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Pasando la gorra

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"Para hacer la guerra hacen falta tres cosas: dinero, dinero y más dinero. Hay guerras más baratas, pero se suelen perder". Napoleón Bonaparte
"Para hacer la guerra hacen falta tres cosas: dinero, dinero y más dinero. Hay guerras más baratas, pero se suelen perder". Napoleón Bonaparte

La semana que pasó fue retazo más en el manto de vergüenza que Argentina presenta ante el mundo. El primer episodio se dio cuando el individuo que se autopercibe Presidente manifestó desconocer la existencia de acuerdos entre la Comunidad Europea y el Mercosur, precisamente ante el jefe de la diplomacia comunitaria; demostró tanto la supina ignorancia que nubla el cerebro de Alberto Fernández cuanto la penosa incapacidad del librero Santiago Cafiero, su Canciller, cuyo único mérito es la pertenencia al más que reducido círculo de fieles. Es pavorosa la devastación que el kirchnerismo produjo en uno de los cuerpos más profesionalizados del Estado, el diplomático, y reconstruirlo requerirá de años de esfuerzo; en muchos países, la ideología determina políticas pero en ninguno, como sucede en el nuestro, sacrifica tantos intereses nacionales –que debieran ser permanentes- en el altar de sus imaginarios y transitorios alineamientos.

 

Por cierto más grave fue el que encarnó nuestro desesperado “pato rengo” visitando, con una enorme e injustificada comitiva, a Luiz Inácio Lula da Silva al minuto de que éste lograra, por escasísimo margen, vencer a Jair Bolsonaro y regresar al Palacio del Planalto, después de haber estado preso por corrupción. Si el devaluado y desprestigiado meme que sienta sus posaderas en el sillón de Rivadavia pretendió con ese gesto acumular fuerzas para su desigual batalla contra Cristina Fernández y pasar la gorra, la pólvora se le mojó cuando una legisladora de la Provincia de Misiones entregó al mandatario electo de Brasil una con el lema “CFK 2023”.

Los videos que documentaron el encuentro no dejan lugar a dudas: el desesperado argentino abrazando y acariciando reiteradamente a un Lula molesto por esas ridículas efusividades. Todo se debió, como siempre sucede aquí, al terrible ombliguismo que afecta a los argentinos; por ello, la dramática elección brasileña del pasado domingo generó, en ambos lados de la grieta criolla, preocupaciones inconducentes o falsas ilusiones.

Desde los bunkers del Instituto Patria y La Cámpora, se leyó la victoria como una reafirmación de la existencia del lawfare en la región, y un renacimiento de aquellas gastadas fotos de la Unasur; la visita del prófugo ecuatoriano Rafael Correa a Cristina y el encuentro de Alberto con Evo Morales fueron en este sentido. Y en la mente febril de Cristina Fernández se abrió camino como la posibilidad de un salvavidas financiero y una nueva y triunfal reencarnación, aún después de las inexorables condenas penales que la esperan en un futuro inmediato.

El primer error es creer que el Lula que asumirá el 1° de enero de 2023 es el mismo que lo hiciera en 2003 y gobernara hasta 2010. Con setenta y siete años y mucha experiencia y prudencia acumuladas, el actual sabe que la época de la soja a US$ 650 la tonelada es cosa del pasado y que, esta vez, no dispondrá de aquellos recursos que permitieron a Fernando Henrique Cardoso y a él mismo sacar de la pobreza a tantos de sus compatriotas.

La falta siquiera de una mención de Lula a Dilma Rousseff, que fuera su sucesora en la Presidencia y a quien el Congreso destituyó por su “contabilidad creativa” (aquí no quedaría en pie ningún mandatario, ya que todos recurren a ella), también debe analizarse por separado. Ex guerrillera y muy ideologizada, su conspicua ausencia permite entrever que tampoco se establecerán alianzas estratégicas con Nicolás Maduro, Gustavo Petro, Luis Arce, Pedro Castillo, Miguel Díaz-Canel, Daniel Ortega o Gabriel Boric, sino que regresará a Itamaraty la tradicional posición geopolítica de Brasil, o sea, relaciones con todos los países en pos de sus intereses comerciales y de desarrollo permanentes.

Es consciente, además, de los límites que tendrá su gestión, marcada por la fuerte presencia conservadora en ambas cámaras legislativas y por las concesiones que deberá hacer al antiguo PSDB, el partido de su Vicepresidente electo, Geraldo Alkmin, y a los bloques parlamentarios del “Centrāo” para lograr algunas mayorías, siempre lábiles. Y aseguro que el respaldo irrestricto y la ayuda económica que el kirchnerismo espera ahora no pasa de ser un mero espejismo voluntarista.

