Desde la antigüedad, diversas culturas observan los
accidentes geográficos, las constelaciones y la luna y las relacionan - por sus
formas- con personas, animales, objetos y figuras mitológicas o religiosas.
En la actualidad, los medios de comunicación de masas muestran sujetos que “ven”
a la virgen María, a Jesús y al demonio en diversos soportes materiales:
paredes, sándwiches, fuego, etc. Aún hoy, hay desinformados que creen que en el
planeta Marte hay caras, pirámides y ciudades construidas por extraterrestres.
El cerebro humano suele hacer estas jugadas ilusorias que
los psiquiatras denominan pareidolia.
En la Argentina, los nazis vernáculos “descubren” una
estrella de David en el Monumento a la Bandera en Rosario, que aparece en los
billetes de 10 pesos.
El presente informe, para su mejor lectura, se publica en
tres partes:
1. LA PERCEPCIÓN.
2. LA LUNA Y MARTE: ENTRE ASTRÓNOMOS, UFÓLOGOS y FICCIÓN CIENTÍFICA.
3. LA ESTRELLA DE DAVID EN LA MENTE DE LOS NAZIS ARGENTINOS.
PRIMERA PARTE
La percepción o "Qué ves cuando me ves?
El ser humano no recibe la realidad como objeto o percepto
neutro, prístino, sino que es un constructo, una construcción elaborada por la
conciencia: “toda nuestra experiencia pasada; todo lo que hemos vivido respecto
de las cosas de nuestro mundo actual: las sensaciones padecidas; los
sentimientos que despertaron en nosotros; las inclinaciones, las necesidades y
los deseos que nos movieron diversamente hacia ellas; lo que hemos aprendido
sobre las cosas en la experiencia de los demás y en la de los libros; todo esto
forma parte de nuestra conciencia ordinaria del mundo exterior. Percibir es
recordar; es apreciar la utilidad o el perjuicio que representan para nosotros
las cosas que nos rodean; es relacionarlas y compararlas entre sí, enumerándolas
y clasificándolas; es llamarlas por sus nombres comunes o propios (...)
percibimos las cosas tal como se muestran exteriormente, aquí y ahora, en sus
relaciones accidentales con las vecinas y con las situaciones pasadas que se
asocian inmediatamente, en espontánea evocación; las percibimos en la imagen que
dibuja nuestra atención del momento, destacándose sobre las demás que le sirven
de fondo”. 1
Se puede decir que “damos ‘forma’ al mundo según lo que
pasa por nuestro interior”. 2
La percepción visual es abordada desde las ciencias médicas
y desde el arte. Así, aparecen nuevas teorías que intentan explicar ese mundo
tan complejo.
El prestigiosos profesor de
psicología del arte, Rudolf Arnheim, expresa: “El efecto que tiene sobre la
percepción la experiencia pasada mereció abundante atención por parte de los
psicólogos (...) Se afirma que el observador aplica sencillamente al presente lo
que aprendió acerca de las cosas del pasado (...) vemos las cosas como las vemos
de acuerdo con el aspecto que esperamos de ellas”. 3
Continúa: “Las
imágenes de la memoria sirven para identificar, interpretar y contribuir a la
percepción” 4 y
amplía: “La interacción más útil y más corriente entre la percepción y la
memoria se produce en el reconocimiento de las cosas que vemos. El conocimiento
visual adquirido en el pasado no sólo contribuye a la naturaleza de un objeto o
una acción que aparece en el campo visual; le asigna además al objeto presente
un lugar en el sistema de las cosas que constituyen nuestra visión total del
mundo (...) Para lograr que la mente responda con actos de reconocimiento, es
necesaria una rica acumulación de configuraciones ambiguas, pero claramente
articuladas, como las de las manchas de tinta del test de Rorscharch. El
reconocimiento presupone la presencia de algo reconocible”. 5
Arnheim menciona a los
droodles (figuras ambiguas que pueden tener diferentes interpretaciones) y
expone un ejemplo realizado por uno de sus alumnos. La figura es acompañada por
el epígrafe: “Aceituna que cae en una copa de cóctel o primer plano de una
muchacha en reducido traje de baño”. 6 (FIG. 1)
Ahora, observemos las dos imágenes que siguen: (FIG. 2 )
En la primera (“El desayuno” de
Juan Gris), recibimos estímulos que no permiten “armar” una unidad más grande de
conocimiento. En cambio, la segunda es sencilla de interpretar. Es más familiar.
