En la Ciudad de Buenos Aires se producen unas 7.5 mil toneladas de residuos por día. Más de la mitad de los desechos sólidos urbanos pueden ser reciclados y transformarse en materia prima para diferentes industrias. Mediante contenedores, puntos verdes, sistema de recolección diferenciada y plantas de tratamientos de residuos, el gobierno porteño busca promover la separación de basura y una Ciudad más reciclable. Sin embargo, el control del servicio sigue siendo un déficit ya que por cuestiones administrativas poco se puede saber sobre el efecto de estas políticas.
La incorporación de recicladores urbanos es una distinción de la Ciudad de Buenos Aires ante el resto de los municipios. Con idas y vueltas y aspectos por mejorar, el sistema se inició hace 20 años y se volvió una referencia para otros centros urbanos. Actualmente hay 12 cooperativas en la Ciudad y 6.500 trabajadores entre recuperadores urbanos, promotoras y operarios de logística y de centros verdes.
"Es un desarrollo modelo", indicó a El Auditor.info Francisco Dorbessan, militante de la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCyR). "El actor clave para el reciclado es el cartonero que trabaja en las calles de la Ciudad y que está organizado. Esa gestión en conjunto con el gobierno es lo que permite que el sistema de reciclado funcione", aseguró.
La recolección de residuos diferenciada se realiza de distintas maneras. Por un lado, el recolector que va levantando cartones, papeles y plásticos que encuentra en la calle o le alcanzan vecinos y encargados; también están los contenedores verdes, unos 4.075, para que las personas allí arrojen todos sus desechos secos y que prometen que habrá uno cada 150 metros para fines de 2021. Además la Ciudad tiene 80 puntos verdes fijos y cuatro puntos verdes móviles, generalmente ubicados en plazas, donde además de recibir material reciclable se realizan capacitaciones o campañas de concientización.
Las capacitaciones son un punto clave en el proceso ya que, según denunciaron las cooperativas de recicladores, más de la mitad del material que se recoge de las campanas verdes no puede ser reciclado debido a que se encuentran con basura no reutilizable que además contamina al resto.
"Nos parece necesaria una legislación nacional porque las políticas de reciclado son municipales y no todos los municipios tienen el desarrollo que tiene la Ciudad de Buenos Aires con recicladores incluidos en el sistema, con compañeros organizados, camiones e infraestructura. En otros lugares el cartonero no está reconocido ni organizado", indicó Dorbessan.
En el marco del Día Mundial del Reciclador/a, desde la Federación presentaron una Guía para la Gestión Integral e Inclusiva de los Residuos Sólidos Urbanos (GIIRSU) para que los municipios puedan diseñar e implementar proyectos. El trabajo es una síntesis de un conjunto de experiencias de distintos actores recolectada hasta la fecha.
Por otra parte, consideraron fundamental una Ley de Envases con Inclusión Social. "Eso permitiría que se empiece a regular el sistema de recolección en todos lados y además que se genere un fondo desde el Ministerio de Ambiente que permita financiar sistemas de reciclados locales", sostuvo Dorbessan. El proyecto de ley fue elaborado por el Ministerio de Ambiente e impulsado desde el Poder Ejecutivo. La propuesta, donde se habla de "responsabilidad extendida", es que las empresas que elaboran los productos envasados financien el reciclado de esos envases que colocan en el mercado. Ese fondo sería una "tasa de inclusión" que se destinaría a fortalecer el trabajo de las y los recicladores.
Fallas en el control de Higiene
La Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires aprobó un informe sobre la Dirección General de Limpieza (DGLIM), dependiente de la Subsecretaría de Higiene Urbana, en la que observó fallas en el sistema de control por no estar debidamente sistematizada la información y licitaciones "poco claras" para verificar el cumplimiento por parte de las empresas. Publicado en octubre del año pasado, el período examinado por el organismo de control fue 2019.
Según la AGCBA, no se pudo analizar el Control Integral de la Calidad del servicio público de Higiene Urbana por "las condiciones estipuladas en el contrato debido a la ambigüedad de las variables de cálculo insertas en el pliego de la Licitación Pública". Además detalla que "la falta de formalidad de los circuitos administrativos" no ayudaron a realizar conclusiones y su posterior utilización como herramienta de ajuste para una mejora del servicio.
Las fallas detectadas
El auditor general por el Frente de Todos, Lisandro Teszkiewicz, sostuvo que en el informe se relevan "múltiples debilidades de la administración", como "falta de manuales de procedimiento o el débil ambiente de control interno que también se registran en otros organismos públicos".
No se pudo hacer una evaluación cualitativa del servicio por el incumplimiento del cálculo de índices de calidad.
En cuanto a las particularidades del área de Higiene Urbana, señaló que la falencia más sobresaliente es la "falta de formalidad de los circuitos administrativos, que contribuye a no poder determinar resultados homogéneos a partir de los informes de auditoria y por tanto utilizarlos como herramienta con el fin de mejorar la calidad de los servicios adjudicados y controlar el cumplimiento de los pliegos respectivos".
"Un caso paradigmático resulta el incumplimiento del cálculo de índices de calidad, más específicamente el índice de prestación del servicio por la Dirección General de Limpieza, lo que impidió una valoración cualitativa de esa prestación, y por lo tanto el control acabado de cumplimiento de los pliegos impidiendo que por vía del Sistema de Auditoría se determinen multas y/o sanciones a la empresas que prestan el Servicio Público de Higiene Urbana de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en aquellos casos que hubiese correspondido", sostuvo Teszkiewicz.
No es la primera vez que la Auditoría denuncia fallas en los registros y evaluaciones del servicio de limpieza de la Ciudad. En un informe de la AGCBA, aprobado en 2018 sobre la gestión de 2016, concluyeron que no era posible saber cuántos vehículos tenía el Ente de Higiene Urbana. Allí se mencionaba que desde el Ente declaraban 78 vehículos, mientras que desde la Dirección General de Flota Automotor del Gobierno de la Ciudad registraba 54. Sin embargo, el organismo de control identificó 80 móviles.
El de la foto es un contenedor?????? Que felicidad que los tengan, Vivo en la Ciudad de córdoba y el Figureti de Intendente MARTÍN LLARYORA los retiró en mi barrio porque parece no los sabíamos usar. Porque lo llamo FIGURETTI, porque aparece en todos lados, fotos, videos, publicidades de radio, tv en córdoba, Buenos Aires y se hace propaganda. Al pedo pero gasta en fortunas. De reciclat la basura en una gestión anterior, pasamos al si mple recolector que pasa con los c amiones de noche. Y como diría el Intendente, GESTIÓN LLARYORA.
Gracias a Dios llueve en mi ciudad, córdoba y se lavaron las calles, el agua se lleva la mugre, porque los BARRENDEROS bien gracias.ÉXITO DE LA GESTIÓN LLARYORA.