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Belgrano: el periodista que pensó un país, parte 2

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"La libertad de prensa es la principal base de la ilustración pública", Manuel Belgrano.
“La libertad de prensa es la principal base de la ilustración pública”, Manuel Belgrano.

E n el Nro. 7 del 14 de abril de 1810, hace una referencia a la “ciencia estadística y su fin para preceder con acierto en todas las disposiciones que se dirijan al orden económico a efecto de fomentar la Agricultura, animar la industria y proteger al comercio, como que son las arcas troncales de la felicidad pública”. Puede advertirse que, en algunas actas del Consulado, se refleja la iniciativa del secretario, advirtiendo la necesidad de elaborar un reglamento topográfico de las provincias del virreinato y su interés por las condiciones naturales que ofrecen sus territorios, de las poblaciones establecidas y sus recursos.

 

A todo esto, el molde de circunspección que fuera característica invariable del Correo, se rompió por primera vez en vísperas de Mayo, justo ocho días antes del 25, escribió Belgrano un artículo analizando las Causas de la Destrucción o de la Conservación y engrandecimiento de las Naciones, que tuvo el acierto de contentar a criollos y realistas, al anotar que agradó tanto …a los de nuestro partido como a Cisneros, y cada uno aplicaba el ascua a su sardina, pues todo se atribuía a la unión y desunión de los pueblos. Recordemos que el 18 de mayo, Belgrano junto con Saavedra y otros había solicitado convocatoria a Cabildo Abierto.

Pero, asombra a los ojos que el Nro 13 del sábado 26 de mayo de 1810 no contine ni la más leve alusión a los acontecimientos del día anterior, viernes 25. Tampoco en sus salidas posteriores, el Correo de Comercio proporcionó noticia alguna del asunto. Posiblemente los hombres de la época poseían un temperamento inmune a las conmociones sociales, o simplemente no les hacía mella la destitución de un virrey.

Pero ese Nro. 13, hace referencia a las “necesarias investigaciones de la Cordillera…”

Mientras tanto, comprobamos también entre los asuntos excluidos del Correo de Comercio, otra omisión incomprensible. Se trata de la denominada Acta del 6 de noviembre de 1809, promulgada por el virrey Cisneros, admitiendo el despacho de …cualquier Buque amigo, Neutral o Nacional procedente de Puertos Extranjeros con Cargamento de Efectos y Frutos de igual propiedad y procedencia. Aunque esta decisión -que valía tanto como abrir de par en par el puerto al comercio inglés- asestó un rudo golpe al irritante monopolio español, ni una línea de elogio mereció por parte de la redacción. Si bien sus efectos habían sido beneficiosos, jamás se los mencionó, como tampoco el plazo conminatorio que se les había acordado a los comerciantes británicos para que abandonaran el país, situación que debía hacer crisis justamente el 26 de mayo -fecha fijada para la expulsión-, sentencia que no se ejecutó por el estallido del movimiento revolucionario.

Esto, junto con una reunión mantenida de la Junta Provisoria, con una delegación de marinos ingleses, no logró tener espacio en las columnas del Correo de Comercio. Estas “ausencias” sirven de esquema para señalar que el periódico que fundó Belgrano juega de manera especial a la ciencia por él difundida en el campo de la economía social, donde los frutos de su pluma no desentonan con las victorias de su espada.

A través del Correo de Comercio Belgrano también manifestaba que estaba sirviendo de “ilustración en unos países donde la escasez de libros no proporcionaba el adelantamiento de las ideas a beneficio del particular y en general de los habitantes”.

Y escribió en el Nº 15: hace referencia a “la Nación China” y dice:

Para Belgrano era necesario modificar la estructura social: “tres millones de habitantes que la América de Sud abriga en sus entrañas han sido manejados y subyugados sin más fuerza que la de rigor y capricho de unos pocos hombres”.

También hace una referencia a que “la industria se establece por sí misma…

Todos debían trabajar para evitar la injusticia social, reiteraba a través de sus artículos y memorias, para facilitar una correcta distribución entre los habitantes donde se podían plasmar correctamente derechos y obligaciones.

Manuel Belgrano estaba cargado de ideas y proyectos. Enamorado de un país inventado en reuniones clandestinas antes de que estallara el 25 de mayo de 1810. Allí se juega el destino de sus sueños.

