El día 9 de noviembre de 2007 informé
oficialmente al Servicio de Hidrografía Naval (capitán de ultramar Juan R. De
Carranza), que había identificado al barco espía nazi "Ussukuma", capturado y
hundido por los británicos, en aguas territoriales argentinas.
En la carta náutica de la Institución H-210 figura como
desconocido en posición 39° 24' Sur y 57° 15' Oeste.
El barco transportaba combustible, alimentos, torpedos y
explosivos para entregarlos furtivamente a submarinos y acorazados de la
Kriegsmarine (Marina de Guerra) del Tercer Reich, los que aún podrían estar
activados.
Un poco de historia
La nave de unas 8.000 toneladas de desplazamiento y 130
metros de eslora operaba normalmente para la Deutsche Ost-Afrika Linies (DOAL),
tocando habitualmente todos los puertos importantes de África. Al comenzar la
Segunda Guerra Mundial, la nave fue puesta de inmediato al servicio de la Abwher,
(Servicio de Inteligencia de la Marina de Guerra alemana), pasando a cumplir
funciones en el Atlántico Sur. Vale aquí recordar que la Abwher se encontraba al
mando del almirante Guillermo Canaris.
A medianoche del 5 de diciembre de 1939, cuando se dirigía al
encuentro del acorazado Admiral v. Graf Spee, el navío que había partido de
Bahía Blanca fue capturado por los británicos, pese a los esfuerzos de la
tripulación por hundirlo.
La fuerza G del Reino Unido con base en las Islas Malvinas,
que actuaba bajo el mando del comodoro H. Harwood, al capturar la máquina
codificadora de transmisiones nazi Enigma y a sus operadores, se enteró de la
intención del Graf Spee de tomar las Malvinas. Atento la gravedad de la novedad,
el comodoro Harwood envió al crucero pesado HMS Cumberland a protegerlas y a los
cruceros HMS Ajax, HMS Exeter y HMNZL Achilles a intentar la captura del
acorazado.
El Graf Spee se encontraba sin combustible en las
cercanías de las costas uruguayas cuando recibió de la máquina del Ussukuma
(capturada por los británicos como se mencionó) un mensaje codificado señalando
día, hora y posición para encontrarse y recibir los necesarios pertrechos. Así,
el 13 de diciembre de 1939, con el sol del amanecer entorpeciendo la visual, el
Spee (capitán Hans Langsdorff) se encontró con una desagradable sorpresa. Lo
esperaban en lugar del Ussukuma los cruceros británicos Ajax, Achilles y Exeter
ya mencionados. La trampa pergeñada por Harwood funcionó ya que cuando se
percató del engaño era demasiado tarde y el capitán Langsdorff debió entablar
batalla en desventaja.
Pese a ello, el Admiral Spee logró averiar seriamente a los
cruceros livianos y poner fuera de combate al pesado (Exeter). Langsdorff, sin
combustible, apenas llegó a Montevideo, puerto donde le negaron el carburante
necesario. El capitán Langsdorff trasladó la tripulación de su barco a la
República Argentina, hundió su nave, y se suicidó luego en Buenos Aires. Sus
restos descansan en el Cementerio Alemán de Chacarita.
Con el código Enigma roto por vez primera tras la captura del
Ussukuma, el Almirantazgo británico logró en esos días la destrucción y
apresamiento de decenas de barcos y submarinos nazis, que seguían radiando
mensajes con tranquilidad creyendo segura esta actividad.
Nada se sabe aún sobre el destino real de la tripulación
del Ussukuma. El único ser viviente de la nave conocido fue un gatito, mascota
de la tripulación, rescatado por pescadores marplatenses en una balsa a la
deriva.
A la brevedad posible se iniciarán tareas de
investigación en la nave sumergida para develar los misterios que aún guarda.
Hay además en las cercanías del naufragio, dos pecios no identificados, uno de
los cuales podría ser un sumergible alemán según el eco del sonar.
Carlos De Nápoli