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Meditaciones del genuflexo

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CLARIN Y LA CHUPADA DE MEDIAS A GALEANO
CLARIN Y LA CHUPADA DE MEDIAS A GALEANO

Como no podía ser de otra manera, el matutino de la Noble Ernestina no abandonó en su hora de desgraciado ostracismo a su socio Juan José Galeano. Y lo hizo con los oficios de Daniel Santoro, aquel que, hallazgo del detonador iraní mediante, siempre ofreció sus buenos oficios para que la labor encubridora del espurio juez federal saliente siga su curso sin problemas:

 

“La decisión de la Cámara Federal de apartar a Galeano de la causa AMIA está en sintonía con una fuerte operación política del Gobierno contra el juez.

En el último acto por la AMIA, Kirchner dijo que la causa era "una vergüenza nacional" y afirmó que la resolución de este atentado era una "cuestión de Estado". En el medio, Kirchner levantó el secreto que prohibía a los agentes de la SIDE declarar. Y la semana pasada el Ministerio de Justicia, en un informe, sugirió directamente el desplazamiento del juez.

Para Galeano la decisión de la Cámara, por un lado, le permite una salida menos traumática antes del veredicto del Tribunal Oral, pero, por otro, lo deja sin la causa que era su refugio político ante la embestida del Gobierno. Todo apunta a que el próximo paso de Kirchner será impulsar el juicio político de Galeano ante el Consejo de la Magistratura.

Las internas políticas de los sucesivos gobiernos, de la Justicia, de los espías y de la comunidad judía van en camino de fagocitarse al juez y, lo que es más preocupante, a lo que parece un aceleramiento de la desarticulación de la causa AMIA, el caso más importante de los últimos diez años en la Argentina y con una repercusión enorme en el exterior. Desde el punto de vista institucional, estas idas y venidas sólo pueden ser vistas como un papelón.

Más allá de las irregularidades cometidas por Galeano en la instrucción (como el haber, por lo menos, permitido el pago de la SIDE a Telleldín), la causa afrontará el veredicto del Tribunal Oral dentro de cuatro meses sin el juez que la instruyó. Es así por un pedido de recusación de Memoria Activa y de Ribelli.

En cambio, las querellas de los grupos mayoritarios de los familiares de las víctimas no habían avalado la solicitud. El pago de la SIDE no exime a Telleldín de la acusación de haber entregado la Trafic. Y, desde el punto de vista del sentido común, si el Tribunal Oral considera que Galeano no probó que Telleldín le entregó la camioneta a Ribelli, por lo menos el ex comisario no cumplió con las órdenes de captura que pesaban sobre el reducidor del auto robado. Si Ribelli y los suyos hubieran detenido a Telleldín, ¿se habría podido entregar la Trafic a los terroristas?

En marzo se espera que el Tribunal Oral dictamine si Telleldín, Ribelli y otros cuatro policías son culpables o no de haber entregado a los terroristas la Trafic usada como coche bomba en el atentado.

Mientras tanto, el juez Canicoba y un equipo nuevo deberán leer 112 mil páginas y 400 legajos para conocer la causa y seguir con la investigación de la conexión internacional del atentado.

Si la Argentina no supo sostener una acusación contra los sospechosos de la conexión local, ¿quién confiará a partir de ahora en el exterior para juzgar la pata internacional del atentado terrorista internacional más grande de la historia argentina?.

Es más: a cuatro meses del veredicto se está discutiendo sobre las irregularidades del juez y no sobre si Telleldín y Ribelli son culpables o inocentes. En cualquier país organizado, primero se decide si el acusado es culpable o inocente. Recién después de declararse la inocencia se enjuicia al juez que los acusó irregularmente.

La salida de Galeano y la cuesta abajo de la causa representan el peligro de que todo, aun lo que se pudo haber hecho bien, vuelva a foja cero”.

 