Se pueden unir todos los elementos en uno sólo.
Acto seguido preste atención a la
figura que incorporo 7: (FIG. 3 )
Es posible que arriesgue que es
la fotografía de un sector de la superficie lunar. Lamento decirle que es
incorrecto. Se trata de un fragmento de célula hepática aumentada 140.000 veces.
Las posibles causas de su error
pueden ser las siguientes:
a. el fragmento mostrado es poco
representativo de la totalidad.
b. su memoria no tiene registrada
el conocimiento que le permite entender esa realidad.
Un médico no hubiera dudado. El conocimiento previo le
permite captar los rasgos distintivos, ensamblarlos y descodificarlos dentro del
contexto exacto: categoriza e identifica el objeto.
Según la teoría
constructivista, se percibe de acuerdo a la experiencia. O sea, que para
identificar algo es necesario el conocimiento adecuado previo. Pero el tener un
conocimiento previo de los atributos del objeto presente no es suficiente para
reconocerlo. Observe la figura que sigue 8 : (FIG. 4 )
Lo ayudo. Como dijo el presidente
riojano: “Síganme. No los voy a defraudar”. En el juego de blancos y negros
debería captar parte de la cara de una vaca. Si no lo logra no se preocupe...yo
tampoco lo voté.
En el caso de la vaca, la
vaca-objeto está oculta, mal definida, disimulada por el contexto y con pocos
rasgos que permitan una correcta abstracción. Carece de una buena información.
Lo mismo puede acontecer con la imagen que sigue 9 : (FIG.5 )
Le agrego más información 10 : (FIG.6 )
Sí, es un hombre a caballo.
Esto indica que la experiencia es importante, pero
también lo es una cantidad determinada de información para facilitar una
correcta interpretación.
El proceso de percepción comienza
con un procesamiento guiado por datos que provienen del exterior. Luego, se
agrega el procesamiento conceptual que es el que permite buscar la información
que organiza a partir de conceptos previos. Hay una interrelación, una
articulación, entre ambos procesos. Señala el psicólogo y pedagogo suizo Jean
Piaget, que es imposible adquirir conocimientos si no se tiene una
estructura previa que permita incorporar otros nuevos, asimilarlos y
reajustarlos (acomodación cognitiva).
Es posible y normal que los seres
humanos tengamos resultados perceptivos diferentes ante un mismo objeto.
La percepción y la personalidad están unidas como las caras
de una moneda. Tan es así, que el movimiento New Look, denominado
técnicamente “Teorías del Estado Directivo”, sostiene que “el sujeto es
co-partícipe activo del proceso de percepción”. 11
Y este sujeto co-protagonista es impactado por la
sociedad.
Más de un lector conocerá el popularizado test de
la figura ambigua o figura aburrida. Se crea como dibujo, no como test,
por el dibujante W.E. Hill, en 1925. A posteriori, se lo utiliza para
demostrar la existencia de inversiones perceptuales.
Lo apliqué muchas veces y siempre muestra resultados
similares.
Consigna: “Observe la figura por cinco segundos y tápela”. (FIG. 7 )
No siga leyendo este texto antes de cumplir lo pedido.
Seguramente, verá una cara de mujer. ¿Es joven y bonita? Acertó. Y si se le representa una mujer anciana y fea, también
es correcto.
Nunca se ven las dos féminas juntas.
