El diccionario de la RAE dice que “coalición” significa unión transitoria de personas, grupos políticos o países con un fin determinado. Viene del latín, “colescere” es decir juntar, reunir. Además de tener un fin determinado, ¿qué más tienen en común las coaliciones políticas? Poco.
En la Argentina las coaliciones de los últimos tiempos se formaron con el único fin de derrotar al partido gobernante y llegar al poder. No les fue bien. La Alianza: Unión Cívica Radical, FREPASO (Frente Amplio, Partido País y la Unión Socialista), quería derrotar al PJ de Menem. Lo hizo.
El gobierno de la Alianza duró desde el 10/12/1999 al 20/12/2001. Carlos Chacho Álvarez, el vicepresidente, renunció y debilitó más al presidente De la Rúa. Un golpe civil (Duhalde y Alfonsín) derrocó al gobierno. Álvarez y De la Rúa no tenían nada en común. La alianza fue imposible.
Cambiemos, formado por el PRO, la UCR, la Coalición Cívica ARI y otros partidos pequeños, tenía como finalidad vencer al peronismo en las presidenciales del 2015. Se logró. El PRO se adueñó del gobierno y le dio poco espacio a la UCR que prestó su territorialidad y menos a la CC ARI.
No fue un buen gobierno, pero se respetó la Constitución Nacional, se recuperó el INDEC, se incentivó la defensa ambiental, se liberó el US$ y sin mayorías en las cámaras, más allá de errores propios, no cumplieron las expectativas. Hubo ataques de parte del gobernador de Mendoza y presidente de la UCR desde el 2017, Alfredo Cornejo. Y de Lilita Carrió.
Cambiemos consiguió terminar su mandato. Se armó una extraña coalición. Cristina Kirchner, que no es PJ pero dice serlo, nombró por su cuenta al peronista Alberto Fernández candidato a presidente y a ella como vice. Ganaron. Hoy, 28 meses después, no se hablan. Se detestan.
Se supone que esta coalición del Frente de Todos está conformada por peronistas. Pero no piensan igual. Es más, quieren países distintos o dicen hacerlo. Es difícil creerles, han mentido demasiado. Lo que importa es que cuando las ideas no son las mismas, las coaliciones no funcionan.
En los países civilizados, la Argentina ha dejado de serlo hace tiempo, las coaliciones funcionan y sino, como vienen de regímenes monárquicos tienen sistemas parlamentarios. Si no anda bien el gobierno se cambia al primer ministro. Acá, con régimen presidencial hay que esperar 4 años.
Los opositores al gobierno quieren desesperadamente que Juntos por el Cambio sigan juntos. ¿Podrán? Si no están de acuerdo en la idea de país que buscan todos los integrantes de la coalición, puede que sigan juntos, pero sólo hasta que sean gobierno. La historia tiende a repetirse siempre.
Macri y Bullrich tienen una idea de país que difiere de la que tiene la UCR y la CC ARI. Ni siquiera los halcones del PRO piensan igual que las palomas del PRO, Rodríguez Larreta y Vidal. Los halcones puede que piensen un país más cercano al que quiere el Peronismo Republicano.
Es una discusión entre liberales y estatistas. No es fácil que encuentren puntos de acuerdo. Sin esos puntos no hay gobernabilidad posible. Y eso debe ser solucionado ya. Antes de estar emitiendo comunicados difíciles de comprender para apoyar a Gerardo Morales, presidente de la UCR.
El 26/4 apareció en Clarín un artículo de Ricardo Roa sobre el acuerdo entre Cristina, Alberto, Massa y Gerardo Morales. El tema era el Consejo de la Magistratura. Un terrible acuerdo para cajonear a Luis Juez, proponer a Doñate, asegurar el puesto a Roxana Reyes y más traiciones.
Obviamente el gobernador de Jujuy, Morales, negó todo. No hay porque no creerle. Pero es difícil creer que un periodista de la talla de Ricardo Roa mienta con tanto descaro y tantos detalles. Para desviar la atención, Morales inventó que Javier Milei a las órdenes de CFK, quería dividir JxC.
Está claro que Milei es funcional al gobierno, no por tener un arreglo con CFK, sino porque las encuestas le dan entre un 15 y un 17% de intención de votos, que le restaría a JxC y un poco al FdT. Pero no pareciera que Milei tuviese interés en romper JxC. Sólo ve las diferencias en las ideas.
Diferencias que JxC debe solucionar en profundidad. Y si hay traidores en la coalición, decidir con rapidez qué se hace con ellos. Fue una mala estrategia subirle tanto el precio y los posibles votos a Milei, si es que JxC cree que Milei es el adversario a combatir. ¿Y, Gerardo Morales ya denunció a Ricardo Roa ante la justicia por difamación?