Desde la Argentina, un país que ha hecho trizas sus instituciones y en el que el Congreso ha sido mucho tiempo sólo una suerte de escribanía de brazos enyesados al servicio del Ejecutivo de turno, es muy difícil entender que, en Brasil, aquél se ha convertido en el poder más fuerte de la tríada y en él priman los muchos partidos de centro, que sirven como permanente fiel de la balanza. Y en la medida en que, pese a la Constitución, somos un país profundamente unitario, también es incomparable el verdadero federalismo que goza nuestro vecino; así, un elemento fundamental del análisis es la cantidad y calidad de gobernaciones estaduales que han quedado en manos del bolsonarismo, nada menos que Sāo Paulo entre ellas.

Cristina Fernández, empeñada en generalizar su teoría del lawfare, disfraza la actual situación de Lula ante la Justicia de su país transformándola en un inexistente sobreseimiento definitivo de los cargos de corrupción que llevaron a su encarcelamiento. No es así; el Supremo Tribunal Federal sólo resolvió que los jueces que lo condenaron no eran competentes en razón de la jurisdicción, es decir, que volverá a enfrentar un proceso penal por las mismas acusaciones ante otros magistrados.

Finalmente, un último dato: mientras aquí galgueamos por la falta de dólares, nuestro vecino tiene US$ 350 mil millones en reservas. Y la principal razón es que el Banco Central es independiente del Ejecutivo, y su conducción está altamente profesionalizada. Realidades incomparables.

 
 

10 comentarios Dejá tu comentario

  1. La sra vicejefa cuando era la jefa tampoco se llevaba bien con ninguno que oficiara de vice. porque ella se las sabía todas mejor, como jefa y como vice. No tolera a nadie, ni aguanto a a Cobos, ni a Boudu, ni ahora a Alberto. Y nunca la culpa es de ella. ( olvida que ella los puso, a dedo) Lo que mando hacer a su pobre hijo Máximo es repetirle hasta fijarle en su memoria cada palabra a gritar sobre la indirecta grosera al que lleva el cargo de presidente, con sus directivas precisas, pero que esta mal. Su estado esquizoide la maneja y así nos maneja a todos.. Fue una descarga autoritaria, directa, irrespetuosa y humillante, como para terminar de desprestigiarlo.en público al pobre y demacrado presidente. Como quiera que sea, así no me caiga, El es el presidente y se le debe un cierto respeto por su investidura. Es lo que ella así dispuso. Es como darle un bofetón en plena cara y despues venir a peinarlo como para que nadie lo note....Lo mas patético es ver como El se deja hacer. No reacciona. Solo se gritonea encima. Esta señora se está haciendo un autogolpe de estado, porque malamente critica a su gobierno. No entiende que el es parte de ella, y ella, parte de el. Son como un matrimonio toxico. Un binomio. Que no arranca por sus contramarchas, sus caprichos, sus paradas perrunas, sus obtusas observaciones y un pueblo constipado de polenta que solo abre la boca y espera a ver que es lo que dice Cristina. - No hay plata en el banco central y creen que con la llegada de Lula al poder se podrán colgar del populismo Brasilero, cuanto que hay necesidades muy básicas y hay hambre en el Brasil también. Asi que nada les caera, y Alberto puede ir pidiedno su abrazo de regreso, que Lula tiene sus graves problemas x venir, el principal : su gobernabilidad.... Cristina se ha envalentonado y de repente quiere volver al ruedo. Pero si Lula dura 45 dias en el poder, que de ella? de que columpio se enganchará?

  2. Es bochornoso ver como abraza, pone su mano en la cara de otro, arrima su cara a cara, toma de los brazos, etc etc, le encanta toquetear a quien este delante suyo. Algo nunca visto en política. Este hoy panzón indigno apuntaba como otra cosa, parecía un tipo centrado, con sus críticas al cristinismo hasta se volvió creíble, para terminar, dando LÁSTIMA.

  3. Sucede Roberto, que nunca en su mísera vida de funcionario sin tener aptitudes para el cargo, se pensó que podría ser Presidente y cree que esta en un pié de igualdad con otros que lo superan en cuanto a poder, por ejemplo Biden (por más que es un viejo enfermo despistado). Les cumplimos todos los caprichos, fantasías, berrinches y nos quedamos callados pensando que es un Faraón enviado de los dioses ¿cuando nos avivaremos que son solamente MORTALES con múltiples defectos y ninguna Virtud? "Es mejor que sigamos votando, Hasta la misma muerte, Es mejor que sigamos votando. Que sigamos votando, Sin olvidarnos más, de cuantas cagadas se cometen en nuestro nombre"

  4. Será èl sr. Presidente, pero no deja de ser una VERGUENZA. Vá a dónde esha lo manda, y encima se olvida de pasar el mensaje, por eso ese ridículo manoseo!!! Que manera de destrozar Instituciones estos kosos y su Asoc.Ilícita!!!!

  5. Nuestro Albertin anda pasado de merca, dice lo que le sale al garete y nombra que empezo con Nestor en el año 2023, verlo. Esta en las redes.... Necesita urgente un par de dias de retiro, vacaciones o pedir licencia hasta que se aclare.

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