Otro de los contactos surgidos de aquellos correos electrónicos enviados en septiembre de 2005 era Carlos Lanz Rodríguez, a quien citamos como el ex terrorista y actual director de la empresa estatal venezolana ALCASA y quien cobijara al “árabe pelirrojo”, Mustafá Setmarian Naser, en el estado de Bolívar, precisamente en ese mismo año.
Demasiadas casualidades. Y las casualidades, cuando superan un máximo de dos, dejan de serlo.
Mohamed Lashtar (al centro, cuarto desde la izquierda)
Pero el asunto no termina con el ingreso sin visa de aquellos tres ciudadanos libios, Sólo tres días después de producido, ingresaron en Nicaragua, también por el aeropuerto internacional Augusto César Sandino, 21 ciudadanos iraníes con el mismo sistema. Es decir, sin visa. En este caso fue la jefa de Extranjería, Pamela Aguilar, quien autorizó el ingreso en esas condiciones de los iraníes en un mismo día.
Mientras algunos medios de prensa intentaban lograr una explicación de Vilma Aburto, encargada de Relaciones Públicas de la Cancillería, y de Ana Isabel Morales, ministra de la Gobernación, sin éxito alguno, el presidente de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Nacional, diputado Enrique Quiñones, anunció que iba a solicitar un informe a Migración y Extranjería, dado que le preocupa “este tipo de movimientos migratorios raros”. El legislador agregó que “a nosotros nos preocupa que personas ligadas a estos países, que están tipificados como personas posiblemente ligadas al terrorismo, estén entrando libremente a Nicaragua. A no ser que el presidente Daniel Ortega esté pagando favores”.
Fuentes extraoficiales aseguran, además, que en los últimos meses se han registrado en el aeropuerto internacional de Managua, sospechosos vuelos charter de un avión procedente de Venezuela, que habría ingresado al Aeropuerto Internacional Augusto César Sandino sin que sus pasajeros sean registrados por autoridades de Migración y Extranjería.
Por otra parte, en las últimas semanas informaciones procedentes de países de la región expresan la preocupación de los mismos por la fácil movilización, en otros países del área, de ciudadanos iraníes una vez que ingresan por Nicaragua.
A comienzos de octubre de 2007 el gobierno de El Salvador activó un sistema de alerta en todas las fronteras debido a la presencia en Nicaragua de tres miembros de la Guardia Republicana de Irán –denominada Pasdarán-, quienes se quedaron en ese país tras haber arribado en enero acompañando al presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, cuando éste asistió como “invitado especial” a la asunción del gobierno por parte de Daniel Ortega y se firmaron acuerdos entre ambos países.
Los tres miembros de la Guardia Republicana –a la que Estados Unidos recientemente calificó como “grupo terrorista”- fueron identificados como Ali Mohebbi, Hossein Nemati Barugh y Ali Moderassi, quienes residen en el lujoso complejo residencial Las Colinas, en las afueras de Managua.
Asimismo en Costa Rica fueron activadas las alarmas fronterizas y se acentuaron los controles migratorios a partir de esa novedad, que incluye informes de inteligencia según los cuales los tres pasdarán fueron vistos tomando fotografías en diferentes países de la región.
Cabe agregar que en El Salvador también apareció una filial de Hezbollah, encabezada por Selim Azzman, quien suele aparecer con su rostro semicubierto y de quien se han visto fotografías con un fusil en las manos.
Como corolario de esta avanzada iraní sobre América Central, puede agregarse que se habría detectado presencia de la misma en el límite norte de esta región con el sur mexicano. Según publicara en una reciente edición el semanario alemán “Der Spiegel”, habrían sido vistos misioneros chiítas difundiendo el islamismo entre los indígenas de Chiapas, el conflictivo estado donde reina el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Como puede apreciarse, avanzadas que se encuentran cada vez más cercanas a Estados Unidos, algo como para que este país también esté activando sus alarmas... y sus nervios.
