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Chile, del "no es no" al reseteo de Boric

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 El autor señala que la lección del plebiscito cierra y abre capítulos.
El autor señala que la lección del plebiscito cierra y abre capítulos.

La paliza que recibió en las urnas la Nueva Constitución, a pesar del esfuerzo del gobierno, abre otro horizonte en Chile. Que pondrá a prueba la democracia y la capacidad de construir consensos, a los que llamó esta noche en su autocrítica el presidente Gabriel Boric. 

 

Seis de cada diez de los 13.000.000 votantes rechazaron un articulado radical y utópico, que pretendía poner patas para arriba la “democracia burguesa” y diseñaba instituciones, reglas y escenarios en los cuales no se vieron reflejados y contenidos la mayor parte de los ciudadanos. 

No porque sean conservadores o esclavos de la propaganda de la derecha, como algún exponente del Apruebo derrotado ofendió en la noche del domingo. Todo lo contrario, muchos de los que le dieron la espalda a esta Constitución metiendo la papeleta Rechazo son los mismos que hace tiempo reclaman cambios sociales y el abandono del dogmático Estado subsidiario que instauró el pinochetismo y que sometió a cosméticas la época democrática subsiguiente.  

Boric puede haber comenzado a construir esta noche su graduación como estadista, con el llamado a un diálogo para resetear el proceso constitucional “con el Congreso como gran protagonista”. 

Pero el resultado final de este espinoso camino no depende sólo del mandatario, sino también del fuego amigo de quienes lo llevaron y lo sostienen en el poder. Por otro lado, también de la oposición, donde anidan desde los más moderados a los más extremos. Además de la Constitución, está el aquí y ahora: el mandamás de La Moneda deberá sobrevivir a las tensiones de económicas y sociales, como se vio la semana pasada en las pifias que recibió durante un encuentro con la poderosa Sociedad Nacional de Minería (SONAMI) cuando quiso defender su propuesta de nuevo royalty (gravamen) al sector.  

Acusando el golpe del plebiscito, y a sabiendas de que recién está en el primer cuarto de un mandato plagado de dificultades, el joven presidente ha inventariado los problemas que tiene Chile en lo económico, político y social. Y ha mencionado al pasar la promesa de un ajuste en su estructura de gobierno para enfrentar lo que viene. 

Comenzó el 5-S del que tanto se hablaba con notas rutilantes. Con el dato mayor de que en el Chile de las antípodas, de los desiertos del Norte, donde asola la inmigración conflictiva a los bosques del Sur, donde la violencia mapuche es reina y señora, se ha visto la mayor oposición a esta Constitución “plurinacional, verde e inclusiva”. Cuyos redactores, desde su utopismo e impericia se entusiasmaron con un cambio copernicano que en sus pliegues traía tantas reivindicaciones sociales y de reparaciones históricas postergadas como audaces sistemas de representaciones y de poder. Unos cuantos de estos tips son los que no han resultado del gusto de la mayor parte de una ciudadanía que acudió a votar en número altísimo. 

Lo que ha pasado en Chile se lleva todos los flashes del mundo. Y el llamado en modo socialdemócrata de Boric de reescribir “una Constitución que nos exprese a todos” admite lecturas “al uso nostro” en países latinoamericanos que hoy se retuercen en antinomias y convulsiones. En vecinos donde fuerzas ungidas en elecciones descalifican y amenazan con suprimir a sus antagonistas políticos y sociales. 

El proceso abierto por el estallido social 2019, un semestre antes de que el mundo se cerrara por la pandemia que castigó con dureza a Chile, ha cerrado otra etapa. Y abre otro capítulo en el cual intentarán recuperar el centro del ring los partidos tradicionales que habían sido desplazados en las preferencias por la prédica romántica de los indignados. 

A estos últimos, en la elección para constituyentes, una amplia franja desencantada les había dado su voto. Pero en unos cuántos capítulos del proyecto de carta magna rechazado hubo extralímites y desvíos de prioridades, además de la tentación de abolir la democracia y terminar con medios y modos de producción que son sustentos del país. 

Esta juvenilia radical es la que no ha hecho pie en el imaginario de millones de chilenos. Que reclaman cambios de paradigmas, pero han dicho su No es No a este marco idílico y dulzón, por aquello de que no es bueno “salir de guatemala para entrar en guatepeor”. 

