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La Reconquista: el desafío hispano en los Estados Unidos

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De todos los problemas que enfrenta la nación del norte, el más urticante y con consecuencias futuras para la propia integridad del país lo representa la ola de inmigración ilegal.
De todos los problemas que enfrenta la nación del norte, el más urticante y con consecuencias futuras para la propia integridad del país lo representa la ola de inmigración ilegal.

A todas las crisis graves que asolan actualmente a los EE.UU., aceleradas bajo la actual Administración de Joe Biden, tanto en la economía con una inflación nunca antes vista en el país en los últimos 40 años, que está empobreciendo a la clase media, como al respecto del aumento exponencial de la criminalidad en las grandes ciudades, la politización de la justicia y de importantes instituciones federales, se suma el drama de la inexplicable y cruel política de fronteras abiertas impulsada por la actual Administración, que nada hace para subsanarla.

 

De todos los problemas que enfrenta la nación del norte, el más urticante y con consecuencias futuras para la propia integridad del país lo representa la ola de inmigración ilegal debido al descontrol de la frontera sur del país y la falta de una política inmigratoria sensata, a largo término y humana. Presenciamos verdaderas tragedias humanas en esa frontera dominada por bandas criminales, coyotes, que trafican con personas que buscan un futuro mejor. La falta total de controles fronterizos permite también que en estos contingentes humanos se filtren también criminales, narcotraficantes, terroristas, violadores. Esto es algo que debería llamar la atención no sólo del gobierno de Washington sino de organizaciones internacionales de protección de derechos humanos. Se calcula que estas mafias internacionales y los coyotes mexicanos reciben mensualmente unos mil millones de dólares mensuales por este ilegal tráfico humano y de drogas ilícitas en la frontera sur de los EE.UU.

Sintomático y de interés para nosotros es que la mayor parte de la inmigración ilegal es de origen hispano, principalmente de México, y las contundentes cifras lo demuestran. Tan sólo bajo la Administración de Biden entraron al país por la frontera sur unos 2 millones de inmigrantes ilegales. De acuerdo a un reciente análisis del Center for Immigration Studies, actualmente en los EE.UU. hay una población de 47 millones de habitantes de origen latino o hispano, de los cuales el 62 % proviene de México, número nunca antes registrado en la nación. Y si el flujo de ilegales continúa, como hasta ahora, para el próximo verano, esta población representará el 14,9% de la población. Se estima que alrededor de 15 millones de ciudadanos mexicanos están viviendo ilegalmente en los Estados Unidos. Una interesante encuesta oficial mexicana revela que un 34 % de sus ciudadanos estarían dispuestos a emigrar al vecino del norte, legal o ilegalmente .

La inmigración legal o ilegal de hispanos, fundamentalmente de mexicanos, tiene una componente especial que la diferencia fundamentalmente de otras olas de inmigraciones anteriores, como la de los italianos, alemanes y otros contingentes europeos, allá por los últimos años del siglo 19 y principios del siglo 20. Todos ellos tuvieron que cortar sus vínculos familiares con sus respectivas patrias de origen por la enorme lejanía que existía y por ello se han podido asimilar rápidamente a la cultura de su nueva patria en el nuevo mundo. Radicalmente diferente es la situación de los inmigrantes mexicanos por el factor de la proximidad geográfica. Además hoy en día ocupan justamente territorios que pertenecieron primero a la Corona Española y luego a México, lo que los hace sentirse un poco como en su casa y les permite mantener un estrecho vínculo con sus familias, con sus comunidades, con sus abuelitas y el cura de su pueblo en su México natal.

La misma lengua, la misma religión católica, la misma cultura a pocas horas de distancia en bus, en coche o en avión de sus lugares de residencia estadounidenses. Además encuentran en los EEUU. enteras poblaciones de mexicanos que ya residen en el país desde siglos, como lo son los peculiares ejemplos de comunidades hispanas que se establecieron en lo que hoy es el Estado de Nuevo México en el año 1598, y que mantienen sus tradiciones y costumbres y su español castizo, afirmando que son las comunidades hispanas, europeas más antiguas del país, cuando los Estados Unidos no era siquiera una idea en la mente de nadie. Para llegar a estas aisladas comunidades que quedan al norte rural del de lo que es hoy el Estado de Nuevo México, hay que atravesar un desierto bautizado ya en épocas coloniales como “La jornada del muerto”, y es gratificante oír un español que bien podría ser él que utilizaba Cervantes, unos 400 años atrás.