Selim Azzman, líder de Hezbollah-El Salvador
Al sur del Sur
Y así llegamos a la Argentina. Habíamos mencionado al comienzo de esta nota que entre la documentación visualizada de Hezbollah-Venezuela aparecía una frase, sin más detalles, en la que se leía “Un nuevo trabajo: Argentina”. Frase que por el momento, hasta tanto sea posible obtener más datos, permanece en el misterio.
De todas maneras hay indicios documentados de la presencia de Hezbollah en este país, que todavía atraviesa por el amargo recuerdo de haber sufrido dos sangrientos atentados terroristas: en marzo de 1992 a la embajada de Israel en Buenos Aires y en julio de 1994 a la sede de la mutual judía AMIA.
No ahondaremos aquí en la presunta autoría de ambos atentados, ya que hay diferentes hipótesis acerca de cómo sucedieron uno y otro, y además hay que tener en cuenta que Hezbollah no es sostenido únicamente por Irán, sino en forma ostensible por Siria, y que hay demasiados intereses en juego –principalmente por parte de norteamericanos e israelíes- para que se apunte exclusivamente a Irán como digitador de esos atentados.
Pero el Hezbollah tiene sus admiradores en la Argentina. A buena parte de ellos se los ubica fácilmente en sectores de la izquierda, como la Corriente Patria Libre, su correlato, el Movimiento Liberación –otra casualidad: fueron unos de los destinatarios de aquellos correos electrónicos luego del Encuentro de Trabajadores Nucleares realizado en México en 2005- el grupo “Quebracho” y la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, caracterizada también por su simpatía hacia otros grupos terroristas, entre ellos la ETA vasca.
Otro de los que se ha acercado mucho, no se sabe si a Hezbollah directamente pero sí a Irán, es el impresentable ex piquetero y ex funcionario del gobierno kirchnerista Luis D’Elía. Este caricaturesco personaje, que no pierde ocasión para despotricar contra Estados Unidos e Israel, ha visitado en varias oportunidades la embajada iraní en Buenos Aires, e incluso a mediados de 2007 hizo un viaje a Irán.
En 2006 se llevó a cabo en la provincia de Córdoba una reunión cumbre del Mercosur, y paralelamente se desarrolló, como contrapartida, la denominada “Cumbre de los Pueblos”, organizada como es habitual por varios personajes y organizaciones de izquierda. Durante el desarrollo de esta “cumbre” se realizaron varias marchas por el centro de la capital provincial en las cuales –en medio de un conglomerado de grupos izquierdistas y con la obvia presencia de Luis D’Elía- se vieron banderas iraníes y palestinas, pancartas con la figura del ayatollah Khomeini y estandartes con el logo de Hezbollah.
Expertos en terrorismo aseguran que ya hay un grupo de Hezbollah firmemente asentado en la Argentina. Por ejemplo, Ely Karmon, investigador del Instituto para el Contraterrorismo de Herzlyia, en Israel, define a este grupo como “muy interesante”, le adjudica una conexión directa con Irán y explica que se apoya en dos organizaciones islámicas conocidas, el Hogar Arabe-Argentino y la Asociación Argentino-Islámica (ASAI) de la ciudad de La Plata, que cooperan con la embajada iraní en Buenos Aires y son financiadas por ésta.
Karmon también hizo referencia a la posibilidad de que Hezbollah y Al Qaeda intenten reclutar terroristas latinoamericanos para su actividad internacional, como lo han hecho antes en Medio Oriente y en Europa. En tal sentido, señaló: “Es un escenario posible. Sabemos que ellos reclutaron alemanes que fueron después enviados a Israe, para hacer atentados en ese país. También sabemos que reclutaron a personas no árabes en Malasia. Es un método que es utilizado últimamente por Al Qaeda, que está reclutando franceses, británicos y también australianos que se convirtieron al Islam para así penetrar más fácilmente a estos países. Eso puede llegar también a América Latina”.
