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El pensamiento económico de la UCR desde Hipólito Yrigoyen hasta Cambiemos y la creación de YPF

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Todo es historia
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Desde el 12 de octubre de 1916 a la fecha han transcurrido más de 105 años durante los cuales la Unión Cívica Radical ejerció la Presidencia de la Nación, sola o como socia mayor o minoritaria, durante 48, con rótulos diferentes, a través de los cuáles implementó políticas económicas en muchos casos contradictorias.

 

Así se sucedieron las ideas económicas en la UCR desde la aparición del estado empresario e impulsor de las políticas sociales, con Máximo Marcelo Torcuato de Alvear; altamente controlador, con Agustín Pedro Justo, hasta otras contradictorias con aquellas y hasta divergentes dentro de una misma gestión.

A la circunstancia de que Juan Hipólito  del Sagrado Corazón de Jesús Yrigoyen llegase a la jefatura del Estado en el marco de la reforma electoral impulsada por Roque Sáenz Peña e implementada por su sucesor Victorino de la Plaza, corresponde adicionar que la Argentina desde 1913 se encontraba afectada por una grave crisis económica que ese año puso fin a las dos décadas de gloria que siguieron al “Acuerdo Romero”.

Eso ocurrió bajo la presidencia de Luis Sáenz Peña, cuando su ministro de Hacienda, Juan José Romero, un hombre vinculado con Ernesto Tornquist y Jean Silvio Gesell, resolviera el enorme endeudamiento generado a partir del empréstito de la Baring Brothers, de 1824, impulsado por Bernardino de la Trinidad González de Rivadavia.

Hacia 1910 en Europa se inició una serie de conflictos bélicos conocidos como las “Guerras de los Balcanes” que desembocaron en la “Gran Guerra”, luego rebautizada como “Primera Guerra Mundial”.

Esos conflictos, ya en 1913, pusieron en graves problemas a algunos países de ese continente, en particular al entonces Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, en 1916 devenido en Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, por lo que se debilitó enormemente el superávit comercial que la Argentina tenía con él y de esa manera se conmovió la economía nacional y generó un fuerte malestar.

Entre el freno de la llegada de capitales europeos y la merma de exportaciones el Producto Interno Bruto argentino se desplomó en un 10,4% durante 1914, año de la muerte de Roque Sáenz Peña y su relevo por Victorino de la Plaza, para registrarse un pequeño repunte del 0,5% en 1915 y recaer un 2,9% en 1916, año de la primera victoria de la UCR y de Yrigoyen y una gran merma de 8,1% en 1917.

Estas sucesivas caídas del PIB argentino aceleró las protestas que se desataron en 1919 con la “Semana Trágica” y en 1920 con la “Patagonia Trágica”, duramente reprimidas, al tiempo que se rompió relaciones con la ex Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas tras la Revolución Bolchevique.

El fin de la primera “Gran Guerra” permitió una recuperación de las exportaciones argentinas que pasaron de 916 millones de pesos en 1914 a $ 2.343 millones en 1919.

Pero el debilitamiento del RU dió lugar a la aparición de las inversiones procedentes de los Estados Unidos de América mediante la instalación de entidades financieras como el First National Bank of Boston (1917) e industrias automotrices como The Studebaker Company of America (1918), o de maquinaria eléctrica como Standard Electric Argentina (1919), y químico-farmacéutica como Merck, Sharp and Dohme (1919), entre muchas otras.

Así se fueron incrementado las operaciones de comercio internacional con un superávit declinante que se convirtió en déficit en 1921, por $ 178 millones, que se limitó a $ -31 millones en 1922 para rebrotar en 1923, primero de la gestión de Alvear a $ 221 millones lo que aceleró la toma de enérgicas decisiones implementadas por el ministro de Economía, Rafael Herrera Vegas, nacido en Venezuela, quién avanzó en activas políticas que generaron la creación de empresas del estado como el Frigorífico Nacional, luego denominado “Lisandro De la Torre”, para poner fin al control de firmas extranjeras del mercado de las carnes.

El propio presidente Alvear, a través de su ministro de Agricultura, Tomás Alberto Le Bretón, impulsó la creación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales apelando a un propulsor de la misma, el general ingeniero Enrique Carlos Alberto Mosconi quien ya en 1925, a pesar del rechazo del Congreso de la Nación a presupuestarle los fondos correspondientes, pudo inaugurar la Destilería de La Plata gracias al dinero que le fuese adelantado por el empresario Carlos Madariaga, amigo del primer mandatario, y cuya construcción se inició el 14 de enero de 1925, hacen hoy 97 años.