Para que aparezcan una u otra, la clave está en prestar
más atención. La nariz de la anciana es el medio perfil de la joven; la boca de
la mujer mayor es el collar de la de menor edad, el cuello de una es el mentón
de la otra.
Las ilusiones ópticas son más comunes de lo que usted
cree. Demos tres ejemplos: (FIG.8)
En la figura superior: ¿las paralelas son rectas o se
curvan?. En la inferior de la izquierda: ¿aparecen puntos negros en los cruces
que separan a los cuadrados. En la de la derecha: ¿hay una copa o dos perfiles
humanos?
Según el investigador en arqueoastronomía, Patricio
Bustamante Díaz, “en la percepción visual participan: a) el objeto real b) el
ojo que percibe la luz procedente del objeto y transforma esta en impulsos
eléctricos y c) el cerebro que decodifica los impulsos eléctricos y los
transforma en una imagen visual del objeto (...) el objeto percibido no es
idéntico al observado, pues ha sido procesado por el ojo e interpretado
psicológicamente por el cerebro (...) lo que vemos no es real, es una
interpretación de la realidad, de acuerdo a nuestras limitadas capacidades. Si
alguien tiene problemas a la vista verá el objeto borroso con respecto a alguien
con visión normal. Si es daltónico, lo verá con colores distorsionados respecto
a un no daltónico. El objeto sigue siendo el mismo, pero cambia la percepción
según el sujeto. Pero el cerebro hace algo más que decodificar los impulsos
eléctricos y formar una imagen del objeto. Interpreta estas imágenes y en
ocasiones les asigna significados. De lo contrario, para el observador el mundo
sería un caos sin sentido. Una de las características y quizá la más importante
de nuestra percepción visual, es la capacidad de formar percepciones
unificadas y de agrupar o segregar los datos sensoriales para darles un
significado, cualquiera que este sea, pero siempre referido a algo concreto
y lleno de sentido (...) Estas son características inherentes a la percepción
visual, no dependen de la cultura. Lo que depende de la cultura, es el
asignarle una valoración, un significado complejo a una agrupación caótica
de puntos en el espacio, como es el caso de las constelaciones en la observación
astronómica”. 12
Por un lado, tiene que ver con la fisiología y ,por el
otro, con la carga cultural que portamos. Asimismo, no podemos dejar de lado las
creencias: “necesitamos creer en algo (la ciencia, la astrología, el testimonio
de los medios) o en alguien (Dios, alguna autoridad, un familiar, el vecino)
para entender aquello que pasa y aquello que nos pasa. Sin embargo, la eficacia
de los resultados obtenidos en función de nuestras creencias no dice nada
respecto a la validez de las mismas”. 13
Expresa con acierto el médico
Oscar Gómez Poviña: “la percepción se estructura sobre condiciones subjetivas
relacionadas con la organización, la memoria, aspectos afectivos, estados
fisiológicos y emocionales, intereses, expectativas y determinantes de orden
sociocultural”. Y agrega que, además, “tienen influencia, entre otros, los
factores de carácter educacional (...), factores espacio-temporales, nivel de
cultura, factores organizacionales de la sociedad, ideologías imperantes, por su
típica actitud de preferencia o rechazo que deforman el modo de estructurar
objetos, símbolos, etc (...). Es decir, que la distorsión en la percepción
puede originarse en prejuicios, creencias equivocadas, preconceptos, ideologías.
El peligro de esto último es que, a diferencia de lo anterior, es difícilmente
corregible porque es muy difícil de reconocer y mucho más de aceptar”.
14
Se hará muy claro cuando
hable, en la tercera parte, de los nazis vernáculos...
