Mientras en la Argentina se siguen construyendo altas torres, la escalera mecánica más alta para evacuación llega apenas a los 18 pisos de altura ¿Qué pasaría si hay que evacuar a personas con capacidades diferentes?
    Parece que en nuestro país estos temas se toman muy a la ligera, baste dar una mirada a la absolución total de Aníbal Ibarra en la causa “Cromagnon”, para darnos cuenta que con 200 víctimas fatales en un incendio no basta.
    Lamentablemente estas soluciones, que se vienen desarrollando en Israel desde 2005, a nuestro país no llegan.
    Estos sistemas no sólo permiten evacuar de a cinco pisos “por viaje”, sino que se encuentran construidos en material atérmano para preservar a las personas y a los bomberos en su interior.
    Otra ventaja de esta maravilla tecnológica es que opera enlazado con la alarma del lugar y un bombero o personal de seguridad del edificio puede manejar todo el sistema desde la vereda con un “joystick” remoto, sin depender de la ayuda de nadie.
    Es dable destacar que, además, el sistema se dota de escaleras interiores en el edificio de 4 o 5 peldaños y guías laterales para sillas de ruedas, es decir que nadie queda excluido al  momento de evacuar el lugar.
    Otro acierto del sistema es que al llegar a los pisos en conflicto, se puede abrir la ventana de evacuación ya que el equipo una vez posicionado bloquea totalmente la entrada de aire, anulando toda posibilidad que el fuego se reactive y haga el efecto de chimenea quemando a las potenciales víctimas.
    Ojalá nuestros legisladores tomen conocimiento de sistemas como este para que sean obligatorios en la construcción de las torres que cada día son más altas y potencialmente más peligrosas para las personas que las habitan trabajan en ellas pasando gran parte del día en las mismas. 

Alberto Weckesser