El sindicalista camionero
Hugo Moyano ya avisó. En realidad desde unos días antes de la asunción del
mando de Cristina habían comenzado ciertos roces entre ambos, los que se
profundizaron a partir de que la presidenta recibiera el bastón de mando de las
manos de su esposo, Néstor Kirchner.
Ese día los camioneros,
hasta poco antes firmes aliados de este último, no concurrieron al acto de la
toma de mando ni a la Plaza de Mayo. Adujeron en este último caso que
“alguien les había avisado” –obviamente desde el gobierno- que “podían
producirse disturbios que les serían achacados a ellos”. La excusa fue
muy endeble y el deprecio mutuo muy notorio.
Mientras a los camioneros se
les cerraba el acceso a la Plaza, éstos realizaban a la misma hora en que asumía
Cristina un acto colmando las instalaciones del Club Obras Sanitarias. Allí
lanzó Hugo Moyano su lapidaria frase destinada al futuro mediato: “Si la
presidenta no respeta los derechos de los obreros, nos pondremos en la vereda de
enfrente”. Y la remató sentenciando: “No va a faltar mucho tiempo
en que solamente los camioneros vamos a llenar la Plaza de Mayo”.
El segundo aviso para
Cristina provino de varias agrupaciones afectas a hacerse oír mediante el
desgastante sistema de los piquetes. Muchas de esas agrupaciones se habían
mantenido también hasta ahora en una situación de espera, ya que de alguna
manera congeniaban con el anterior gobierno de Néstor Kirchner por
haberles éste otorgado no pocas prebendas para no tener que acudir a la
aparentemente deshonrosa tarea de conseguir trabajo: planes sociales, aguinaldo
de los planes sociales, aumento de los planes sociales, etc.
Pero al parecer –pese a que
se trata de un gobierno de continuidad conyugal y política en el poder- le están
demostrando a Cristina que, o bien no confían en ella o le están avisando que
continúe también con la asistencia que les brindaba su esposo.
Las diversas agrupaciones
piqueteras se lanzaron desde el primer día “oficial” de gobierno cristinista a
provocar los conocidos caos de tránsito en las principales calles céntricas de
Buenos Aires, esta vez para solicitar un nuevo aumento en sus planes sociales.
Con influencia en el correspondiente aguinaldo, claro.
A estas demostraciones de
fuerza se agrega la de los asambleístas de Gualeguaychú que protestan
contra la instalación de la pastera Botnia sobre el río Uruguay, otros que le
siguen avisando a Cristina –también lo habían hecho con Néstor Kirchner en la
presidencia- que no cesarán ni sus marchas, ni sus piquetes, ni los cortes en
los puentes que comunican la provincia de Entre Ríos con el vecino Uruguay.
Pero resulta interesante
observar de qué agrupación se trata la que probablemente se hubiera enfrentado
con los camioneros de Moyano, ya que es una que viene creciendo en los últimos
tres años y, por si fuera poco, contaría con las simpatías y protección
de Cristina, a punto tal que ella misma habría digitado que estuviera presente
en la primera fila de la Plaza,
Se trata del Movimiento
Octubres, una organización de la que hasta ahora muy poco o nada es lo que
se sabe. Nacida al amparo de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA),
también está ligada a las agrupaciones piqueteras más radicalizadas como
Libres del Sur, Movimiento Evita y Barrios de Pie, y si bien
se define como un movimiento barrial contaría con unos 200 delegados que actúan
fundamentalmente en el conurbano bonaerense, además de disponer también de
algunas regionales en Capital Federal, Tucumán, Chaco, Mendoza, Córdoba y
Chubut.
Una de sus cabezas visibles
es Gastón Harispe, quien actúa como uno de los coordinadores nacionales.
Con una gran cantidad de elementos jóvenes en sus filas, el Movimiento Octubres,
según señala Arizpe, “expresa el deseo de acompañar el proceso de
construcción y organización de la CTA buscando tener incidencia en las políticas
públicas y un avance real sobre el Estado, para poder finalmente desterrar el
neoliberalismo y desarrollar políticas de otro signo”.
De ésto se desprende un
primer indicio respecto del enfrentamiento entre Hugo Moyano y la presidenta de
la Nación y de lo que vendrá a continuación:
- El Movimiento Octubres es una
ramificación de la CTA y Cristina les hizo brindar ubicación
preferencial en el acto de Plaza de Mayo, de la que fueron “alejados” Moyano y
sus camioneros.
