Ahí está la británica Doris Lessing,
sentada frente a la puerta de su residencia en el número 24 de alguna calle del
Reino de Inglaterra (oeste de Hampstead, al norte de Londres) como una dueña de
casa, asediada por los fotógrafos y sus flash inmortalizándola como el Premio
Nobel del 2007. No figuraba entre los favoritos de este año, pero reunía las
condiciones de época en que se están moviendo las decisiones de los académicos
suecos para otorgar el máximo lauro de las letras globales. Doris Lessing, una
antigua y destacada activista feminista, tenaz opositora al racismo sudafricano,
nacida en Irán, criada en Rodhesia, desplazó a los grandes favoritos: el
italiano Claudio Magris y el norteamericano Philip Roth.
Con una larga y premiada trayectoria, Lessing de 87 años de
edad, es autora de las novelas "Canta la hierba", "El cuaderno dorado", "Hijos
de la violencia" y otros libros que le han merecido premios importantes, entre
ellos, el Médicis y el Príncipe de Asturias de las Letras. Los académicos han
declarado que es una de las decisiones más meditadas que hemos tomado jamás y le
otorgan el premio por ser una "narradora épica de la experiencia femenina, quien
con escepticismo, ardor y poder visionario ha sometido a escrutinio a una
civilización dividida"
En poco más de un quinquenio, el Reino Unido se ha alzado con
tres premios nobeles: 2001: Surajprasad Naipaul y 2005: Harold Pinter.
Ningún periódico, ni los suecos, tampoco los más reputados
críticos y conocedores de la filosofía de la premiación escandinava, tuvieron la
más remota idea que Doris Lessing, quien cumple 88 años el 22 de octubre
próximo, se convertiría en la onceava mujer que recibe el Premio Nobel desde que
la chilena Gabriela Mistral, abrió las puertas a la mujer en 1945. Lessing es
una escritora activa, este año editó "The Cleft" (La hendidura).
Le han preguntado a Doris Lessing, quien militó en los años
cincuenta en el Partido Comnuista de Inglaterra, qué veía hacia atrás: "Todo
aquello tan espantoso que había cuando era joven ha desaparecido. Todo eso que
parecía permanente: Hitler, Mussolini, la Unión Soviética, el Imperio Británico,
todos los países europeos que eran imperio, el racismo en Estados Unidos,
Franco... Se han ido". Y si mira hacia el futuro? "Siempre veo el mundo con
problemas serios... La conclusión es que la especie humana está totalmente loca.
Lo siento por ustedes que son más jóvenes..." Escribe cada día, le preguntaron.
No, sólo los hombres. Por qué?, porque tienen una mujer que se ocupa de ellos.
¿Estamos viviendo una guerra de culturas entre Occidente y
Oriente?
No. Pero, de alguna manera, estamos volviendo a las cruzadas.
Hay diferentes pensamientos, diferentes facciones, no un pensamiento único...
Metemos todo en el mismo saco porque no entendemos, pero no es lo mismo.
Usted ha dicho: «Blair es un hombre pequeño en un país
pequeño; Bush es un hombre pequeño en un país grande...». ¿Por qué la gente les
da el poder?
No sé... La gente eligió a Blair para un tercer mandato
cuando sabía que es un mentiroso y un incompetente. Los estadounidenses ignoran
casi todo. La gente allí es fácil de manipular.
¿Qué está escribiendo en este momento?
Historias cortas. En enero, quizá, salga un nuevo libro. Leí
en algún lugar que la base de la humanidad es femenina y después llegaron los
hombres. Eso es lo que me inspiró para escribir un relato sobre ese asunto.
Estas preguntas las hizo Fernando Mas, corresponsal en Lodres del diario español
El Mundo. Doris Lessing, dijo sentirse contenta, optimista, no feliz, porque
nunca esperó nada maravilloso ni la felicidad.