Muchos estadounidenses ven el español como una lengua de recién llegados, de gente que no es de aquí; por eso es importante enterarse de la larga historia del país. Los Estados Unidos tomaron el control de este nuevo Estado de la Unión recién en 1912, y su población está compuesta por más de un 50% de hispanos, el índice más alto del país. Como en el Estado de Nuevo México encontraremos una fuerte presencia histórica de lo que fuera la conquista y colonización del país por parte de la Corona Española , que se iniciara en el año 1512 con el desembarco de Juan Ponce de León en la península de la Florida. Sucesivamente se fueron descubriendo y colonizando los territorios que forman hoy en día los Estados de California, Nevada, Utah, Nuevo México, Texas y otros que también tuvieron fuerte influencia hispana como Arizona, Colorado, Wyoming , Kansas y Oklahoma. Luego, siglos más tarde varios de estos territorios pasaron a manos de México, hasta que debido a las viscicitudes de guerras y conflictos entre los Estados Unidos y México pasaran a formar parte de la actual nación del norte, luego de la firma del llamado Tratado de Guadalupe – Hidalgo del 1845 que estableció el Rio Bravo o Rio Grande como línea divisoria ente las dos naciones. Como consecuencia de éste y otros tratados, que México los considera como los capítulos más negros de su historia, México perdió más de la mitad de su territorio.

Y éstos son justamente los territorios que la fuerte inmigración mexicana está configurando lenta y silenciosamente como una nueva reconquista de sus antiguos territorios. Aún hoy en día hay políticos en el congreso mexicano que reclaman la revisión de estos tratados. Es común en reuniones con amigos y colegas mexicanos, especialmente en Estados fronterizos mexicanos , después de ingerir algunos “tequilazos”, que se traiga a discutir el tema del retorno de los territorios perdidos a México, y si hay algún parroquiano gringo, a menudo surge el tema, y con educación y respeto se oye “we´ re taking it back, sorry”.

Entonces lo que estamos presenciando con esta masiva inmigración legal o ilegal de hispanos, principalmente mexicanos, es una reconquista silenciosa, persistente, de vastos territorios del sud oeste norteamericano, con fuerte población mexicana, una reconquista que tendría importantes consecuencias geopolíticas para el futro de los EE.UU.

El vecino del norte está cambiando aceleradamente su estructura demográfica, y hay que aceptar que la inmigración mexicana es bien diferente a otras anteriores en épocas pasadas, como acabamos de ver y que una asimilación o integración de ella será difícil en el futuro de la nación norteamericana.

Informes recientes del gobierno norteamericano señalan que la población de inmigrantes hispanos desde el año 2000 al presente ha aumentado en un 50 % y que si continúa este flujo la proyección para 50 o 60 años será que la población de origen hispano en todo el país pasará al 28,6 % mientras que hoy en día es de 17,4%. La población afroamericana se mantendrá estable en un 13%, casi idéntica al de hoy en día. No hace falta ser un sociólogo o un genio en matemáticas para predecir los enormes cambios por los que atravesarán los Estados Unidos en los próximos años. De los 52 hispanos que ocupan asientos en el Congreso de los Estados Unidos , alrededor de 30 son de origen mexicano.

Y no olvidemos el caso especial del éxito e integración de las comunidades hispanas que representa la ciudad de Miami en el Estado de la Florida, donde más del 68 % de la población son latinos que son un ejemplo de pluriculturalidad con el estilo de vida y visión de la sociedad democrática del pueblo estadounidense. Muchos de ellos son profesionales, empresarios que han escapado de los azotes socialistas que experimentan sus países de origen.

Estos grupos exitosos de hispanos, latinos, en la búsqueda de un mejor presente, han logrado concretar el gran sueño americano, pero siguen soñando en español, lo que los hace especiales dentro de la gran nación del norte, y son parte del desafío hispano, y de una reconquista pacífica, silenciosa y positiva, enriquecedora para el país.

 

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