aclaró: “Subsidios y gratuidad en el sistema de salud, con la fragmentación que tiene, es bien complicado. No hay una estrategia que solucione el acceso a todos los subsectores. Es bastante más complejo que eso. Por lo tanto, hay que pensar una política de producción pública y después de acceso también”.
Improvisación y voluntarismos
Vale la pena preguntarse también si la Legislatura Porteña es el ámbito correspondiente para debatir una ampliación en la cobertura de prepagas y obras sociales, o si corresponde a un debate que debería darse en el Congreso Nacional. La respuesta de Vizzotti parece ser la correcta: “Es bastante más complejo”.
Al margen de las buenas intenciones que pueda tener Ofelia Fernández, la iniciativa es un fiel reflejo de cómo funciona el proceso de elaboración de políticas públicas en la Argentina, cargado de improvisación y voluntarismos.
En las últimas dos décadas, los argentinos hemos construido un Estado elefantiásico, que crece más y más, convirtiéndose en una carga cada vez más pesada para los contribuyentes.
A esta altura del partido, no debería ser necesario aclarar que no existe nada “gratis”. En ocasiones la opinión pública fácilmente cae víctima de lo que en realidad es una ilusión, pero lo más alarmante es, en todo caso, que sea la clase dirigente quien así lo presente. La falta de franqueza y prudencia a la hora de administrar los recursos públicos es preocupante.
Si el bien “regalado” (ya sea protector solar o cualquier otro elemento que puede ser igual o más importante) lo provee el Estado, eso implica necesariamente una mayor carga impositiva o una reducción en la cantidad o la calidad en el suministro de otro bien público.
Si se distribuye a través de prepagas y obras sociales, los costos de una ampliación en las coberturas se trasladan a los usuarios o (en un marco de tarifas reguladas como el actual) implicará un deterioro en otro tipo de servicios. Obviedades, que de todas formas vale la pena recordar frente a la magnitud de los desvaríos actuales.
Los hacedores de política pública parecen olvidarse del impacto fiscal que tienen sus iniciativas (que tienden no solo a gastar más sino también a incrementar el tamaño de las burocracias). Caen así en constantes facilismos a la hora de gobernar: resulta mucho más sencillo presentar ante la sociedad una supuesta ampliación de derechos, mayores beneficios y regalos por parte del Estado, sin proyectar su eventual financiamiento o ni siquiera hacer referencia a los costos asociados. En definitiva, todo deviene en una especie de engaño colectivo.
Un costumbre en todos los niveles del Estado
La iniciativa de Ofelia Fernández no es mejor ni peor de lo que hace el Estado nacional y provinciales recurrentemente. Hay un sinnúmero de políticas públicas de magnitudes mucho mayores a partir de las cuales el Estado despilfarra recursos públicos, improvisa sin evaluar el impacto de las acciones adoptadas, subsidia a sectores que no lo necesitan o define mal las prioridades.
Solo por mencionar algunos: los subsidios en las tarifas de servicios públicos, los pasajes en Aerolíneas para viajes al exterior o el programa Previaje con 50% de devolución sin distinción alguna.
El problema no es entonces el proyecto de Ofelia Fernández o, mejor dicho, el problema no es solamente Ofelia Fernández; es la manera irresponsable de gestionar la cosa pública que se convirtió en la regla de este sistema. Si queremos mejorar la administración pública, para hacerla más eficiente, equitativa y racional, entonces será necesario ir más a fondo. Ofelia es solo un eslabón más.
El desorden en las prioridades se evidenció este mismo sábado: Oscar Swarman, médico a cargo de la Unidad Febril de Urgencia del hospital Santojanni fue golpeado por una persona que estaba enojada porque no lo pudieron testear para confirmar si tenía Covid-19.
¿No sería razonable usar los escasos recursos del Estado, ya sea nacional, provincial o porteño, en reforzar el sistema de salud para hacer frente a la que hoy es su principal prioridad? Los centros de testeos colapsaron este fin de semana y el doctor Swarman contó que no tuvo tiempo ni de tomar un vaso de agua o ir al baño en cinco horas.
Como recompensa por su arduo trabajo recibió una golpiza. Estas son las condiciones en las que están trabajando los profesionales de la salud a partir del nuevo incremento en la cantidad de casos. Al margen de la falta de test, en los hospitales públicos muchas veces faltan otros insumos básicos como guantes, gasas o anestesia. ¿Pero primero necesitamos comprar protectores solares?