Amigos son los amigos

Interesante el panegírico que hace Santoro de su desplazado amigo, víctima de una sucesiva oleada de operaciones internas y no fagocitado a causa de su labor de catrasca a sueldo del menemismo y sus dos inmediatos sucesores. Pretender que este juez altamente obsecuente del poder del sultán de Anillaco, cayó exclusivamente a causa de esto es insultar la inteligencia de cualquier investigador. Cuando el Dr.K se refirió a la causa AMIA como“una vergüenza nacional”, apuntaba fundamentalmente a la horripilante gestión del juez del sandwichito, todo un monumento a la inoperancia encubridora y no a otra cosa. Este es el verdadero papelón, y no la decisión de bajarle el pulgar, que tanto afecta al amigo Santoro. Galeano no es para nada una inocente víctima de “las internas políticas de los sucesivos gobiernos, de la Justicia, de los espías y de la comunidad judía”, sino que durante 9 años y medio constituyó la pieza clave para que en esta causa jamás se halle la verdad. Por eso, el simplismo de este colega es aterrador sobre todo en la insistencia en el caballito de batalla del juez: la mítica y estrambótica Traffic-bomba. En definitiva, no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Galeano siempre fue un genuflexo doble. Por un lado, al menemismo, el delarruismo y el duhaldismo. Por otro, a los dictámenes imperiales y a las “sugerencias” de sus usinas de informaciones. Con una caterva de igualmente genuflexos escribas, el juez del sandwichito se montó a la camioneta de fábula, en compañía de Carlos Telleldín, Nicolasa Romero, Bin Laden, Miguel Angel Toma, la semiplena prueba de Carlos Menem, Raúl Kollmann y siguen las firmas.

Galeano y sus genuflexos de turno, una auténtica caterva de fans incondicionales, no solo obturaron la investigación hasta reducirla a una cosa amorfa; sino que emprendieron una caza de brujas de aquellos investigadores que se negaron a sumarse al circo mediático. Salinas, Gasparini, De Nápoli, Levinas, Sanz, quien escribe estas líneas y otros, fueron y son vilipendiados, acusados falsamente, perseguidos, amenazados por no sostener la fabulación primordial.

“En cualquier país organizado”, como puntualiza Santoro, Galeano estaría hace rato entre rejas, aunque sea por haber coimeado a Telleldín para que se plegara al rompecabezas.

 

Yo no fui 

Pero esta cerrada defensa no concluye solo con el artículo de Santoro, sino que hay más. Para completar la cosa, Clarín le cede la palabra al juez del sandwichito:“Después de 9 años de investigar la causa AMIA, el juez federal Juan José Galeano se desprendió del caso convencido de que hay una "operación política" en marcha para intentar destituirlo que concuerda con los intereses de Telleldín y Ribelli y los de un abogado de Memoria Activa.

Si bien Galeano se excusó ayer de comentar la resolución de la Cámara Federal, el juez reunió a su equipo y dijo en privado que le pareció "correcta y respetuosa", informaron a Clarín fuentes judiciales.

La posición de Galeano está incluida en una resolución del 28 de noviembre en la que sostuvo que Telleldín y Ribelli mantienen una "alianza" que busca "obstaculizar" la investigación.

A su equipo, el juez le agradeció ayer "el esfuerzo, la dedicación y el coraje en la investigación, en que hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance".

Galeano también criticó al secretario de la Unidad Especial de Investigación del Ministerio de Justicia, Alejandro Rúa, quien la semana pasada lo había cuestionado duramente.

"En lugar de ayudar a buscar a los autores y coordinar esfuerzos para un mejor logro de los objetivos que la creación de la Unidad tuvo en miras, busca sostenerse de algo para demostrar que su improductiva función no lo es tanto", sostuvo. El documento de Rúa fue avalado con su firma por el secretario de Justicia, Pablo Lanusse. Allí, Rúa sugirió la necesidad de una "renovación en la etapa de la instrucción judicial, a la que deberá contribuir el esfuerzo de los otros poderes públicos", una forma elegante de pedir el apartamiento de Galeano.

Por su parte, el juez con respecto a la denuncia de Telleldín en la que se lo acusa por "amenazas coactivas" e "instigación al falso testimonio", consideró que el reducidor de autos robados en reiteradas ocasiones "ocultó, calló y encubrió y torció" el rumbo de la investigación.

Galeano señaló, además, que "continúan vigentes las viejas alianzas" de Telleldín "con el personal policial" que habían permitido el robo de autos en el pasado y que hoy sigue operando una "asociación delictiva" para obstaculizar la investigación”.

¿Cómo que “el juez federal Juan José Galeano se desprendió del caso convencido de que hay una "operación política" en marcha para intentar destituirlo.”?. ¿No era que el kirchnerismo le sacó la roja? Esto es altamente desopilante, pues indirectamente el diario de la Noble Ernestina lo pone al nivel de un personaje probo que da un paso al costado para evitar ser el pato de la boda.

Si bien Galeano en su defensa, alega que Telleldín “ocultó, calló y encubrió y torció el rumbo de la investigación”, omite asquerosamente (y Clarín también) que él hizo todo eso y más para que la causa AMIA se travistiera en un chiste de mal gusto.

En definitiva, la labor de Galeano fue altamente funcional a una banda de truhanes internos y externos, y merece el reconocimiento necesario por eso. Porque seguramente, los truchos a los que él fue absolutamente leal le tendrán reservado algún regalito para premiar tantos desvelos. Pues, como se dice por ahí, los servicios siempre se pagan.

 

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