Pareidolia, hierofanías y la apofenia
Para los médicos del Hospital Universitario del Aire, en
Madrid, A. Martín Araguz, M.C. Bustamente Martínez, V. Fernández-Armayor Ajo y
M. López Gómez: “la pareidolia es un fenómeno caracterizado por la
visualización no autoprovocada de una percepción combinada entre lo real y lo
fantaseado. Constituye una fuente de inspiración para diversas
manifestaciones artísticas, es la base de algunas exploraciones psicológicas
(test de Rocharch) e incluso supone la explicación de algunas situaciones
supuestamente paranormales (visión de rostros en la Luna o Marte, caras y
figuras sagradas en manchas o sombras, etc.)” 15
Agregan que "el termino
pareidolia, actualmente en desuso, es el que mejor designa las
alteraciones perceptivas en las que, a partir de un campo real de
percepción escasamente estructurado, el individuo cree percibir algo distinto,
mezclando lo percibido con lo fantaseado. En este sentido, es una
forma de ilusión o percepción engañosa que se diferencia claramente de las
alucinaciones, seudoalucinaciones, alucinosis o metamorfopcias". 16
Agregan: “para la neuropsicología
clásica, las alteraciones perceptivas visuales se han diferenciado
entre alucinación, alucinosis e ilusión, según cumplan todos o parte de los
criterios de sensorialidad (el contenido de la alteración perceptiva procede de
fenómenos sensoriales), objetividad (el fenómeno tiene su origen en el mundo
exterior) y falta de realidad (el fenómeno perceptivo no es evidenciado por
otras personas). La ilusión es una alteración perceptiva en la que un
objeto real y presente se toma por algo distinto y deformado. Se diferencia
claramente de la alucinación, descripta clásicamente como una percepción
sin objeto, pero que según Grau y Peña deben cumplir las tres condiciones de
sensorialidad, objetividad y falta de realidad. En la alucinosis, el
paciente es consciente de su falta de realidad y en la seudoalucinación,
el objeto percibido tiene su origen en el ámbito psíquico. Algunas alteraciones
perceptivas visuales, como las alucinaciones hipnagógicas, metamorfopsias y
pareidolias pueden presentarse en personas normales, sobre todo en
situaciones de transición de la vigilia al sueño o de sobrecarga emocional, pero
en otras ocasiones algunas de estas alteraciones pueden ser síntomas de procesos
neurológicos de diversa gravedad, como narcolepsia, crisis parciales, lesiones
temporales, encefalopatías de diversa índole, consumo o privación de sustancias
tóxicas y lesiones pedunculares o de las vías cerebrovestibulares del tronco
cerebral. Las ilusiones son frecuentes y pueden ser inducidas voluntariamente
por personas sanas (p.e., encontramos semejanzas con objetos reales al observar
las nubes), sobre todo al estar sometidas a una excesiva tensión emocional, en
cuyo caso se denominan ilusiones catatímicas. En la metamorfopsia,
el objeto de la percepción visual tiene existencia real, pero resulta falseado o
deformado por el sujeto receptor. El término pareidolia distingue las
alteraciones perceptivas en las que, a partir de un campo de percepción
escasamente estructurado, el individuo cree percibir algo distinto, mezclando lo
percibido con lo fantaseado. En este sentido, el término pareidolia sería
un trasunto de metamorfosis autoprovocada, pero su aparición involuntaria y la
adición de un componente irreal al objeto percibido establece la diferencia
entre ambos fenómenos”. 17
El filósofo existencialista y médico Karl Theodor
Jaspers expone en su obra “Psicopatología general” (1913), una división
tripartita en los trastornos de la percepción:
anomalías de la percepción, caracteres anormales de la percepción, percepciones
engañosas. Para este científico “la pareidolia sería una forma de
percepción engañosa incluida dentro de las ilusiones, en las que el objeto de
percepción sirve únicamente para que sobre él se construya uno nuevo, merced a
