En medio del desolador panorama político mundial, que lamentablemente se ha extendido a nuestro continente, hay sólo dos “paisitos” con una larga tradición democrática que se plantan en favor de la defensa de libertades individuales, de derechos humanos y de una economía de libre mercado. Son los únicos que se escapan del evidente y lamentable retroceso de la democracia en el continente. Nos referimos al Uruguay y a Costa Rica. Son los campeones de nuestra Latinoamerica. De acuerdo al más reciente informe de Inteligencia de la revista The Economist, referente al índice de democracia en el mundo, Uruguay figura como el país más democrático de América Latina con una puntuación de 8,61 de 10, seguido por Costa Rica con 8,16.
De esta forma Uruguay ocupa el lugar 15 de las democracias plenas en el mundo y Costa Rica el puesto 18. Noruega encabeza el ranking con 9,81 puntos. EE.UU. se encuentra entre los países con “democracias imperfectas”, lo que no es de extrañar dadas las enormes contradicciones que padece el país y que han puesto en tela de juicio la calidad de su democracia con una Justicia cuestionada, con una prensa ideologizada y una situación económica nunca antes vista en los últimos 50 años. Tenemos que estar verdaderamente orgullosos de poder contar en nuestro continente con estos dos faros democráticos, que esperemos puedan transmitir su influencia a otros países de la región.
Y la misma garra la han demostrado estos dos “paisitos”, increíblemente, en el fútbol internacional en su accidentado y luchado repechaje hasta llegar a poder disputar el próximo Campeonato Mundial de Fútbol en Qatar, 2022. Han demostrado ser verdaderos titanes con sus limitaciones propias de países pequeños, para lograr el éxito con “la garra charrúa uruguaya” y “la pura vida tica” coronando así sus esperanzas, así como lo hicieron en política internacional, como los defensores de la democracia en nuestro continente.
Confieso que soy hincha de los dos países, por nacimiento y por una larga y feliz estadía profesional de muchos años en el otro.
Figuras claves para el éxito futbolístico en el caso de Uruguay ha sido Luis Suárez, con 15 años de experiencia profesional internacional, apodado “el pistolero”, por su costumbre de festejar sus goles, y del otro lado el tico Brayan Ruiz, apodado “la comadreja” con 20 años de carrera profesional. Ambos jugadores estrella han coincidido que se retirarían del fútbol luego de finalizado el próximo mundial.
En política nacional e internacional Uruguay ha tenido que luchar y sufrir más que su compañero centroamericano en su búsqueda incesante por mantener su democracia tradicional. Tuvo que soportar una dictadura militar cruenta que fue el resultado de la intervención de la guerrilla de los tupamaros, apoyada, financiada y entrenada en Cuba, que quería destruir las bases democráticas del país. Afortunadamente, presionada por la opinión pública, la Junta Militar gobernante decidió llamar a un plebiscito, que perdió y aceptó, dando paso a un regreso de las mejores tradiciones libertarias del país que conocemos hoy en día, bajo el mandato del presidente Lacalle Pou. El presidente uruguayo es sostenido por una coalición de los partidos tradicionales del país, que afortunadamente está funcionando, pese a las dificultades de gobernar que le pone constantemente el partido de oposición, el Frente Amplio y su aliado estratégico la poderosa central sindical del llamado PIT+CNT, de extrema izquierda, y que aún hoy en día se niega a aceptar que Cuba y Venezuela son dictaduras. Sintomática a este respecto han sido las declaraciones del vicepresidente de esta poderosa central sindical , José López a un conocido periodista independiente que días atrás le preguntaba si hay libertad en Cuba, a lo que el líder sindical contesta que cree que sí, pero que “es una democracia diferente, con una libertad diferente, pero restringida, pero hay libertad.” Esta agrupación política sindical, como el partido Frente Amplio, no bien puede le pone palos en la rueda al progreso del país, con huelgas, manifestaciones sociales, ocupaciones de fábricas , paros en la enseñanza pública y otras triquiñuelas. Y no olvidemos que esta oposición nuclea casi un 40% del electorado.
