Hay crímenes que marcan una época de cambios y hay los que definen un cambio de época. Pero el de Hugo Díaz, el financista oficialmente desaparecido el 9 de marzo de 2015 es diferente. Alguien lo mató en una cueva financiera de la city porteña sin que a casi nadie le preocupara que algo así pudiera ocurrir a ocho cuadras de la Casa Rosada, el centro formal del poder en la Argentina. Qué suerte pueden tener otros tras la avenida General Paz. Será porque en esa cueva de la calle Florida 520 se cruzaban otros poderes, informales, pero pesados del bajo mundo del país: lavadores, narcotraficantes, policías y espías. Hay crímenes, entonces, que no marcan una época de cambios ni definen un cambio de época, pero sí la retratan.
En la city porteña siempre supieron que Díaz no desapareció sino que lo mataron. También supieron quiénes, cómo y dónde. Pero el miedo que provocaba Diego Xavier Guastini, alias «Dolarín», el dueño de la cueva, era demasiado. Tal vez porque, por sus contactos, podía ser lavador, narcotraficante, policía y espía, tal vez porque podía ser todo eso y más, nadie se animó a hablar.
Al comienzo, Guastini declaró como testigo ante los investigadores, reconoció que Díaz fue a verlo a su edificio de oficinas por un cheque, pero que no lo recibió porque estaba reunido y agregó, no sin conveniencia, que a aquel «lo estaban buscando» barras de Boca, Independiente y Lanús «por un cobro».
En aquellos días, cinco personas que trabajaban en las oficinas de Guastini les aseguraron a los detectives que vieron entrar a Díaz, pero no salir. Pero un hombre de seguridad del edificio, donde «Dolarín» tenía varias «cuevas», declaró que lo vio retirarse. Hasta juró que cruzó un «chau».
La fiscal Estela Andrades reconstruyó la vida de Díaz, sus estados financieros, sus relaciones comerciales y hasta un perfil psicológico. «Se podría inferir que Hugo Díaz presentaría un patrón de conducta muy sociable, siendo una persona capaz de sostener sus relaciones con el tiempo, manteniendo una actitud de contacto constante con su entorno». Tanto que «no se observaron en los relatos» de sus allegados «ninguna conducta de ausencia similar a la actual». Pero con ese saludo fugaz al empleado de seguridad, el rastro de Díaz desapareció de Florida 520 y llevó a los investigadores a buscar pistas en aeropuertos y morgues. Pero nada de nada. Resignada, la familia le solicitó al juez Jorge López la presunción de fallecimiento para poder iniciar la sucesión patrimonial.
La investigación se estancó.
Hasta el 28 de octubre de 2019.
Aquella mañana, a la vuelta de la Municipalidad de Quilmes, un sicario en moto esperó media hora en la calle General Paz hasta que vio pasar el Audi de Guastini. Una Toyota Hilux bloqueó la esquina para impedirle el paso. Le encajó tres balazos contra el vidrio antes de que «Dolarín» pudiera agarrar su Glock. Al final, el asesino se subió a un Ford Kinetic y todos se marcharon a toda velocidad.
Entonces, ya sin Guastini en escena, el hombre de seguridad que había dicho que había visto salir a Díaz reconoció que en realidad nunca lo había visto irse de la cueva de «Dolarín».
Como si fuera un cuento de Edgar Allan Poe, esa declaración devolvió el misterio de la desaparición de Díaz a alguna «habitación cerrada» de la cueva de Florida 520. Y todos los que habían declarado como testigos podían, debían, ser tratados como sospechosos.
Caído en desgracia por una serie de robos, Luciano Viale, hijo del exespía asesinado Pedro Tomás «Lauchón» Viale y empleado de Guastini, declaró que a Díaz lo descuartizaron en Florida 520 y que los restos los sacaron en heladeras térmicas. Díaz contó lo justo y necesario, según analizó uno de los detectives ante Encripdata, para no autoincriminarse.
Una versión similar dio Jorge Eduardo Giménez, alias «Chuky», en otra investigación sin relación con la desaparición de Díaz, pero con muchos puntos de contacto con Guastini: «Según me informaron, Guastini estuvo involucrado en la desaparición de Díaz, me dijeron que fue asesinado por hinchas de Boca y por policías bonaerenses exonerados. Mi fuente quedó en suministrarme la información del lugar geográfico donde se encuentran los restos«. En rigor, «Chuky» fue el primero en decir el 26 de julio de 2016 que a Díaz lo habían asesinado en lo de Guastini y hasta se animó a decirlo con «Dolarín» aún vivo, pero como lo hizo como testigo de identidad reservada» y en el caso sobre el fiscal Claudio Scapolan, aquella información trascendió recién cuando este caso explotó públicamente el 24 de julio de 2020.
