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El peor de los mundos

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Ya se esperaba un número alto para el mes de abril, pero el 8,4 superó las expectativas. Y cuando se llega a esos niveles, es más fácil crecer que bajar. La difícil tarea de hacer campaña electoral en ese contexto..
Ya se esperaba un número alto para el mes de abril, pero el 8,4 superó las expectativas. Y cuando se llega a esos niveles, es más fácil crecer que bajar. La difícil tarea de hacer campaña electoral en ese contexto..

Comentarista de la realidad desde que su rol quedó limitado a cuestiones meramente formales y sin mayor futuro que el de figurar en los libros de historia -no necesariamente con el mejor perfil-, el Presidente ocupó parte de la mañana del viernes en recibir a periodistas afines en Olivos, ante los cuales volvió a filosofar sobre las razones de la inflación: “Hay muchas causas que están generando esto -reflexionó-; una es la especulación de que pueda haber una devaluación, que el dólar blue sube (…). El ‘por las dudas aumentamos’, eso por lo que muchos me criticaron y yo llamaba inflación autoconstruida, inflación psicológica… Es precisamente eso, que no está en el consumidor, está en el pequeño comerciante”.

 

Son palabras al viento. Ni siquiera tienen por objeto tranquilizar, augurando una reversión del problema. Ya ni siquiera hace el esfuerzo Fernández por reservarse algún protagonismo, como cuando el 15 de marzo del año pasado anunció que tres días después lanzaría la “guerra contra la inflación”. “Vamos a terminar con los especuladores y vamos a poner las cosas en orden”, garantizó ese día.

Hoy ni siquiera le reprochan ese fallido. Tan desdibujado está el papel de Alberto Fernández que ni siquiera le piden hoy rendir cuentas por esa otra promesa incumplida. La gestión pasa por otro lado. Se sabe que el poder real está en la vicepresidenta, pero Cristina Kirchner ha logrado que no se le demanden soluciones. Sus seguidores, porque la consideran ajena a esta administración y la eximen de todas las responsabilidades; sus detractores porque la imaginan desentendida de la gestión y solo preocupada por la cuestión judicial.

El común de la gente interpreta que la gestión ha quedado a cargo de la tercera pata del trípode en el que se asentó desde el principio el Frente de Todos, Sergio Massa. De ahí que el ministro de Economía se ilusione con que semejante cuota de poder se transforme en un camino seguro hacia la presidencia. Tiene un elemento de peso para exigir cosas: ya lo anticipó Malena Galmarini cuando advirtió que si su esposo dejaba el ministerio, sobrevendría “el final”.   

El 8,4% de inflación de abril, un mes en el que Massa había augurado una cifra que empezaría con 3, debería dinamitar toda expectativa suya, mas tan escasos están de candidatos que él sigue pareciendo la alternativa más conveniente. Y bien se sabe que el expresidente de la Cámara baja es un hombre optimista. Los convencidos de que Massa es lo mejor que pueden ofrecer se conforman ya no con llegar a una cifra que empiece con 3, sino al menos con evitar la espiralización del índice y alguna moderada baja cercana a las PASO.

Tampoco eso es fácil, y ya no queda tiempo para prueba y error: el cierre de listas es en 40 días. Solo habrá un índice más antes del 24 de junio, y algunos especulan con que sea entre 9 y 10.

Además, todo puede empeorar. El viernes mostraban en La Nación+ un gráfico de Fernando Marull -a quien muchos definen como “uno de los economistas preferidos del círculo rojo”- que aportaba datos inquietantes. Comparaba el año 1989 con la actualidad: la inflación mensual de entonces, muy similar a los datos del presente -incluso menor en los primeros meses-, y la advertencia alarmante de un mayo de dos dígitos. Esta era la correlación de 1989: enero, 8,9; febrero, 9,6; marzo, 17; abril, 33%…

En su informe ante el Senado, el jefe de Gabinete, Agustín Rossi, dio su propia interpretación de la escalada inflacionaria. Recordó que en los primeros 15 días de enero “la evolución de los precios era similar a como venían evolucionando los últimos tres meses del año pasado”. Para el funcionario, “parecía que los precios empezaban a encontrar un sendero descendente”. Sin embargo, “en la segunda quincena de enero se dispararon. ¿Qué es lo que sucedió en ese momento? El mercado toma nota de los efectos de la sequía. Y dice: le van a faltar al gobierno 20 mil millones de dólares. Y concluye: como el gobierno no tiene esos 20 mil millones de dólares, va a tener que devaluar. Y como va a tener que devaluar, cosa que el gobierno no hizo, el mercado empieza a fijar precios para adelantarse a esa devaluación”.