La visión industrialista de esa gestión hizo que el Estado Nacional también creara la Fábrica Militar de Aviones de Córdoba en 1927, de la que ya en 1928 salió a volar su primer producto y en el puerto de la hoy Ciudad Autónoma de Buenos Aires instaló un astillero impulsado por el ministro de Marina, el almirante Manuel Domecq García, cuyo nombre luego le fue aplicado, para la fabricación de navíos y, entre otras cosas más, se llevó adelante el casi desconocido proyecto de energía mareomotriz, sobre el que se realizaron importantes estudios, abandonados tras el cambio de Gobierno.

En el sector privado hubo centenares de grandes inversiones extranjeras, entre las que pueden mencionarse la Compañía Burroughs de Máquinas Limitada, estadounidense (1924), de equipos y artefactos eléctricos; la automotriz estadounidense General Motors (1925); la metalúrgica estadounidense The Armco Internacional Company (1926); el laboratorio estadounidense Parke Davis (1926); y la estadounidense Colgate-Palmolive, de productos químicos y farmacéuticos (1927), entre las que también las hubo de los sectores financiero, comercial y de servicios.

En materia social fue importante la sanción de la Ley N° 11.289 mediante la que Alvear y Herrera Vegas crearon en 1923 el sistema nacional de jubilaciones, de carácter universal, que debió ser derogado en 1926 ante las huelgas desatadas por la Confederación General del Trabajo y los reclamos de la Unión Industrial Argentina ya que ambas conducciones rechazaban la realización de aportes, tanto de empleados como de empleadores, para la sustentabilidad del fondo del que debían salir los pagos para los beneficiarios del sistema en un marco donde la distribución del ingreso tenía una equidad sin antecedentes.

El proteccionismo agrícola de los EUA afectó la economía argentina lo que motivó las protestas del gobierno de Alvear en el Congreso Panamericano de La Habana de 1928, y ello se agravó en 1929 a raíz de la crisis financiera mundial iniciada en 1929 en Nueva York.

Esto hizo que, en ese año, el presidente Yrigoyen -ya en su segundo mandato- firmase el Tratado D’Abernon con el RU que no llegó a implementarse a raíz de su rechazo por el general José Félix Uriburu, presidente de facto tras el golpe de 1930, pero restablecido en 1933 mediante el “Tratado de Londres” (Pacto Roca-Runciman”), durante la presidencia del general Agustín Pedro Justo.

Una de las fracciones de la entonces dividida UCR fue la socia principal de la gestión Justo y manejó durante el primer año la economía del país a través del ministro Alberto Hueyo, quién implementó esquemas liberales luego abandonados al ser reemplazado por el socialista Federico Pinedo.

Fue Pinedo quien desarrolló las mayores políticas de intervención pública mediante la creación de medio centenar de organismos como el Banco Central de la República Argentina la Junta Nacional de Carnes y la Junta Nacional de Granos entre muchos otros, además de implementar el Impuesto a las Ganancias.

Tras la Revolución de 1943, los radicales fueron socios de la gestión cívico-militar iniciada en 1955 cuando el ex socialista Eugenio Alberto Blanco ocupó la cartera económica, cosa que volvió a hacer bajo la presidencia de Arturo Umberto Illia, desde que este asumiese, en 1963, hasta su muerte, al año siguiente, cuando fuera reemplazado por Juan Carlos Pugliese.

En esta etapa fue que se registró un fuerte incremento del PIB del 10,3% en 1964 y del 9,1% en 1965 para desplomarse al año siguiente, el primero de la gestión golpista del general Juan Carlos Onganía.

Pero antes de la gestión Illia otra fracción de la UCR gobernó entre 1958 y 1963 bajo las presidencias de Arturo Frondizi, derrocado en 1962 y reemplazado por José María Guido, durante las cuales predominó una política de expansión de la actividad privada, sobre todo en el área hidrocarburífera -luego reestatizada por Illia-, lo que generó fuertes conflictos sociales, como el cierre de ramales ferroviarios y la habilitación para la educación universitaria no estatal; resistencias sociales para cuya represión se estableció el Plan Conintes (Conmoción Interna del Estado) al que se oponía su asesor Rogelio Julio Frigerio, padre del desarrollismo en la Argentina.

