Otra impagable visión española de la actualidad
argentina. El boletín digital “Hispanidad” acaba de publicar una semblanza de lo
que puede venir en el país tras la asunción del “nuevo” (?) gobierno encabezado
(?) por Cristina Fernández de Kirchner, con un augurio nada esperanzador
respecto de la resolución de los numerosos casos de corrupción.
Con el título “Cristina y
Néstor, los Reyes Catódicos: un gobierno continuista en la Argentina”, y con el
agregado “Y lo peor: continúan los Fernández”, éste es el texto original del
sitio español:
“Dado que han creado una dinastía, y dado
que controlan los medios informativos, especialmente las televisiones, por mor
de la publicidad oficial, la más importante en la Argentina, a Néstor
y Cristina Kirchner podían denominarles los Reyes Catódicos de
Argentina. Ahora le toca el turno a Cristina y, de paso, ambos
monarcas alargan más los cien sumarios por corrupción que tiene la anterior
administración en los juzgados. Se cuidarán mucho los jueces de condenar a quien
todavía está en el poder.
“En cualquier caso, el gobierno presentado
por Cristina Fernández supone la reelección del marido
Néstor, ya que se ha mantenido casi toda la estructura ministerial que
acompañó a Néstor Kirchner. Si ella, Cristina de
Kirchner, cogobernó los últimos dos años con su marido, ¿por qué
Néstor Kirchner no hará lo mismo durante el próximo mandato de
su mujer? Por lo tanto, ¿para qué cambiar de ministros y de proyectos si la
mimesis del apellido llevó a los dos al triunfo?. Sólo queda una inquietud
política: esta concertada pareja de intereses comunes, ¿mantendrá su unidad si
se produce una crisis, si sobreviene una fiebre sofocante?. Difícil respuesta:
hasta ahora, en cuatro años y medio de Gobierno, los Kirchner
no padecieron siquiera un resfriado. Para algunos, lo que viene es Perón
con Isabel; para otros ‘Cámpora al Gobierno,
Perón al poder’. Imprecisas y descalificantes comparaciones: ellos dos,
el dúo, son una sola sociedad fagocitante de todo el poder. De ahí que poco
importen sus hombres secundarios, aunque la formalidad obligue a mencionarlos.
“En particular, han mantenido a los
representantes de la corrupción kirchnerista: Alberto Fernández
y Julio De Vido continúan en sus puestos. De hecho, continúan
los dos Fernández, el todopoderoso jefe de Gabinete,
Alberto, manipulador mayor de la república, y el peligrosísimo
Aníbal.
“Terrible el nombramiento de la ultra
feminista y abortera Graciela Ocaña. Por lo demás: Economía
estará a cargo de Martín Lousteau; Planificación, para el
mencionado Julio De Vido; Interior, Florencio Randazzo;
Relaciones Exteriores, Jorge Taiana; Trabajo, Carlos
Tomada; Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Aníbal
Fernández; Defensa, Nilda Garré; Educación,
Juan Carlos Tudesco.
“Más de lo mismo. El viento nuevo deberá esperar”.
Creemos que los comentarios huelgan
ante esta descripción de “Hispanidad”. Sólo cabe recordar lo que ahora caerá en
un conveniente olvido y en las utopías de un real interés por resolverlos: los
casos de corrupción que cayeron en cascada en los últimos tramos de la
administración de Néstor Kirchner.
Despediremos así de su consideración por la
Justicia y los medios de prensa, al menos por otros cuatro años (nosotros
seguiremos recordando), a joyas de la Corona tales como: el Caso Skanska, con un
papel protagónico a cargo del reconfirmado ministro Julio De Vido; la bolsa de
dinero en el baño de Felisa Miceli, ahora flamante administradora (cuidado) de
los cuantiosos bienes de Hebe de Bonafini y su “Universidad” de las Madres de
Plaza de Mayo; la generosa dilapidación de dineros y cargos públicos de Romina
Picolotti; la exportación de repuestos de armas a precios subfacturados por
parte de la reconfirmada ministra de Defensa, Nilda Garré; el extraño caso de la
valija rellena de dólares portada por el venezolano Guido Antonini Wilson; los
contratos petroleros y mineros que benefician exclusivamente por varios años a
multinacionales extranjeras, con el consiguiente “vuelto” para funcionarios
locales; el tema irresuelto de la desaparición de Julio López; y otros
urticantes etcéteras.
Por otra parte, los terribles flagelos de la
inseguridad y el narcotráfico se mantendrán, y muy probablemente crecerán, con
el traslado de Aníbal Fernández del ministerio del Interior al de Justicia (?),
Seguridad (?) y Derechos Humanos (?). Es decir, el mantenimiento de aquellas
lacras a nivel nacional, diagramando a todo el país como una enorme “zona
liberada”.
Queda también dentro de este por ahora
inescrutable futuro el tema de hasta dónde podrán resistir los ya exangües
bolsillos de los argentinos frente a los aumentos de tarifas de servicios
públicos que se aproximan y la inflación en general, que muy probablemente
superará con creces a la que se desató en la última mitad del año.
Lo cierto es que el Pan Dulce que no todos
podrán tener en su mesa navideña tendrá seguramente un sabor demasiado amargo.
Nunca como ahora quisiéramos equivocarnos, pero...
Carlos Machado