la elaboración que nuestro cerebro realiza sobre la realidad dada. La pareidolia
es un apasionante fenómeno perceptivo no necesariamente patológico que se
utiliza en la exploración psicológica (test de Rorchach). A menudo, es la
alternativa correcta a las explicaciones supuestamente paranormales en la
visualización de imágenes peculiares a partir de estructuras escasamente
definidas, como es el caso de la famosa cara de Cidonia, en Marte, el hombre
de la Luna o la visión de diversas figuras espectrales o sagradas en manchas de
todo tipo. Por otra parte, el surrealismo no deja de ser una exploración
artística de este fenómeno cerebral”. 18
Los médicos del servicio de Neurología del Hospital
Universitario del Aire, consideran que “la primera representación gráfica de la
historia de un fenómeno de pareidolia se encuentra en los manuscritos
visigóticos miniados hispanos denominados Beatos, [han estudiado] dos facsímiles
de códices mozárabes del siglo X
(Beatos de Valcavado y de Gerona), concretamente la miniatura denominada El
Festín de Baltasar. En ambos códices se ilustra cómo este rey babilónico percibe
la fantasmagórica mano que surge del fuego de un candelabro y escribe en la
pared adyacente tres misteriosas palabras (MANE, TECEL, FARES); que únicamente
fueron interpretadas por el profeta Daniel, requerido ad hoc. Dado que
Baltasar mezcló involuntariamente lo percibido con lo fantaseado a partir de un
campo visual escasamente estructurado, concluimos que sufrió un fenómeno de
pareidolia representado gráficamente por primera vez en la historia en
los Beatos”. 19
El investigador y fotógrafo
Patricio Gabriel Bustamante Díaz, incorpora los términos hierofanía y
apofenia al de pareidolia, en sus estudios sobre un explicación y
análisis de las obras rupestres de diversas culturas. 20
Una clara exposición de lo que es la hierofanía
la da el especialista en religiones rumano Mircea Eliade: “el hombre
entra en conocimiento de lo sagrado porque se manifiesta, porque se muestra como
algo diferente por completo de lo profano. Para denominar el acto de esta
manifestación de lo sagrado hemos propuesto el término hierofanía: (...)
algo sagrado se nos muestra. Podría decirse que la historia de las
religiones, de las más primitivas a las más elaboradas, está constituida por una
acumulación de hierofanías, por las manifestaciones de las realidades sacras. De
la hierofanía más elemental (por ejemplo, la manifestación de los sagrado
en un objeto cualquiera, una piedra o un árbol) hasta la hierofanía
suprema, que es, para los cristianos, la encarnación de Dios en Jesucristo, no
existe solución de continuidad. Se trata siempre del mismo acto misterioso: la
manifestación de algo ‘completamente diferente’, de una realidad que no
pertenece a nuestro mundo (...) no se trata de la veneración de una piedra o de
un árbol por sí mismos. La piedra sagrada, el árbol sagrado no son
adorados en cuanto tales; lo son precisamente por el hecho de ser hierofanías,
por el hecho de ‘mostrar’ algo que ya no es ni piedra ni árbol, sino lo
sagrado (...) una piedra sagrada sigue siendo una piedra (...)
para quienes aquella piedra se revela como sagrada, su realidad se transmuta,
por el contrario, en realidad sobrenatural”. 21
Si Eliade se presenta complejo en su exposición para el
lego en simbolismo tradicional, más difícil es comprender a René
Guenon. Para quien algunos simbolismos están vedados para el hombre actual.
En su obras se encuentran manantiales de simbolismos y merecen ser leídas, sobre
todo por los cultores de la deformante y comercial New Age.
Me resulta imposible en este contexto explicar los elementos básicos del
simbolismo tradicional. Para tener una idea recomiendo mi informe: “LA
VIRGEN MADRE EN EL SIMBOLISMO DE LA NAVIDAD”, publicado en este medio. Si al
lector le interesan estos temas, me lo hará saber por e-mail.