La UCR volvió al gobierno con Raúl Ricardo Alfonsín en 1983 quién a través de sus ministros del área y sus presidentes del BCRA aplicó diferentes políticas pasando de un esquema keynesiano durante la gestión de Bernardo Grinspun a una visión anti inflacionaria, con Juan Vital Sourrouille, basada en las interesantes ideas de los brasileros Persio Arida y André Lara Resende pero que fue derivando hacia alternativas confusas que desembocaron en un proceso privatizador, liderado por Rodolfo Héctor Terragno, que no logró concretarse pero que fue punto de arranque para el luego implementado por el presidente Carlos Saúl Menem.

Como socio mayor de una Alianza, que incluyó a sectores separados del Partido Justicialista, la UCR, liderada por Fernando De la Rúa, gobernó durante dos años a partir de 1999 manteniendo el esquema económico heredado de Menem e implementado por el ex ministro Domingo Felipe Cavallo, pero el agotamiento del sistema hizo que se desembocase en una fuerte crisis que llevó a la renuncia presidencial y su alejamiento de la gestión nacional hasta su posterior retorno de la mano del gobierno del presidente Mauricio Macri como socio de la alianza Cambiemos, pero sin peso mayor en las decisiones económicas que generaron  una nueva e importante crisis económica, financiera y social en el país.

 

3 comentarios Dejá tu comentario

  1. ¡Muy ilustrativa la historia! Pero LA ARGENTINA, mas que la UCR necesita PLANES (A,B,C,D...) para el CONTEXTO ACTUAL DEL PAIS. Las propuestas de antaño no sirven para nada para el presente, pues la GLOBALIZACION DE LA ECONOMIA le dá un sesgo diferente al analisis de VARIABLES que juegan a la hora de tomar decisiones. Si bien existe una ignorante obsecaciòn de parte de algunos teóricos respecto al "VIVIR CON LO NUESTRO", está claro que la INTEGRACION PRODUCTIVA (bienes de capital e insumos), es el camino obligado de todo pais que pretenda crecer y a su vez contar con la tecnologìa de punta. Por otra parte se deben DETECTAR LAS FORTALEZAS DIFERENCIALES respecto a otros paises y concentrarse en PRODUCIR en base a ellas para diferenciarse en CALIDAD DEMANDADA y obviamente cotizar a mejores precios. Y si hay rubros "tradicionales" que deberían dejar de explotarse por ser mas conveniente la importación de los bienes, tanto en calidad como en precio, pues sin ponerse colorado hay que dejar de producirlos y el Estado a su vez colaborar en la RECONVERSION de esa industria nacional a otra mas competitiva y rentable.Tambien hay que impulsar las ASOCIACIONES de capitales foraneos con capitales nacionales, pero para eso el ESTADO DEBE REVISAR SU ROL DENTRO DE LA ACTIVIDAD PRODUCTIVA Y COMERCIAL reviendo el MARCO LEGAL Y FISCAL EXISTENTE. Y lo mas importante, como OBLIGACION DEL ESTADO (nacional, Provincial, municipal(, GENERAR LA INFRAESTRUCTURA DE SERVICIOS Y LOGISTICA, para que la producion pueda realizarse SIN INTERUPCCIONES por deficiencias, ya sea en la provision energetica y de servicios publicos.El ESTADO DEBERIA COMPLEMENTAR LA INICIATIVA PRIVADA si es que en serio quiere "lanzar el pais productivo al mundo". Sea UCR, PRO, o quien quiera que sea que tome la manija de ADMINISTRAR EL PAIS DE LOS CIUDADANOS, (no de adueñarse, como sucede hoy)

  2. Todo bien Exigente, pero este es un recorte, un perfil de lo que fue la UCR, creo que está bien logrado y nos muestra que en su historia hay DOS miradas económicas muy diferenciadas y que se alternan, una más bien peronista, y otra desarrollista.y en ese movimiento todavía se encuentra la UCR, Frondizi se abrió, no los aguantó más y Lilita, no sé cuáles fueron las razones de Lilita para salirse. Y Terragno fue más afín a las ideas de Frondizi / Alvear, un desarrollista. Y creo que lo que el autor menciona como una nueva crisis económica en el gobierno de MM, NO FUE NUEVA. Para nada nueva, era una vieja crisis, nunca resuelta. No por nada la deuda total argentina asciende a U$D 353.000 millones.

  3. El problena de la deuda no sería tan grande si no fuera por quienes la tienen que conducir, llevarla adelante. Con hacer bicicleta no se gana nada. Co esta actitud es el país entero el que pierde. Pero claro hacen falta políticos con aptitudes (huevos/ovarios) para llevarla adelante, que tanto el gobierno actual, como la oposición no estan en condiciones de hacer el correspondiente trabajo. Sigan peleandosé, que los de ajuera nos van a comer bien pronto!!!.

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