El presidente Lacalle Pou y su gobierno de coalición han tenido que luchar denodadamente para llevar a cabo una modernización del Estado uruguayo, siendo combatido fieramente por la Oposición que logró llamar a un plebiscito que afortunadamente hace pocas semanas el presidente uruguayo pudo ganar por el estrecho margen del 1%. Es así que el gobierno podrá finalmente implantar 135 nuevos artículos, agrupados en un proyecto que pasó a llamarse “Ley de urgente consideración”. Este conjunto de nuevas leyes está referido a la seguridad pública, a la modernización de la enseñanza con un mejor adiestramiento a los maestros, una mejor seguridad pública para los ciudadanos, una reducción del elefantiásico Estado uruguayo, entre otros importantes temas para el país.
No tan dramática es la situación en Costa Rica con su larga tradición pacifista y libertaria, y que cuenta en su historia con un hecho poco destacado y conocido. Se trata de la guerra patria centroamericana y el enorme servicio que prestó el entonces presidente del país, Juan Mora, allá por los años 1856 y 1857, al unir a los países vecinos bajo su mando para luchar contra el ejercito mercenario de los llamados filibusteros, que contaba con el apoyo disimulado del gobierno norteamericano de esa época y que trató de subyugar a las nacientes repúblicas centroamericanas para conseguir mano de obra barata. Mora lucho valientemente y pudo finalmente expulsarlos. Allí ya se sentaron las bases del espíritu democrático tico que se mantiene hasta nuestros días, junto a su optimismo manifestado en el slogan que caracteriza al país “Pura Vida”.
En los últimos años la situación económica del país se ha deteriorado enormemente y estancado debido a malos gobiernos. El último presidente fue definido por la población cómo “un presidente irrelevante y corrupto” siendo investigado por la Fiscalía General de la República. También calamitosa y corrupta fue la Administración de su antecesor Luis Guillermo Solís. Recordemos que Costa Rica, fiel a su tradición democrática, logró encarcelar a dos ex – presidentes en su historia reciente, acto insólito en Latinoamérica. Se trata de Miguel Angel Rodríguez, que fuera presidente entre los años 1998 y 2002 y ex – Secretario General de la OEA, y de Rafael Angel Calderón, al mando del país entre los años 1990 y 1994. Ambos fueron condenados a cinco años de prisión y compartieron celdas contiguas en una prisión del Estado.
Hace pocas semanas, desde el 8 de mayo, asumió un nuevo presidente. El elegido ha sido Rodrigo Chávez, un reconocido economista, que fuera ministro de Hacienda entre los años 2019 y 2020. El economista carga con una mancha negra en su curriculum porque cuando era funcionario del Banco Mundial fue suspendido y sancionado por hechos de acoso sexual, algo que él niega enfáticamente. Esperemos que ahora Costa Rica retome una política económica sensata para su población y pueda reforzar su larga tradición democrática. Una primera medida que tomó el nuevo presidente es ya de destacar. Decidió frenar los intentos del Castrismo de filtrar ideología comunista en la enseñanza de su país. Chávez recibe evidentemente una Costa Rica con una economía seriamente afectada. Deberá además enfrentar una extendida corrupción, el creciente desempleo, la nociva influencia del narcotráfico y la masiva inmigración nicaragüense, y todo ello con una bancada de tan solo 10 diputados de un total de 57.
Con sus credenciales democráticas estos dos países latinoamericanos enfrentan el retroceso alarmante de la libertad en nuestro continente. En su entorno encuentran cada vez mas países que caen en gobiernos de índole totalitaria y otros que están en camino de serlo y otros con sistemas de democracias fallidas, como son los casos de México y la Argentina. México con un presidente prácticamente en manos del poderoso narcotráfico nacional e internacional y la Argentina que se desmorona diariamente hacia un abismo por las mafias peronistas y kirchneristas que se han adueñado del país y lo han corrompido moralmente y destruido económicamente. Presenciamos un continente desencantado y abandonado por los Estados Unidos, mas aún por esta Administración que ha logrado que la China Comunista haya podido transformarse en el jugador mas importante de la región ¿Y de Europa, sumida en una guerra que en el fondo no ha deseado, qué podemos esperar?
Tiene razón Mario Vargas Llosa cuando en un discurso pronunciado en la Universidad de la República en Montevideo afirmó que muchas veces los pueblos se equivocan al votar y al votar mal votan contra la democracia. Ojalá que en un futuro próximo muchos países de nuestra Latinoamérica no voten mal y sigan el ejemplo de Uruguay y Costa Rica, campeones de la democracia en el continente.