- Como primer
paso comienza la destrucción de Moyano y de la CGT, casi con seguridad a
manos del Movimiento Octubres.
- El segundo
paso sería el definitivo reconocimiento de la CTA como central sindical,
algo por lo que ésta venía bregando sin éxito a través de los años y gobiernos
anteriores, contando además con la férrea oposición de los sindicalistas de la
CGT.
Quedaría por esperar la capacidad de reacción y de
maniobra que le puedan quedar a Moyano, al resto de los “gordos” que se han
constituido desde hace varios años en los propietarios de la CGT y al fabuloso
aparato sindical que ellos manejan.
Pero lo cierto es que la lanza de guerra estaría
plantada, y la firme decisión política del nuevo gobierno también: acabar con
la tradicional central sindical nacida bajo el primer gobierno de Perón, con el
propio peronismo tradicional y, si cabe, hasta con el recuerdo y las enseñanzas
del mítico líder justicialista.
Un capítulo fundamental que precederá a nuevas
jugadas para imponer en la Argentina el “Nuevo Orden K”.
La sombra de Antonini
En las últimas horas llegó para Cristina otro de los
“avisos”, éste proveniente desde el exterior y quizás uno de los más incómodos
para la flamante presidenta.
En su edición de este último miércoles, el diario “La
Voz”, de Arizona (Estados Unidos) en su edición en español, publicó un artículo
de Curt Anderson que reflota el tema de la valija dolarizada que
en la madrugada del 4 de agosto último pretendió ingresar por la Aduana del
Aeroparque Metropolitano el ciudadano venezolano-estadounidense Guido
Alejandro Antonini Wilson.
El periodista señala que el vicefiscal federal Tom
Mulvihill indicó que el dinero incautado en agosto a Antonini Wilson
“estaba destinado a la campaña presidencial de Cristina Kirchner”.
Es decir que el tema ya no puede ser incluido en las
meras especulaciones, como pretendieron imponer en su momento los aplicados
alcahuetes gubernamentales, con los dos Fernández (Alberto y Aníbal) a la
cabeza, cuando hace cuatro meses estalló el escándalo en que además de Antonini
Wilson –a la larga único chivo emisario- estuvieron implicados los funcionarios
argentinos dependientes del ministerio de Planificación Claudio Uberti y
Ezequiel Espinosa, la secretaria Victoria Bereziuk y cuatro
pasajeros venezolanos pertenecientes a la petrolera estatal venezolana
PDVSA, con la posibilidad de que en ese vuelo viajara un noveno pasajero
no registrado, un militar de confianza del presidente Hugo Chávez.
Ahora es una versión oficial, y nada menos que
proveniente desde un sector de la Justicia Federal norteamericana, la que avala
la hipótesis del destino de esos 800.000 dólares portados por Antonini
Wilson.
Según el artículo de “La Voz”, la información surgió
“durante una audiencia para acusar a cuatro hombres de no haberse
identificado ante el gobierno estadounidense como espías de otro país que
intentaron un encubrimiento y amenazaron a un testigo involucrado en el caso”.
Los fiscales federales sostienen además que el plan “involucra a altos
funcionarios del gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez”.
Argentina había solicitado a Estados Unidos poco
después del fallido contrabando de dinero la extradición de Antonini Wilson bajo
acusaciones de fraude, pero el caso que se le sigue en Miami sugiere que el
empresario venezolano-estadounidense ha pasado de ser sospechoso a testigo
clave.
La queja presentada en la corte federal en Miami
indica que no se han dado a conocer los nombres de la “fuente real”, e
inicialmente tampoco la del destinatario de esos fondos. Sin embargo, una
declaración jurada el FBI indica que los sujetos identificaron al candidato y la
forma en que impactarían sobre su campaña los informes de la existencia del
dinero.
Los sujetos acusados de no haberse identificado ante
el gobierno estadounidense como espías de una potencia extranjera son los
venezolanos Moisés Román Majonica, de 36 años; Franklin Durán, de
40 y Carlos Kauffmann, de 35, así como el uruguayo Rodolfo Wanseele,
también de 40 años. Todos ellos continuarán detenidos hasta que sean presentados
para una audiencia de fianza el lunes próximo, y se espera que sean presentados
ante la corte para que hagan sus declaraciones de inocencia o culpabilidad el 28
de diciembre. Un quinto sujeto se encuentra prófugo, pero no se trata de
Antonini Wilson, indicaron las fuentes judiciales.