En efecto, Rossi concluyó que, producto de la sequía, a la economía argentina le faltan 20 mil millones de dólares. “No los tenemos, y la guerra el año pasado nos generó un déficit de 5.000 millones. Total, 25 mil millones”, calculó, concluyendo que la falta de reservas tiene impacto inflacionario.

La realidad es que no hay dólares y el gobierno urgido por conseguirlos. Por eso la desazón del viaje a Brasil, cuando la delegación argentina volvió sin un solo dólar. “Pero con mucha disposición política”, tal el comentario del presidente Lula que sonó casi a cargada. Por eso es que el ministro Massa viajará a fin de mes a Shangai, con la premisa de conseguir una asistencia de los BRICS. No hay garantías de que le vaya mejor que en Brasil. Tampoco debe descartarse que el gesto apunte a que sea Estados Unidos el que intervenga para destrabar una ayuda desde el Norte.

La cuestión es que el gobierno necesita 10.000 millones de dólares para llegar con cierta tranquilidad al menos hasta las PASO. Después se verá, pero la prioridad es agosto.

Vale la pena recordar que Mauricio Macri tuvo la misma urgencia y por eso acudió al FMI. El demonizado préstamo que le concedieron a ese gobierno ascendía a US$ 57.000 millones, pero los desembolsos efectivos solo alcanzaron los US$ 44.000 millones. Después de las PASO de 2019, el Fondo dejó de mandar plata y Alberto Fernández rechazó recibir lo que faltaba, que ahora tan bien le vendría.

Un informe de IDESA para analizar la magnitud de la inflación en la Argentina reconoce respecto del concepto presidencial de “inflación autoconstruida” que “las expectativas pueden llegar a jugar un rol a la hora de explicar la inflación. Básicamente si uno ve que la inflación pasada es alta, puede prever que en el futuro va a seguir siendo alta. Esto ayuda a perpetuar la inflación, pero no la genera. No se puede culpar a la psicología de la gente por valores cercanos al 100% anual.

Sí reconoce el informe de IDESA al déficit financiado con emisión monetaria como causa de la inflación. “La economía de un país es como la economía de un hogar; cuando uno no llega a cubrir sus gastos, debe endeudarse. Pero el Estado tiene una alternativa más: puede fabricar dinero. A la larga, termina siendo como un impuesto que pagamos todos sin darnos cuenta. Pero lo que sucede es que debería crearse dinero solo cuando la gente demande más dinero, por ejemplo porque producimos más y necesitamos más billetes para hacer transacciones de compra y venta. Si fabricamos más billetes y no producimos más, es probable que los precios aumenten para que las cuentas puedan cerrar. Es decir, cada billete va a valer menos.

Hoy en día producimos 4% más que hace diez años, y sin embargo la emisión monetaria aumentó un 3.100%. No debería sorprendernos entonces que la inflación en ese período haya sido del 2.900%”, explica Patricio Canalis, economista de IDESA, que concluye: “Hoy en día, la principal causa de la inflación es la emisión monetaria”.

En este contexto es que el oficialismo toma nota del impacto durísimo que la inflación tendrá en las elecciones. Algunos más que otros; Axel Kicillof lo nota en su distrito, razón por la cual se ha reservado la jugada del desdoblamiento. No hay prisa: esperará al cierre de listas y moverá sus fichas luego.

En la oposición también están moviendo fichas. Los últimos días crecieron los contactos entre Horacio Rodríguez Larreta Juan Schiaretti. El jefe de Gobierno porteño siempre pensando en el 70% que cree necesita para gobernar. Y donde más puede avanzar es en los acuerdos estructurales.

Algunos hablan del gobernador cordobés como vice de Larreta; otros presentan el acuerdo así: Larreta presidente, Gerardo Morales vice y Schiaretti jefe de Gabinete de un eventual gobierno de ese tipo. Hay quienes hacen volar su imaginación sugiriendo una ruptura de Juntos por el Cambio, con Mauricio Macri y Patricia Bullrich jugando con Javier Milei en un frente de derecha. Cerca del exmandatario lo descartan de plano, pero él está preocupado por el avance del libertario.