Ya no quedaban dudas de que Díaz no estaba desaparecido, estaba muerto. Asesinado.
Pero faltaba saber quiénes lo hicieron. Y dónde.
Y parte de esas respuestas se las dio a Encripdata una persona conocedora de los negocios ilegales de Guastini y las «cuevas financieras» de la city porteña.
Según ese personaje del bajo mundo porteño, en una de las oficinas de Florida 520 estuvieron, por lo menos, Guastini, «Cable», «Coco» y, obviamente, Díaz. Algunos, además, agregaron a Viale. Aquel 9 de marzo de 2015, los presentes no hablaron mucho: Guastini estaba enojado con Díaz. Según este personaje, alguien estranguló a Díaz, alguien, también, lo acuchilló. Solo ellos saben quién. Solo ellos saben si murió asfixiado o desangrado. Entonces, Guastini dio la orden de desaparecerlo: cortaron el cuerpo para sacarlo en pedazos lo más rápido posible oculto en un freezer. El hombre de seguridad haría su aporte esencial al decir que cruzó un «chau» con él.
Tras la confesión de la mentira y la mirada puesta en los testigos sospechosos, faltaba saber dónde.
Faltaba la escena del crimen.
Y aunque Guastini, inteligente, hizo refacciones en el edificio para que la escena del crimen pudiera ser todas las oficinas y, entonces, ninguna a la vez y hasta dijo que en aquel momento su centro de operaciones era la 312, quienes trabajaron con él saben que en realidad todo sucedió en la 204.
Pero para los investigadores, todo sigue siendo una «habitación cerrada»: los detectives de la División Homicidios de la Policía Federal (PFA), con base a esas declaraciones, solicitaron allanar la cueva de Florida 520 para levantar evidencias, pero el nuevo fiscal del caso, Pablo Recchini, volvió a archivar el expediente recientemente porque consideró que el pedido estaba basado en «dichos de dichos» sin elementos concretos.
A veces, las habitaciones no están cerradas, solo hay que mover la puerta.
A veces, también, un crimen sirve para retratar una época.
Una época que pareciera haber acabado con otro crimen: el del propio Guastini.
Solo el tiempo dirá si lo vino después fue mejor que lo que se fue.
quienes suelen frecuentar la zona bancaria o la mal llamada por la tilingueria periodistica " La City Porteña " saben muy bien que en el ambiente de los financistas ( cooperativas de consumo ,credito y vivienda ) se les pone ese nombre por que estan exentas de algunos impuestos,tal es el caso del banco de Heller el Credicoop,es un ambiente pesado, donde se mueven,agentes de bolsa que usan a testaferros,familiares,amigos,etc,Alguien se entero de como la ministra de economia tenia un dineral en su baño y dijo que se lo presto su hermano que laboraba en el BNA y quien puede negar que mesas de dinero las hay en bancos privados y oficiales,Un tal Aldo Duckler fue quien licuo los fondos de Santa Cruz por pedido de Nestor y que este financista administro los dineros del cartel de Juarez cuando ese cartel financio la campaña de Duhalde-Ortega y que este Sr, tenia la promesa de que lo nombrarian ministro de economia si esa formula triunfaba,Alberto fernandez puso el la superitendencia de salud a un tal Capaccioli quien era el recaudador de la formula cristina-cobos y fueron cheques y remedios truchos de droguerias de un tal norberto Lorenzo en combinacion con Zanola y su esposa,este trio esta procesado pero por orden de arriba esta cajoneada la causa,entre esos cheques hubo de Forza y cia asesinados en Gral. Rodriguez,e incluso los de la famosa fuga quienes acusaron al que manejaba la efredina era un tal " La Morza ",todo tiene que ver con todo,cuando el futbol para todos Grondona daba cheques a 60 a 90 diasy recomendaba la cuebva de un amigo ( socio ) por eso los de los clubes visitaban varias cuevas de la zona bancaria por que les cobraban menos tasa de interes,en cambio la del amigo de Don Julio le rompia el tujes,por eso estaban y estan involucrados los barras bravas con la mafia dirigencial del futbol ,ahora es la liga junto con la AFA,por eso le patearon el culo a Tinelli por que el fulano es cagador ,como los dueños del canal lame culos C5N
Vida cómoda y una cierta seguridad ecinómica, que por un corte de manga se te vá al garete, la pucha diría un tal “Tito” Lectoure.