“El juez federal Ariel Lijo resolvió hoy iniciar los trámites para enviar a juicio oral al ex titular de la SIDE Hugo Anzorreguy, al ex juez federal Juan José Galeano y a los demás procesados por serias irregularidades en la pesquisa del atentado a la AMIA.
    Según informaron fuentes judiciales, el magistrado dio por cerrada esta investigación y pidió a la fiscalía y a los querellantes que requieran formalmente la elevación a juicio oral.
    Anzorreguy, Galeano y el ex titular de la DAIA Rubén Beraja, entre otros procesados, serán juzgados por el delito de 'peculado', por el cual podrían ser condenados hasta a diez años de prisión”. Esta información se dio a conocer en el comienzo de la tarde del jueves 18 de octubre del corriente. En el marco de los dimes y diretes de este ríspido tema, no es casualidad permanente que justo cuando el presidente George Bush identifique a Irán como un posible iniciador de una hipotética Tercer Guerra Mundial, los ánimos se caldeen.
    Pero sin duda es una verdadera sorpresa que un magistrado, horadando el muro de impunidad y encubrimiento, tome una medida semejante contra estos siniestros personeros que, con cuyo accionar, establecieron que la investigación de la masacre de la calle Pasteur jamás llegara a su conclusión verdadera.
    Hugo Anzorreguy, jefe de la SIDE durante aquellos días de julio de 1994, desvió la atención sobre los autores materiales e intelectuales del atentado valiéndose de sus excelentes vínculos con la CIA y el MOSSAD, sirviéndole los mismos para elaborar el engañoso entramado Trafic bomba-suicida musulmán y cuento persa. El juez federal Juan José Galeano, caído actualmente en desgracia, poseía excelentes relaciones con ese servicio de inteligencia, adhiriendo sin chistar al mamarracho prohijado por Carlos Menem sobre la “semiplena prueba contra Irán”, cuando en realidad no existía ni la más mínima. El suceso de su viaje a Venezuela, acompañado por los inefables fiscales Barbaccia y Mullen, a bordo del Tango 01, para entrevistar al chivato iraní de la CIA Moatamer, no tiene ni tendrá desperdicio alguno. Este trucho, que en realidad no era ningún ex sérpico, había sido plantado por los estadounidenses a fin de embarrar la cancha y desviar la atención sobre la participación del narcoterrismo sirio. Llegado a Buenos Aires, declaró muy ufano a los micrófonos y cámaras que al conocer las revelaciones que traía de Caracas, “se iban a caer de espaldas”, para luego partir raudo a la quinta de Olivos para reunirse con el riojano. Este, al escuchar la perorata en farsi del trucho, se quedó profundamente dormido dando profundos ronquidos. Al final, nadie se cayó de espaldas. Pero la corporación mediática, durante una larga década, aceptó su juego a cambio de hurgar en el expediente poniendo a la inexistente camioneta como piedra basal.
    El cuadro se completa con Rubén Beraja, titular otrora de la AMIA-DAIA, quien a sabiendas de que el régimen afincado en Teherán no tenía nada que ver, siguió con el verso para que no se investigaran sus oscuros manejos del Banco Mayo y Patricios. Siendo terriblemente abucheado en el acto conmemorativo del 18 de julio de 1997, no vaciló en concurrir a la Rosada para pedir perdón.


Coiman, que grande sos

    Tanta impunidad gozaba Galeano, que ni siquiera carraspeó cuando le ofreció al entonces detenido Carlos Telleldín 400 mil dólares para que se autoincriminara como partícipe necesario del ataque a la mutual judía. Y esto, a sabiendas de los otros dos implicados. Durante el juicio a la conexión local en septiembre de 2005, Jorge Lanata echaría luz sobre las relaciones espurias de este terceto con sus colegas Román Lejtman y Raúl Kollman. Ambos, con nexos tanto con el ex juez del sandwichito y con el denominado Señor 5.
    Este terceto, emergentes de una época nefasta donde parecía valer todo, quizá termine en cana, pero su herencia maldita sigue perdurando en el tiempo. Pues a pesar de su caída en desgracia, tanto la corporación mediática, la política y gran parte de la judicial, prosiguen con la cantinela por ellos elaborada. Mientras EEUU e Israel y el recién divorciado Sarkozy dirigen sus misiles por ahora verbales a Irán, los idiotas útiles locales insisten sobre la responsabilidad de ese país en el atentado de marras. En el caso de producirse una agresión militar allí, es muy posible de que Rusia y China respondan de la misma forma. Y las consecuencias, como se verá, serán imprevisibles a escala global. Entonces, ¿de qué se disfrazarán los propaladores de infundios, cuando se pudra todo?

Fernando Paolella y Christian Sanz