No pudimos averiguar aún si los iraníes financian de alguna manera a Hebe de Bonafini, que sí es financiada por Hugo Chávez y también es “subsidiada” por el gobierno de Néstor Kirchner. Pero lo que pudimos conocer es que el encargado de negocios de la embajada iraní en Buenos Aires, Moshen Raharvand, ejerce como “profesor” en la denominada “Universidad de las Madres de Plaza de Mayo”, una ilegal y supuesta casa de estudios no registrada ni habilitada por el Ministerio de Educación. Tampoco pudimos saber hasta ahora de qué materia o carrera es titular el diplomático iraní, salvo que tenga a su cargo una “madrasa”, la escuela islámica donde se enseña esa religión. De cualquier manera no sería algo extraño en esa “universidad” de la cual es “rectora” la señora Bonafini, -autora de la frase: “Las ‘madres’ nos hemos solidarizado con la lucha valiente del pueblo vasco contra un Estado criminal y asesino, el español”- si tenemos en cuenta que allí también dicta una cátedra –aparentemente una tan inocente como lo son las clases de cocina- el terrorista de ETA José Luis Lariz Iriondo, conocido como “Josu”, quien fue beneficiado por el gobierno kirchnerista con su asilo en el país tras haber ignorado el pedido de extradición emitido por el juez español Baltasar Garzón.
Quien recibió manifestaciones de repudio por parte de miembros de la comunidad judía en la Argentina –siendo él mismo de esa religión- es el ministro de Educación y ex candidato a jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Daniel Filmus. El motivo es que junto a él trabaja estrechamente Roberto Ahuad, un dirigente de la colectividad árabe que ha emitido juicios muy duros contra Israel, participó de marchas de protesta frente a la embajada y apoya abiertamente a Hezbollah.
En tal sentido, Ahuad sostiene que el dinero que se envía desde la Argentina al Líbano “está destinado exclusivamente a su reconstrucción”, y calificó de injusticia que a Hezbollah se la señale como organización terrorista, señalando que “es un grupo de resistencia, con vocación y voluntad política, que nació como una entidad de ayuda asistencial”.
Todo una muestra de optimismo acerca de la “ayuda asistencial” que puede brindar dicha organización.
Conclusión
Como conclusión de esta nota aportaremos los últimos detalles obtenidos de fuentes confiables, sumando su aporte al de las demás fuentes que en su conjunto colaboraron para que pudiera realizarse buena parte de este trabajo.
Uno de esos detalles es el vuelo semanal de un Boeing 747, ida y vuelta, desde el aeropuerto venezolano de Maiquetía hacia Irán, vía Damasco, la capital siria. Un avión que tiene capacidad para más de 300 pasajeros pero que generalmente no llega a transportar 100. La justificación de esos vuelos estaría dada en el reciente lanzamiento del gobierno de Hugo Chávez de un vuelo comercial que, precisamente, une Caracas con Teherán.
Sin embargo la incógnita radica en que esos vuelos se realizan despoblados de pasaje pero en cambio con gran cantidad de carga. En cada viaje desde Caracas suben al avión muchos bultos –tipo baúles- que se aprecian como muy pesados ya que es necesario un montacargas para trasladarlos, en lugar de los tradicionales portamaletas.
La sospecha de las fuentes radica en que Venezuela está produciendo uranio, aunque Chávez lo niegue, y que ese uranio –mineral que es más pesado que el plomo- sería despachado a Irán. El caso es que no se sabe aún qué lleva y qué trae ese avión en sus vuelos, y los agentes aduaneros tienen terminantemente prohibido revisar ese equipaje.