Este Estado vetusto e ineficiente, que en los papeles interviene en múltiples aspectos de nuestras vidas, falla en suministrar correctamente todos los bienes públicos de los que dice hacerse cargo (justicia, educación, salud, seguridad, cuidado del medioambiente).
La preocupación por el cáncer de piel es sin duda legítima y suponiendo que el Estado deba intervenir (lo cual es factible), podría hacer muchas otras cosas antes para atender esta problemática sin llegar al extremo de comprometerse a repartir protector solar gratis, como desplegar campañas de concientización a través de los canales con los que ya cuenta.
De hecho, también vale la pena preguntarse si las campañas de concientización no serían incluso más eficientes. Cuando un porteño se va a una de las playas de la provincia de Buenos Aires, donde no tendrá el beneficio de contar con un protector solar gratis suministrado por el gobierno de la Ciudad, ¿qué hará?
De todas formas, solo es posible hacer suposiciones respecto a lo que sería mejor o peor, ya que en la Argentina no hay medición ex ante o ex post al elaborar e implementar una nueva política pública. El proyecto de la legisladora Ofelia Fernández prefiere ir por la salida más fácil: protector solar gratis para todos y todas.
Primero quiero preguntar de donde salió éste aparato llamado OFELIA FERNÁNDEZ . Terminó algún estudio o solamente ocupa una banca porque la votaron sus amgos, entre ellos un pedófilo. La pobrecita piensa que como sobra dinero para pagarle su dieta, no la alimenticia que no lasigue por lo que se ve, sino su sueldo, se puede despilfarrar en TODO. "CERO " idea para reducir al ESTADO que no soporta NADA MÁS y que hay que reducirlo ya. Imaginen después de una Pamndemia como quedaron las Instituciones Privadas de Salud. Fundidas. Insisto, solamente dejar a cargo del Estado Seguridad y Salud Pública que cuentan en estos momentos con escasos recursos materiales y de personal y al resto de las Instituciones cerrar y privatizar. Así mismo las jubilaciones de esos agentes.ANSES y justamente ahora a cargo de UNA DELINCUENTE como RAVERTA, no le podés agregar más nada.
Estamos en la argentina mediocre de berretalandia, de donde salen tantas boludeces en la legislatura porteña ,siguen con las mismas huevadas como cuando era el Consejo (delirante ) Deliberante,por favor la constitucion de la ciudad autonoma de buenos aires no le pide idoneidad a los que ocupan un cargo publico,pot favor copien y agreguen el Art,16 de la Constitucion Nacional,,Y pensar que se creyo que elevaria su nivel intelectual la legislatura y honestamente hay mas criterio en un jardin de infantes que en los 60 legisladores capitalinos
¡Como se nota que la piba empezó a cobrar groso sin necesidad de esforzarse ni construir mèrito alguno para ganarse su "sustento"! Si hubiera empezado desde abajo, LABURANDO EN SERIO y viendo lo lo dificil que ganarse el peso (por mas devaluado que esté), sabría que lo GRATIS no existe, pues SIEMPRE alguien paga por ello y no son precisamente "los que mas tienen", como ella cree, sino los millones de hambreados y desocupados de la Argentina que VIVEN DE SUBSIDIOS y que cuando compran ALGO con las tarjetas de "racionamiento" para subsistir está pagando el IVA que va al Estado para que pague SU sueldo y lo que ella cree que es "gratis". ¿Porqué mejor no propone que el "gobierno de cientificos" instruya a la Universidades públicas, al INTI y CONICET para el desarrollo de protectores solares a bajo costo en lugar de "gratis" y de paso genera emprendimientos de bioquimicos y farmaceuticos para que produzcan esos productos? ¿Nunca piensan en iniciativas que impliquen DESARROLLO PRODUCTIVO Y LABORAL? ¿Todo tiene que ser "gratis"?
Ofidelia tuvo mucha suerte. La próxima vez aparecerá en lista sabana, como siempre. No votes esa lista porque votas desatinos.
Sin dudas esta cabeza de termo no piensa absolutamente en nada, nunca una idea para generar impulso económico. Siempre gastando la plata ajena sin pensar, total no es la suya.