Para las tradiciones antiguas, no lo digo en sentido
peyorativo, lo sagrado tiene representación material. Dice Guenon: “Existen en
la simbólica cristiana innumerables representaciones del Cordero sobre una
montaña de la que descienden cuatro ríos del Paraíso terrestre (...) la montaña
del Paraíso Terrestre es idéntica a la ‘montaña polar’ de la que se habla, con
diversos nombres, en casi todas las tradiciones(...) el Meru de los
Hindúes y el Arborj de los Persas, así como el Montsalvat de la
leyenda occidental del Graal [Grial]; también citaremos la montaña de
Kalf de los árabes y hasta el Olimpo de los Griegos (...) existen todavía
(...) símbolos que, en las tradiciones antiguas, representan el “Centro del
Mundo”; uno de los más notables es, quizás, el del Omphalos, que se
encuentra en casi todos los pueblos. El término griego Omphalos significa
‘ombligo’, pero designa también, de un modo general, todo lo que es centro y,
más especialmente, el centro de una rueda; en sánscrito (...) nabhi tiene
asimismo esas diferentes acepciones y los mismo ocurre con las lenguas célticas
y germánicas (...) nab y nav (...) en gálico (...) tiene sentido
de ‘jefe’ y se aplica hasta a Dios (...) la representación material del Omphalos
era, generalmente, una piedra sagrada, lo que suele llamarse un ‘betilo’; y este
último vocablo parece no ser otra cosa que el hebreo Beith-El, ‘casa de
Dios’, el mismo nombre que Jacob dio al lugar donde el Señor se había
manifestado durante su sueño: ‘Y Jacob se despertó de su sueño y dijo:
Seguramente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía. Y se asustó y dijo:
Terrible lugar es este. ES la Casa de Dios y la puerta de los Cielos. Y Jacob se
levantó temprano por la mañana y tomó la piedra que había hecho cabecera, la
alzó como un pilar y vertió el aceite sobre su cúspide (para consagrarla). Y dio
a ese lugar el nombre de Beith-El; pero el primer nombre de esa ciudad
era Luz (...) [Beith-El]se convirtió luego en Beith-Lehem, ‘casa del
pan’, la ciudad donde nació Cristo (...) es entonces esta piedra la que debe ser
propiamente el ‘habitáculo divino (mishkan), según la designación que más
tarde será dada al Tabernáculo, es decir la sede de la Shekinah [ en
árabe: Sekinah: “Gran Paz”, lugar bendito] (...) la piedra que
representaba al Omphalos podía tener la forma de un pilar, como la piedra
de Jacob; es muy probable que, entre los pueblos célticos, algunos menhires
tuvieran ese significado; y los oráculos eran dados junto a estas piedras, como
en Delfos, lo que se explica fácilmente, habida cuenta que eran considerados
como la residencia de la Divinidad; la ‘casa de Dios’”. 22
Patricio Bustamante Díaz, expone que la apofenia
“consiste en ver patrones, conexiones o ambos sucesos aleatorios o datos sin
sentido. El término fue acuñado en 1959 por Klaus Conrad, quien lo
definió como ‘visión sin motivo de conexiones’. Acompañada de ‘experiencias
concretas de dar sentido anormalmente a lo que no tiene’. Conrad describió
originalmente este fenómeno en relación con la distorsión de la realidad
presente en la psicosis, pero ha llegado a ser más ampliamente usado para
describir esta tendencia en individuos sanos sin que esto implique
necesariamente la presencia de enfermedades neurológicas o mentales”. 23
La cosmovisión de los pueblos tradicionales
Con seguridad, los diversos pueblos que habitan el planeta
ven el cielo de manera natural y se les presenta la luna, el sol y las
estrellas. Asocian lo que perciben en lo alto con figuras captables y
reconocibles para todos.
La cultura mixteca, que florece en el sur de México desde
el siglo IX hasta principios del XVI, se destaca por sus trabajos en piedra y
metal. Son excelentes artesanos. Destaca Patricio Bustamante Díaz “los mixtexas
probablemente al observar la luna llena, veían sobre su superficie un conejo y
así elaboran el glifo de la luna que representa un conejo”. 24 (FIG. 9)
A lo largo de la historia las diversas culturas “ordenan”
el caos de los cielos en algo propio, “terrenal” y cognoscible y crean un cosmos
con nombres propios.
