El trabajo ganadero y agrícola es de los más exigentes, complejos y que más enriquecen a nuestro país, empleando aproximadamente a un poco más de tres millones de personas a lo largo de toda la nación de acuerdo a un informe de 2022. Estas industrias son las que se encargan no sólo de alimentar y proveer de insumos a gran parte de la población local, sino también a las pertenecientes a varios países de todo el mundo.

Dentro de estas áreas laborales existen miles de tareas que cumplir desde que el sol sale hasta que se esconde y requieren, a su vez, de una infinidad de herramientas, instrumentos y artefactos para cumplirlas, desde tractores y sembradoras, hasta molinos de viento para extraer agua. La logística y la complejidad con la que la tierra y los animales deben ser tratados no es una temática sencilla, pero con los consejos adecuados y una preparación firme todo es posible.

Sin embargo, existen ciertas necesidades en los campos de las que ningún trabajador rural puede evitar hablar, y el mejor ejemplo de estas es el agua. El agua es el alma, el pilar y el insumo base tanto para la producción agrícola como ganadera. Desde el regado de plantaciones hasta los cientos de miles de litros que beben los ganados del campo, el agua es y será siempre aquello que jamás debe faltar.

Los molinos de viento y su importancia en el campo

Aunque nuestro país se encuentra dentro de uno de los climas más beneficiosos para el crecimiento de la agricultura y la ganadería, se trata de una nación extensa en la que los campos desgraciadamente no pueden compartir una heterogeneidad conveniente al tratar de regar campos y saciar a los animales. Por esta sencilla razón, tanto en el litoral, el norte y la pampa los molinos de viento siempre pueden apreciarse desde las rutas que cruzan a la Argentina.

Los molinos de viento son una de las creaciones de genios del agro que llevan ya muchos años vigentes en este ámbito. Con el fin primero de extraer agua y optimizar las producciones de los ganaderos y agricultores durante los tiempos de sequías, los molinos han demostrado ser imperativos a la hora de mantener los campos de nuestro país (sobre todo los desérticos) lo suficientemente húmedos y eficientes para que sigan creciendo.

La tarea principal de los molinos es la de activar o reactivar el funcionamiento de los pozos de agua, a fin de proveer al campo de su necesidad más importante. Aunque en muchos casos es el gobierno nacional o los provinciales quienes se encargan de proveer a los trabajadores ganaderos y agricultores con estos dispositivos, por lo general son los dueños y los empleados del campo quienes se comprometen a cuidarlos y darles el mantenimiento que les corresponde.

A diferencia de otras clases de molinos estos miden entre tres y catorce metros de altura, a fin de evitar que los fuertes vientos los dañen o que los vuelquen de forma temporal o incluso permanente. Sus aspas metálicas, por otra parte, son múltiples y no tan solo cuatro como algunos creen. En los mercados dedicados a vender molinos de viento, es posible encontrar aspas con un diámetro que va desde 1,80 hasta los dos metros.

A su vez, cada molino dependiendo de sus funciones, su marca y sus propósitos, tiene una variación de efectividad diferente: los caudales de extracción según cuánta agua haya bajo el suelo, el tamaño del diámetro de la manguera y la velocidad con la que trabaja para extraerla de forma segura y constante. Los trabajadores del campo siempre están en busca de molinos que sean duraderos y confiables, a fin de que duren incluso por décadas.

Las características de los molinos más elegidos por los trabajadores del agro

La rueda, la “máquina” y la cola orientadora de los molinos son sus partes principales aunque no todas se asemejan a otras. Aunque los molinos de viento varían en tipos, estas diferencias no son tan grandes como parecen. Todos estos son ideales para trabajar en pozos, perforaciones de alta profundidad, arroyos y hasta represas.

En términos generales, son dispositivos que están hechos de excelentes materiales, como aleaciones de metales resistentes y plásticos de alta calidad. Esto se debe, principalmente, a la intención de que sean de fácil arreglo, traslado e instalación.

En este sentido, los molinos eólicos se encuentran montados en bolilleros aceitados y ensamblados milimétricamente con la masa, a fin de que por más que el giro sea constante no se debilite con el tiempo. A su vez, gracias al balancín guía instalado en los molinos, estos pueden efectuar su trabajo con calidad ya que hacen que el esfuerzo de las varillas de bombeo no sea demasiado duro, evitando así el desgaste de los caños de succión.

Dentro de la industria agrícola y ganadera, los expertos del campo suelen inclinarse por molinos que tengan un sistema de bombeo y extracción de agua que sea lo más liviano posible, a fin de no contaminar el ambiente de la zona y de no cargar con tantos gastos económicos, técnicos y de personal. Mientras más suave sea el bombeo que se produce desde la torre, menos probabilidades habrá de que se rompan los pistones del molino.

De tanto en tanto, es posible encontrar dentro de las hectáreas de un campo un pozo que, con el tiempo, se haya secado. Por este motivo hemos hecho referencia a cuán importante es que los molinos sean livianos (desde 280 kilos en adelante) y fáciles de trasladar por una camioneta, un camión pequeño o incluso mediante la carga de unas pocas personas que lo lleven hacia otro punto de la tierra donde se encuentre más agua a altas o medianas profundidades.

Podríamos decir, al fin y al cabo, que nuestros molinos son una de las principales armas de batalla contra el gran enemigo de la agricultura y la ganadería: la falta de agua. ¡Que en cada una de nuestras verdes tierras jamás falte uno de ellos!