Kenneth L. Wainstein, subsecretario de
Justicia para la Seguridad Nacional, dijo previamente al anuncio del vicefiscal
Mulvihill que la denuncia “subraya el plan de agentes del gobierno
venezolano de manipular a un ciudadano estadounidense en Miami en un esfuerzo
por ocultar un creciente escándalo internacional”.
De lo cual se desprende que la desesperación de Hugo
Chávez por ocultar el escándalo de los 800.000 dólares que salieron de su país
hacia la Argentina –desesperación a la que sin duda se han visto arrastrados los
Kirchner y su entorno- está haciendo que ahora se esté presionando o
directamente amenazando a Antonini Wilson para que no abra la boca sobre el
destino de la bien forrada maleta que portaba.
Uno de los ahora detenidos, Franklin Durán, le
dijo en algún momento a Antonini Wilson que el asunto implicaba “a la
cúpula del gobierno venezolano”, pero también le advirtió a éste que
“sus acciones futuras podrían poner en riesgo la vida de sus hijos”.
Algunas de las evidencias con las que cuenta el FBI
son grabaciones de diálogos entre algunos de los hombres y altos funcionarios
del gobierno venezolano. Parte de esas grabaciones se produjeron en la
oficina de la vicepresidencia de Venezuela, así como en el ministerio de
Justicia y en el servicio de inteligencia (presumiblemente la DISIP),
dijeron los fiscales federales.
Las conversaciones al parecer giran en torno a cómo
mantener en secreto la fuente real del soborno de 800.000 de dólares que fue
llevado de Venezuela a Argentina por Antonini Wilson.
El vicefiscal Mulvihill indicó previamente que Durán
tenía un avión esperándolo en la pista este martes en el aeropuerto
internacional de Miami, justo antes del arresto de los hombres. “Ello es
indicio de que algunos o todos querían huir de Estados Unidos”, dijo el
funcionario judicial.
De los detenidos, Kauffmann es accionista de
la petroquímica venezolana Venoco y de la proveedora de taladros
petroleros Perforaciones Alborz C.A., ambas empresas que mantienen
relaciones con PDVSA.
Por su parte, Durán es otro accionista de
Venoco y figura como socio de Antonini Wilson en la empresa Foxdelta
Invesments, radicada en Miami. Durán le ha vendido equipos a gobernaciones
de Venezuela y al ministerio de Defensa, según reconoció el gobernador
oficialista del estado central de Cojedes, Johnny Yáñez Rangel.
Durán también aparece como principal propietario de
la importadora de armas Ruibal y Durán, investigada por el congreso
venezolano en el 2003 por adquirir unas 115 ametralladoras Uzi para la policía
de la gobernación del estado Cojedes.
Casualmente el gobernador de este estado, Johnny
Yánez Rangel, quien estuvo en este año 2007 en Uruguay haciendo algunos
negocios en compañía de Antonini Wilson, se encontraba desde hacía dos semanas
en Bariloche en compañía del funcionario venezolano y narcotraficante, ahora
detenido en Italia, Walter del Nogal, al momento del arribo a Buenos
Aires del avión en que viajaban Antonini Wilson y los funcionarios argentinos y
venezolanos. Ambos salieron urgentemente de regreso a Venezuela en cuanto se
enteraron de la breve detención de Antonini Wilson en la Aduana del Aeroparque
Metropolitano y la incautación de su bien provista maleta.
El caso es que en estas últimas horas se ha
reactivado –y de qué manera- el caso de Antonini Wilson y la maleta dolarizada
de incierto destino hasta hace poco. Las investigaciones de la Justicia
estadounidense –serias y no payasescas como las sudamericanas-, hace aparecer
como más cierto el destino de esos 800.000 dólares.
Una verdad que puede resultar sumamente incómoda a la
recién accedida a la presidencia de la República Argentina, Cristina
Fernández de Kirchner.
¿Se atreverá en este caso la flamante presidenta a
hablar del tema, toda vez que las evidencias la complican en grado sumo?. Algo
tendrá que decir, ya que no puede continuar manteniendo el hermetismo que
ostentaba cuando su entorno lograba que el caso se mantuviera en la nebulosa. La
Justicia norteamericana ha ido estrechando cada vez más el cerco en torno a
Antonini Wilson –ahora testigo clave y protegido- y de quienes lo comisionaron
para que traiga ese dinero a la Argentina. Y ha revelado cuál era en definitiva
el destino del mismo.
Veremos si la esquiva y amordazada Justicia argentina
se decide a obrar en consecuencia.
Antonini Wilson, Walter del Nogal y Johnny Yánez
Rangel
Carlos Machado