Jugando con el sello político de la Democracia Cristiana, Schiaretti apuesta a consolidar su figura a nivel nacional para conformar el espacio del peronismo disidente no kirchnerista. De hecho, esta negociación no estaría siendo mal vista por Macri, que siempre tuvo buena relación con el cordobés y cree que le sacaría votos al FdT.

Así como al expresidente lo desvela no perder CABA, a Schiaretti lo obsesiona retener su provincia. Eso es lo que advierte, fastidioso, Luis Juez, que sabe de estas negociaciones y las atribuye a las elecciones provinciales donde él tiene grandes chances de desbancar al peronismo que gobierna allí desde hace 24 años. Alerta que es una trampa.

Las elecciones son el 25 de junio. Al día siguiente del cierre de listas.

 
 

18 comentarios Dejá tu comentario

  1. En el peor de los mundoss estábamos cuando Macri ecide tomar el prestamo al FMI, para devolver a loss Fondos Buitres que vinieron a ganar con la timba financiera. Agora estamos pagandos las concecuencias .En el peor de los mundos vamo a estar si llega a ganar Larreta , la montonera Bullrich, o Milei.

  2. Jajajaja maria, cuando asumió este gobierno el dólar estaba 60 simia!!! Jajajaja la inflación bajando y ahora está al 110% y subiendo jajajaja la polenta te comió las neuronas! Jajajaja

  3. Recientes declaraciones de la Ministro de Trabajo Kelly Olmos demuestran que el peor de los mundos es la equivocación. Para la Ministro, la "gente normal" cobra sueldos que le ganan a la inflación. La gente normal son los políticos y los empleados públicos, pero tampoco todos los empleados públicos porque los médicos contratados de empleados públicos o los que hacen residencias en hospitales de CABA y les pagan seis lucas, seguro que no le ganan a la inflación. Es imprescindible un ejercicio de empatía con esta gente. No vamos a entender nunca lo mal que estamos si no entendemos cómo piensan y lo dementes que están. Estos son socialistas y keynesianos. Tienen todas las ideas y los conceptos al revés. Porque cuando critican al "capitalismo" de los productores usan equivocadamente el sistema de suma cero; y cuando piensan en el gasto público creen en el "derrame" o en el multiplicador de Keynes. Es exactamente al revés, el sector productivo crea riqueza, y si el precio y el producto son legítimos, en el proceso productivo no se le quita nada a nadie. Por la otra parte, el gobierno solo gasta y no crea nada. El sistema de suma cero se debe aplicar al gasto público, porque el gobierno no produce nada y todo gasto del gobierno es dinero que le quita a la población en forma de impuestos e inflación. Pero son como terraplanistas, ellos creen que sus amigos y cómplices vagando a sueldo y viajando por el mundo todo el año son "la gente normal". Con sólo decir que creen que el gasto público y el consumo impulsan la economía, ya se sienten con autoridad para el robo y el despilfarro; y encima creen que nos están haciendo un favor. Por eso, y nada más que para robar en moneda fuerte, es que mantienen barato y subvencionado el dólar oficial cuando todos los precios están al nivel del blue. La moral no es un asunto de conciencia ni de religión, la moral es lo que el otro nos exige en la convivencia. No podemos esperar que el otro, en este caso el gobierno, se comporte de manera moral si no estamos dispuestos a exigirlo. Y la primera instancia para exigir y lograr un comportamiento moral es poder rebatir y denunciar las equivocaciones y las mentiras.

  4. Tenés razón maria, Macri nos traicionó. Les dio todo lo que pidieron, puso en orden las cuentas para que ahora el gobierno de Cristina y su títere haya pedido el doble de lo que tuvo que pedir Macri para pagar las cuentas que había dejado, ah si, el gobierno anterior de Cristina. Pero igual lo tratan como si fuera un genocida, como habría que tratar a los K que son los verdaderos culpables de todo esto. Así que Macri nos traicionó y quedó en deuda con todos. Nos quedó debiendo el exterminio de todas las cucarachas inmundas como vos.

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