La Cumbre de las Américas (IX Reunión Panamericana) se realizará en Los Ángeles, California, entre el 6 y el 10 de junio 2022. Alberto Fernández fue invitado, no así Díaz-Canel, Cuba; ni Nicolás Maduro, Venezuela; ni Daniel Ortega, Nicaragua. El Presidente Fernández exigió que se los invitara.
El Presidente de los EEUU, Joe Biden, se negó. Alberto Fernández replicó que si no se los invitaba él no asistirá. Andrés Manuel López Obrador, AMLO, Presidente de México acotó que él tampoco asistirá. Se plegaron los países “petro” Caribe. Alberto Fernández cambió de opinión.
¿Aconsejado por el Grupo de Puebla? La idea era asistir y generar una contra cumbre como Presidente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC. La Argentina tiene una larga vocación “antiimperialista”. Desde siempre le arruina los planes a EEUU.
En la 1ª Conferencia Panamericana en Washington 1889, el presidente Benjamin Harrison propuso un continente sin aduanas. Repitió la frase del ex Presidente Monroe, “América para los americanos” y el representante argentino, Roque Sáenz Peña gritó, “América para la humanidad”.
Ahí murió el sueño del continente sin aduanas. En 1994 el Presidente Bill Clinton en Miami, en una reunión de presidentes americanos propuso el ALCA, un tratado de libre comercio continental. En 2005, en Mar del Plata se realizó la IV Cumbre de las Américas, presidente Néstor Kirchner.
Invitado Hugo Chávez, Presidente de Venezuela y con el aval de Kirchner, se armó una contra cumbre para hostilizar a George W. Bush, presidente de los EEUU. En un tren fletado especialmente hacia Mar del Plata, Chávez, Maradona y D’Elía llegaron al grito de “ALCA, ALCA, ALCA…rajo…”
Así murió la posibilidad de un tratado de libre comercio. Nunca se sabrá si hubiese sido bueno o no el no tener aduanas entre los países del continente o tener un gran tratado de libre comercio. Lo que sí se sabe es que la región no está bien y que la Argentina ha contribuido en parte.
Volviendo a la idea de la contra cumbre de la CELAC en Los Ángeles, AF tuvo la aprobación de AMLO, aclarando que él no participaría. Es de izquierda pero su socio comercial es EEUU. Es de los que declaran la guerra y dice, “vayan”. Y Fernández desbarrancó con Venezuela y Cuba.
Sin hojear el diccionario, confundió o ignoró la diferencia entre bloqueo y embargo. EEUU tiene embargada a Cuba, nunca la bloqueó. Todos los países pueden negociar con Cuba, excepto EEUU. Lo hacen los socios de EEUU en el NAFTA (tratado de libre comercio), Canadá y México.
En cuanto a Venezuela acusó al “norte” (no se sabe si hablaba de EEUU o de Bolivia o Paraguay ya que toda América está al norte de la Argentina) de dejar al país de Maduro sin vacunas en plena pandemia. ¿Qué pasó con las maravillosas vacunas rusas y chinas? ¿Tampoco se las vendieron?
Entre tanto disparate, desquiciado, gritando, fuera de sí, sostuvo que ya no se iba a callar más. Que lo hicieran los otros, ¿quiénes?, él no. Y considerando los vaivenes mentales y orales del Presidente Fernández, se teme lo que pueda decir en la IX Cumbre de las Américas en EEUU.
Los papelones internacionales perpetrados por Alberto Fernández en su muy desubicada visita a Rusia y luego a China, hacen temer lo que pueda decir. Los disparates en los países autocráticos fueron por exceso de ¿amor?, ¿admiración?, ¿ideología compartida? No se sabe.
A EEUU oficialmente los odia. Tampoco se sabe si el sentimiento es real, propio o por quedar bien con Cristina. Tranquiliza saber que a fines de junio habrá una bilateral entre Joe Biden y Alberto Fernández. Algo que nunca consiguió Cristina. Todo un éxito para un Presidente nada exitoso.
Si la reunión bilateral se concretara, Alberto la podría exhibir como su gol de media cancha ante Cristina que hubiera pagado por tener una bilateral con Obama. Y no la tuvo. Por ahora Los Ángeles sigue siendo una incógnita, lo mismo que dirá en su discurso el Presidente argentino.