Ver la labor desarrollada en
los últimos tiempos por la prensa en general, sobre todo la de los medios que se
agrupan en la llamada “gran prensa”, da asco y vergüenza.
La mayoría de los diarios y
sus correlatos de los noticieros televisivos —sobre todo en los casos en que los
canales pertenecen a un mismo pulpo informativo— se desviven, sin ruborizarse,
por bailar al ritmo que les imponen desde la jefatura de Gabinete o la
secretaría de Medios y Comunicación, según el caso.
Ese ritmo no es otro que
destacar los “grandes logros” del gobierno; bajar el tono de las
presuntas críticas de otros sectores; disimular, cuando no directamente
desinformar, sobre los graves casos de corrupción de los que precisamente el
gobierno es el gran protagonista; y llenar páginas de los diarios y largos
minutos en los noticieros con toda la gama posible de banalidades y estupideces.
No vamos a abundar aquí en
los detalles o ejemplos que se ven a diario en tal sentido, ya que nuestros
lectores son lo suficientemente inteligentes como para discernirlos, y
aprovechamos para agradecerles su cada vez más declarada preferencia por nuestra
página para encontrar noticias “verdaderas”, análisis y trabajos de
investigación realizados dentro de los más puros márgenes de veracidad., frente
al caradurismo de los medios que, dicho sea de paso, ven decrecer sus ventas y
audiencias por el hartazgo que provocan en los consumidores con sus falsedades.
Salta a la vista la
desinformación, lo tendencioso de sus productos y las desesperadas “cortinas de
humo” que arrojan obedeciendo a su vez a la desesperación gubernamental por
pretender tapar el sol con un dedo frente a tantos temas que incomodan.
Algunos ejemplo sencillos:
se olvidaron los casos Skanska y Romina Picolotti, y
prácticamente no se toca el tema del caso Antonini y las instancias que
se están llevando a cabo en Miami por parte de la Justicia Federal
norteamericana, salvo resaltar, como sucedió en las últimas horas, la visita del
embajador de Estados Unidos al jefe de Gabinete y su anunciado próximo encuentro
con la presidenta Kirchner, dando a esa noticia el marco preferencial de
que “se recompondrían las relaciones bilaterales”.
El diario Clarín, por su
parte, tampoco ha dicho una sola palabra sobre la nueva detención en Italia del
narcotraficante y empresario venezolano Alex Del Nogal, personaje del que
dimos suficiente cuenta en varios artículos recientes, ya que su probable
interrogatorio por parte de la Justicia estadounidense puede conducir a
detonantes revelaciones sobre el lavado de dinero y los “maletazos” que, a su
vez, colocarían en una grave situación al poder central.
Eso sí, cuando agarran un
tema lo “gastan” por semanas, como otro recurso a utilizar en sus cortinas de
humo. Tal el caso de los automóviles de lujo gestionados por la Cancillería a
mitad de su valor, en lo que parece ser un “sacrificio” del gobierno: es
preferible que quede mal el canciller Taiana antes de que se hable de
esos otros temas.
Y para completar los vacíos
espacios que se dejan en el aspecto informativo, esos medios suelen llenarlos
con tremendas banalidades.
Los noticieros televisivos
—no se comprende para qué los hacen de una hora de duración cuando con media
hora de verdadera y continua información sería suficiente— saturan sus espacios
con las remanidas notas veraniegas desde los centros turísticos, especialmente
en las playas donde destacan a aburridos movileros que deben preguntarle todos
los días a diversos veraneantes cómo lo están pasando, o se ocupan de las
estupideces de la farándula.
Otro ejemplo de terror pudo
observarse en la emisión de este último miércoles del noticiero “Telenoche”, de
Canal 13, cuando en mitad del mismo se dedicaron casi quince minutos a hablar
sobre una vaca que se escapó y transitó horas por una ruta, matizándolos
–obviamente, si había que “estirar” esa importante noticia- con comentarios de
un cronista y de los locutores.
Gracias por nada
Hay otro rubro en el que incursionan con frecuencia los
grandes medios y, lamentamos decirlo, otros sitios digitales colegas, y es el
del liso y llano robo de información, sin aplicar la mínima ética periodística
de citar la fuente de la que fue obtenida. Algo que le ocurre a menudo a Tribuna de Periodistas.
Y como uno a la larga se
cansa de tanto “afano” desconociendo precisamente esa ética, un valor ya muerto
y sepultado hace tiempo, vamos a referirnos a uno de los ejemplos que tenemos.
El sitio digital Urgente
24 supo de mejores épocas y glorias ya pasadas. Ahora, con muy escasos análisis
propios, parece confinado a reproducir noticias que se encuentran en los
principales diarios locales y algunos internacionales. Pero también a robarnos.
Son muchas las oportunidades
en que anticipos de Tribuna de Periodistas fueron vistos al día siguiente
publicados —siempre con la vieja costumbre de no mencionar la fuente— en el
citado sitio. El colmo llegó a verse también este último miércoles por la tarde.
Nuestro artículo sobre la
nueva detención en Italia de Alex Del Nogal y otros aspectos que rodean
este caso fueron reproducidos por Urgente 24 casi en la totalidad de su
informe, y en forma textual, sin cambiarle ni una coma. Ello fue observado
aproximadamente a las 17.30.
Como ese sitio tiene un
espacio dedicado a opiniones de foristas, uno de ellos hizo notar ese robo
antiético en su comentario. La cuestión es que apenas quince minutos después, a
las 17.45, esa noticia había sido quitada de la portada. Fruto, queremos creer,
de haber asumido sus responsables una mezcla de vergüenza y/o culpabilidad.
En suma, ésta es la ética
periodística con la que se manejan hoy en día los grandes medios argentinos y
algunos sitios digitales. Estamos convencidos de que si don Félix Laiño,
un periodista de raza y a la vez maestro de periodistas que tuvo el país durante
más de sesenta años, fallecido en 1999, viera en lo que se ha convertido su
objeto de tantos años y dedicación, se revolvería en su sepultura y saldría a
darles una buena patada donde termina la espalda a muchos de sus deshonrosos
sucesores.
No nos queda más que decir:
“Perdón , maestro”.
Carlos Machado