También, los astrónomos actuales dan nombre a algunas nebulosas según el
parecido que tengan con algún objeto terrenal: (FIG.10)
La nebulosa de la izquierda se denomina: Cabeza de Caballo.
La de la derecha: Hamburguesa Gómez (el apellido pertenece al astrógrafo chileno
Arturo Gómez). 25
Hoy por hoy, existe una corriente de arqueólogos,
astrónomos y fotógrafos que buscan e identifican sitios sagrados de diversas
culturas en los terrenos que habitaron. Patricio Bustamante Díaz es uno de estos
investigadores. En sus interesantes artículos muestra algunas imágenes
paradigmáticas, como por ejemplo: la Calavera de Quebrada Cavanilla, Cuz Cuz,
Chile, perteneciente a la cultura Molle (130 a.C.-700 d.C.) 26 (FIG. 11)
CITAS BIBLIOGRÁFICAS Y RECONOCIMIENTO DE AUTORES
1. Genta Jordán Bruno. Curso de Psicología. Librería Huemul. 3ra. Edición. 1966.p.199.
2. Pithod Abelardo. Comportamiento organizacional. Psicología de las organizaciones. Editorial Docencia. 1993. p.98.
3. Arnheim Rudolf. El pensamiento visual. Eudeba. Buenos Aires. 1985.p.77.
4. Ibid., p.81.
5. Ibid., pp.86/7.
6. Ibid.,p.89.
7. Gómez Poviña Oscar. Aprendizaje y pensamiento. Editorial Docencia. 1993. p. 73.
8. Ibid., p.78.
9. Ibid., p. 79.
10. Ibid., p. 80.
11. Ibid., p. 86.
12. Bustamante Díaz, Patricio. Hierofanía y pareidolia como propuestas de explicación parcial, a la sacralización de ciertos sitios, por algunas culturas precolombinas de Chile. http://rupestreweb.tripod.com/articulos.html#comienzo
13. Dallera, Osvaldo Alfredo. Comunicación y creencias. Semiótica, hermenéutica y argumentación. Editorial Docencia. Buenos Aires. 1993. p. 247.
14. Gómez Poviña Oscar. Op. Cit. p. 89.
15. Araguz, Martín A. y otros. Pareidolia en los códices visigóticos iluminados de Beato de Liébana. Apunte histórico. Artículo 50.423. Neurología 2002, 17(10):633-642. 109100206330642.pdf p. 633 ó 43.
16. Ibid., p. 634 ó 44.
17. Ibid., pp. 637/78 ó 47/8.
18. Ibid., p.641 ó 51.
19. Ibid., p.633 ó 43.
20. Bustamante Díaz, Patricio Gabriel. Op. Cit. y Pareidolia y apofenia como fenómenos extendidos y como herramienta de análisis de obras rupestres y sitios arqueológicos pertenecientes a diversas culturas.
http://rupestreweb.tripod.com/articulos.html#comienzo
21. Eliade Mircea. Lo sagrado y lo profano. Ediciones Guadarrama. España. 1967. pp.19/20.
22. Guenon René. El rey del mundo. Ediciones Fidelidad. Buenos Aires.1985. pp. 79/85.
23.Bustamante Díaz, Patricio Gabriel. Pareidolia y apofenia como fenómenos extendidos y como herramienta de análisis de obras rupestres y sitios arqueológicos pertenecientes a diversas culturas. http://rupestreweb.tripod.com/articulos.html#comienzo
24. Bustamante Díaz, Patricio Gabriel. Hierofanía y pareidolia como propuestas de explicación parcial a la sacralización de ciertos sitios por algunas culturas precolombinas de Chile". http://rupestreweb.tripod.com/articulos.html#comienzo
25. Ibidem, http://rupestreweb.tripod.com/articulos.html#comienzo
26. Ibidem, http://rupestreweb.tripod.com/articulos.html#comienzo