Doris Lessing, de acuerdo con quienes la conocen, sigue
escandalizando con sus ideas y literatura, lo que para mí resulta ser su mejor
carta de presentación y de todo escritor que se aprecie de tal. Una nota de
Stuart Wavell de The Time, advierte que el lenguaje escabroso de su novela más
reciente, The Cleft (La grieta), ha ofendido a la correctora de pruebas hasta el
punto de que se ha negado a seguir trabajando en el libro.
"La novela de Lessing narra la historia mitológica de unas
mujeres conocidas como las clefts, que viven sin necesidad de aventuras sexuales
ni de hombres y que sólo dan a luz a niñas, hasta que su armonía salta por los
aires ante el nacimiento de unos descendientes varones, los squirts. Ambos
nombres hacen referencia al aparato reproductivo [cleft significa grieta o
hendidura; mientras que squirt quiere decir mequetrefe o chiquitajo]."
«Le voy a contar dice Lessing sin necesidad de preguntárselo,
«qué es lo que a esta mujer le resultaba insoportable. Le molestaba la palabra
cleft. Decía que la encontraba repugnante y degradante. No veo por qué. Le
molestaba incluso más que squirt, la otra palabra" Wavell, quien la visitó en su
casa previo al Premio Nobel, dice que sigue teniendo la mente tan afilada como
un cuchillo.
En los dos volúmenes de su autobiografía, 'Under my skin'
['Bajo mi piel'] y 'Walking in the shade' ['Paseando a la sombra'], Doris
Lessing describe sus años de educación en Irán y el traslado de su familia
cuando ella tenía cinco años al sur de Rodesia, la actual Zimbabue.
Y esta es su vida, como la recoge Wavell: "Dejó de frecuentar
la escuela a los 13 años y escapó de las expectativas agobiantes de su madre.
Trabajó como niñera y como operadora en la central de teléfonos de Salisbury (Rodesia),
y a los 19 años se casó con Frank Wisdom, un funcionario público. Incapaz de
aguantar el estilo de vida de las colonias, abandonó a su marido y a sus dos
hijos y se largó con un emigrante alemán, Gottfried Lessing, un comunista
acérrimo, con el que tuvo un hijo, Peter. Pero el matrimonio no duró mucho."Al
término de la Segunda Guerra Mundial, se trasladó con Peter a Londres, donde su
primera novela, 'The grass is singing' ['Canta la hierba'], la reveló como una
prometedora estrella en el año 1950.
"Antes de que otros intelectuales se dieran por enterados de
los desmanes violentos de Stalin, Lessing se retractó de su «decisión neurótica»
de afiliarse al Partido Comunista. Desde entonces, se ha referido a los
comunistas como «asesinos con la conciencia tranquila».
Doris Lessing ha roto todas las convenciones, narradora,
poeta, dramaturga. "Sus lectores se dividen entre quienes sienten pasión por su
novela The golden notebook (El cuaderno dorado), considerado un clásico del
feminismo -aunque no por su autora- y quienes prefieren sus obras de ficción
científica, de las que se afirma que son responsables de que su nombre haya
desaparecido de la lista oficiosa de candidatos al premio Nobel.
Resulta difícil, sin embargo,- advierte Stuart Wavell-
verificar hasta qué punto se toma ella misma en serio la idea de una sociedad
femenina que se perpetúa sola a sí misma. Los científicos modernos sostienen
que, en los seres humanos, ese tipo de reproducción es inviable, con la notable
excepción de Jesucristo. Sin embargo, el nacimiento asexuado de cuatro dragones
de Komodo en el Zoo de Londres ha reavivado el debate acerca de la forma en la
que se ha desencadenado ese mecanismo.
Pues bien, resulta que Lessing se lo toma absolutamente en serio. «En mi
opinión», explica, «los hombres han sido un invento reciente. Tienen ideas
diferentes, pero son imprevisibles, no se puede contar con ellos. Todavía no se
han asentado. Estará usted de acuerdo en que, en las mujeres, hay una especie de
solidez. Tienen un empaque, como que han echado raíces».
Rolando Gabrielli©2007
http://rolandogabrielli.blogspot.com/