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Pastora trans inaugura nueva iglesia inclusiva en la Ciudad de Buenos Aires

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¡Dios no tiene género!
¡Dios no tiene género!

El pasado domingo 10 de abril, a las 18hs en el Teatro Empire, de Hipólito Yrigoyen 1934 de caba comenzó una etapa histórica para la comunidad LGTBQ, porque con la aparición inesperada en la escena religiosa de la exvedete transexual Isabella Jones y su marido Matthew, juegan una apuesta muy fuerte, no exenta de riesgos; al inaugurar una iglesia cristiana inclusiva a todos los creyentes, con sus diversidades sexuales.

 

La reunión, con una nutrida concurrencia, ofreció un concierto de un conjunto de excelente nivel profesional, las palabras inspiradoras de los pastores que hicieron un llamado “sin distinción de sexualidades” para acercarse a un Dios que perdona, no condena y ama a todos por igual”. El Director General del Ministerio es Diego Valdés, conocido productor teatral y la entrada al teatro fue libre y gratuita, como lo será cada domingo desde las 18 horas.

Isabella Jones es una exvedete y actriz que triunfó hace poco en Mar del Plata en obras como “Popularísimos” y “Divertidísimos”, compartiendo cartelera con Antonio Ríos, Guido Suller y Carmen Barbieri, entre otros famosos; la artista uruguaya relató de cómo fue rechazada por sus padres (líderes evangélicos) por su condición trans, lo cual la sumergió en el inframundo de la prostitución hasta conocer a su marido Matthew Jones, escritor y filósofo, de creencia evangélica metodista. El desencanto con el hostil ambiente artístico y sus sólidas creencias en Jesús hicieron que ella tomara la decisión de liderar un nuevo movimiento en este país y así ser pionera de reuniones dirigidas a la comunidad LGTBQ, con la idea de “Alcanzar con el amor de Dios a prostitutas y chicas trans particularmente”. También enfatizó que no se pedirán diezmos ni ofrendas especiales ni pactos divinos por dinero y en eso dijo diferenciarse de los llamados ministerios electrónicos, como el del Pastor Héctor Giménez y una legión de imitadores en el país.

Pero, aunque el comienzo fue auspicioso, no está exento de sortear aún formidables obstáculos: una oposición evangélica de iglesias en cuyas doctrinas prevalece la heterosexualidad, el patriarcado, la monogamia, la castidad y la virginidad prenupcial y además una gran aversión a las creencias en LGTBQ.

Las semanas previas al evento, un rosario de insultos y amenazas escritas en Facebook por parte de centenares de fundamentalistas bíblicos, que no dudan en calificar a la pareja de “abominables, inmundos, depravados, estafadores, cirqueros, pecadores, anticristos y contrarios a la Biblia”. Sin embargo, Isabella y Matthew insisten que el amor y la inclusión divina pueden vencer este odio proveniente de algunas iglesias conservadoras cuyos miembros se sintieron provocados al extremo con este anuncio.

Lo que es casi seguro, que la pareja deberá prepararse no solo para un crecimiento numérico de su membresía sino también para una feroz ofensiva denigratoria, sobre todo de sectores pentecostales, donde usan la Biblia para golpear a un colectivo minoritario y vulnerable en una actitud bien de cobardes.

Este puntapié inicial y sorpresivo es no solo una provocación a los dogmas cerrados de las iglesias, sino una señal del reclamo de la comunidad LGTBQ de poder expresar una fe en Dios sin ser censurados ni condenados por las autoridades eclesiásticas, un espacio donde ser aceptados y escuchar una palabra de aliento, lejos de los dedos acusadores de las religiones organizadas.

El resurgimiento de la ultraderecha en la región potenció los dogmas cristianos reaccionarios y de segregación religiosa. Muchas iglesias evangélicas norteamericanas y brasileras desde Trump, pasando por Bolsonaro, profundizaron su odio e intolerancia patriarcal. Este movimiento es también una reacción vigorosa desde la inclusión a tanto discurso violento, vociferado desde centenares de así llamados pastores evangélicos, que hoy son una amenaza a la paz y a la convivencia sin distinciones sexuales. Es por esto que apoyo a mis amigos Isabella y Matthew Jones.


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17 comentarios Dejá tu comentario

  1. La gente no necesita una iglesia para estar con Dios Dios está en nosotros todo esto que hacen es sólo por dinero y en este caso político ideológico

  2. Todos somos seres humanos, o intentamos serlo, mas humanos. Dios nos dio la vida a todos los que acá hablamos. Y si, Dios no hace distinciones. Somos sus hijos. Solo tengamos fe. Vivamos en paz. Sin joder a nadie. "La fé ve lo imposible, cree lo increíble y recibe lo imposible." - Frase de alguien que ve mas a lo lejos.

  3. Si bien yo creo en un Dios, descreo de la liturgia y de la iglesia como institución eclesiástica. Respeto a todas las religiones, pero creo que si tan solo nos condujéramos con moral, que precede a la religión, todos podríamos coincidir. Es una cuestión de principios, de valores.

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