No se sabe tampoco si, de confirmarse esta sospecha, esos envíos tienen relación con la carrera nuclear lanzada por Mahmoud Ahmadinejad y con lo informado por la resistencia iraní –sí, aunque parezca imposible, en Irán hay grupos de resistencia-, que en octubre último reveló que el régimen de los ayatollahs construyó un nuevo sitio nuclear subterráneo, bajo una montaña y unido por túneles al centro de enriquecimiento de uranio de Natanz, para desarrollar actividades nucleares “de tipo militar”. La resistencia iraní también ha denunciado, a través de su página “Iran Resist” –publicada en francés-, la penetración de Hezbollah en América Latina gracias al auspicio que le brinda el gobierno de Venezuela.
Por otra parte, el presidente Hugo Chávez mantiene correspondencia regular con Ilich Ramírez Sánchez, el terrorista venezolano conocido como “Carlos” o “El Chacal” a quien llama “distinguido compatriota” y “amigo”, quien tuvo activa participación en la década de 1970 trabajando para organizaciones como el Frente Popular para la Liberación de Palestina, de George Habbash; la Banda Bader-Meinhof, de Alemania; las Brigadas Rojas, de Italia; y para Libia, Irak y todo país o grupo que lo contratara. Actualmente “Carlos” está detenido desde 1994 en una cárcel francesa, donde se convirtió al islamismo y asegura que “Al Qaeda estaría mejor organizada conmigo”.
Recientemente un Comité de la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos aprobó una resolución que exhorta al gobierno del presidente George Bush a trabajar con los países del Hemisferio Occidental para combatir el terrorismo y la creciente influencia del grupo Hezbollah en la región. Esa resolución fue promovida por los congresistas Ron Klein, republicano, y Connie Mack, demócrata, ante la presencia de Irán en países latinoamericanos “con una frecuencia cada vez más alarmante”.
Las oficinas de ambos legisladores dijeron en una declaración escrita que el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad estaba tratando de formar “terrenos estratégicos” en la región concediendo paquetes de ayuda a diversos países latinoamericanos. Simultáneamente dijeron que Hezbollah “es un indisputable agente del terrorismo que está ganando terrenos estratégicos en Latinoamérica” y que “por nuestra seguridad, Estados Unidos debe hacer todo lo que pueda para ayudar a los latinoamericanos a responder apropiadamente las amenazas de terrorismo”.
Ya habíamos señalado anteriormente que hay muchos intereses en juego por parte de Estados Unidos y sus aliados como para pretender imputar de todos los males generados por el terrorismo internacional a Irán y a los grupos islámicos de diverso signo. Pero es cierto también que éstos vienen avanzando rápidamente en América Latina con proyecciones por ahora no calculadas, pero que siembran la semilla de una alarma incipiente ante las consecuencias que, a mediano plazo, podrían acarrear.
Para ello están encontrando todas las facilidades en la complicidad del gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez, a quien su propio ex piloto personal, el mayor de la Fuerza Aérea Venezolana Juan Díaz Castillo, acusó hace ya cuatro años de haber financiado a Al Qaeda a través de los talibanes de Afganistán.
Y a esas facilidades brindadas por Chávez se suman las que a su vez les está otorgando el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y el mandatario boliviano Evo Morales, quien ya ha comenzado también a echar de su país a los misioneros cristianos de distintas confesiones para dar paso a la entrada de los misioneros chiítas, listos para iniciar la conversión al islamismo de las numerosas etnias indígenas que pueblan Bolivia.
Lo cierto es que Hezbollah ya está presente en prácticamente toda América Latina, y el peligro que ello involucra está latente. Máxime si tomamos en cuenta la frase con la que martillean las mentes de los niños y jóvenes indígenas venezolanos: “El breve placer de la vida en la Tierra es egoísta. La otra vida es mejor para aquellos que sirven a Allah”.
Es la misma frase que se encuentra en los panfletos con que les infieren valor a los niños y adolescentes que participan en misiones suicidas en Palestina y otros lugares convulsionados de Medio Oriente.
Carlos Machado
(Aportado por la resistencia iraní)