 
 

7 comentarios Dejá tu comentario

  1. Como dice JCL no hay que dormirse en los laureles, el comunismo parece quieto pero sigue trabajando para tomar el poder y destruir la democracia y a las sociedades en cualquier lugar del mundo que sea. Cuentan con la financiación rusa y los jovenes siempre son los que caen ante el discurso de los paraisos soñados. Asi un dia hace mas de 70 años iniciaron con cuba la avanzada en america latina, siguieron con nicaragua, venezuela y estan en proceso en peru y bolivia, Espero que Brasil no caiga en la trampa de volver a creerle a un corrupto como lula y el negociado de odebrecht. Nosotros mismos le entregamos el poder a viejos montoneros asesinos y corruptos y ya a la crisis economica le estan agregando los cepos tambien a la información y todo producto de una delirante.

  2. Por empezar, el lema del escudo chileno parte de una frase de O'Higgins cuando la enconada lucha por la independencia exigió definiciones contundentes para lograr el objetivo. Ahora y como participante de los sucesos a favor de cambiar la constitución legada por la dictadura militar concuerdo con algunos de los puntos del presente artículo. La izquierda radical puede tener razón en ciertos aspectos de la realidad chilena pero no en todos. No puede imponer criterios de forma tan autoritaria como la plurinacionalidad siendo que este concepto tan vago proviene de Ecuador y Bolivia. Irresponsablemente la izquierda nos puso a la altura de dos estados nacionles surgidos de procesos históricos lamentables marcados por un factor en común, el secesionismo. Ecuador fue parte de COlombia y Bolivia lo fue de Argentina. Ambos estados nacionales se han caracterizado por generarles problemas a sus antiguos estados de pertenencia patria y a sus vecinos. Ecuador ha afectado inicuamente a Perú y Colombia, esta última su patria de pertenencia original y Bolivia ha hecho lo mismo con sus vecinos, salvo Brasil, para después adoptar actitudes mesiánico-victimizadoras. Lo que no concuerdo con el artículo es la no necesidad de avanzar en un nuefvo royalti minero. Ese royalti debe extenderse a otros dos campos de la actividad extractora de recursos naturales, la industria forestal y la pesca. En cualquiera de los tres rubros, minería, forestal y pesca, los países desarrollados cobran normalmente royalties arriba del 20 %. En la madre patria de la derecha, EEUU, el cánon es de 25 %, en Canadá es de 35 % y en Australia es de 45 % siendo ninguno de estos estados comunistas.

  3. Prosigo, un gran acierto de los contituyentes es el cuidado del medio ambiente, por ejemplo. Todos sabemos que de ahora en adelante debemos portarnos bien con el planeta. Pero los constituyentes de izquierda y de los pueblos indígenas cometieron los errores de pretender imponer nuevas formas de insitucionalización estatal como los sistemas de justicia de pueblos originarios independientes del sistema de justicia nacional o reemplazar al senado por una cámara parlamentaria de las regiones. Gran parte de la culpa es del mismo Sebastián Piñera quien noincluyó la opción de redacción más ética para el caso, la asamblea general en todo el país para la elaboración de las propuestas así lleve unos años llevar a cabo esa opción. La socialización de la economía debe entenderse como una participación de trabajadores y sectores sociales en la distribución de la riqueza, no en la abolición de la propiedad privada en estos momentos de la historia. Debido a las políticas represivo-segregacionistas de la dictadura militar en el plano socio-económico y a favor de las élites corporativas tradicionales y ascendentes se generó en los sectores más humildes del país impulsos creativos de desarrollo económico en base a los pequeños y medianos emprendimientos para superar la situación de pobreza. El trabajador humilde se especializó en algún rubro, pastelería, marcos de aluminio, vidirería, etc y fue creando su negocio para sobrevivir y mejorar su situación. Tengo conocidos que han hecho eso aquí en Chile e incluso se han dado ciertos gustos como viajar a Italia y España de placer. Una confusa noción de socialización de la economía generó temores a expropiaciones y colectivizaciones hoy inadmisibles. El esfuerzo personal y colectivo en la creación de emprendimientos debe respetarse en esta fase de la historia de Occidente y Chile forma parte de ese mundo por más que la izquierda se moleste.

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