Resulta interesante advertir que, en el número del 14 de abril de 1810, se inaugura una sección parecida a actual “carta de lectores”, que se repetirá en distintos números. Ese día se publica la “Carta de un labrador a los Editores”, dónde se da vigencia a la doctrina fisiocrática de Belgrano. La riqueza de una Nación se cimenta en el trabajo…

En el Nro 11 del 12 de mayo de 1810 hace una descripción de la provincia de Salta y escribe:

En el Nro 14 sale la moderna modalidad del “Carta de lectores”, donde el “lector” dice en relación con un artículo publicado en el Nro 8: “El derecho a trabajar es una obligación impuesta al hombre por el autor de la Naturaleza, es tan sagrada, que es seguramente la primera obligación, el primer deber como que se halla íntimamente unido a su propia conservación y subsistencia”.

Mientras tanto, en el Nro 22 del 28 de julio de 1810, sale un artículo referido a la Metafísica.

Recordemos que Étienne Bonnot de Condillac, abate de Mureau, vivió entre 1714 y 1780, fue un sacerdote filósofo y economista francés de la segunda ilustración. Entre sus obras filosóficas se encuentra “Ensayo sobre el origen de los conocimientos humanos” editado en 1746. Su influencia fue muy importante sobre la química moderna.

Otro destello luminoso alumbró la escena el 11 de agosto de 1810, Nro. 24, bajo el sugestivo encabezamiento: La Libertad de la prensa donde Belgrano afirmabaque:

Proseguía manifestando como una premonición contra el despotismo no muy lejano, que dicha libertad:

Por su parte, en el Nro 28 del 8 de septiembre de 1810, hace referencia a citas bíblicas sobre el trueque y escribe:

Pasamos ahora al Nro. 34. En la continuación de un artículo comenzado en el número anterior se refiere al precio de los granos y tiene vigencia hoy:

En el Nro 41 del 15 de diciembre de 1810 el Correo de Comercio publica una nota sobre Seguros:

Belgrano y la educación

Le preocupaba que, en Buenos Aires, había una sola escuela pública para mujeres, era de huérfanas y es maestra una de ellas; todas las demás que hay subsisten a merced de lo que pagan las niñas a las maestras que se dedican a enseñar, sin que nadie averigüe quiénes son, y qué es lo que saben.

Tanto le preocupa la enseñanza de las niñas que estima más importante poner mayor dedicación y esmero a estas escuelas que a la Universidad pues en la mujer ve la formación de las buenas costumbres y la responsabilidad de ser madres.

Se puede resumir las ideas de Belgrano para las escuelas de primeras letras en los siguientes términos: fundar escuelas primarias gratuitas para hombres y mujeres en la campaña y las ciudades dirigidas por los Cabildos que aportaba para los gastos, asimismo designar una diputación encargada de vigilar a los maestros, los padres pudientes contribuirían para educación de sus hijos y disminuir los gastos del Cabildo, los maestros debían ser elegidos por oposición previa justificación de buena conducta y honradez, las escuelas de niñas estarían a cargo de señoras elegidas de la misma manera, todas las escuelas se regirían por un mismo reglamento, la enseñanza comprendería la lectura, escritura, aritmética, y doctrina cristiana para ambos sexos, mientras que las niñas serían instruidas en labores, los maestros tendrían la misión de infundir amor al trabajo, horror al vicio, respeto a la religión y al gobierno.

El plan educativo de Belgrano comprendía la creación de escuelas de agricultura, dibujo, arquitectura, primarias para niñas, de hilazas de lana, comercio y náutica. Solo pudo lograr la creación de las Escuelas de Dibujo y Náutica.

El compromiso por lograr un nivel de educación adecuado lo comprometía personalmente. Cuando la Asamblea Constituyente de 1813 le otorga un premio de $40.000 (equivalentes a 80 kilos de oro) que le otorgara la Asamblea Constituyente de 1813 en reconocimiento a los triunfos de las batallas de Tucumán (24 de setiembre de 1812) y Salta (20 de febrero de 1813).

 

Se tardaron 191 años

Lo cierto es que se construyeron todas, menos la jujeña. Desde 1986, los gobiernos provinciales anunciaron el inicio de las obras, hasta que en 2000 comenzaron las tareas. Sobraron problemas, y se sucedieron las marchas de padres que exigían el cumplimiento del legado que finalmente se materializó en julio 2004, cuando después de 191 años abrieron una escuela con dinero donado por Belgrano.

Los vecinos del humilde barrio Campo Verde, ubicado en la zona este de la capital jujeña, festejaron a lo grande el 6 de julio de 2004. Desde temprano un camión de la municipalidad regaba las calles de tierra, mientras que en las casas y pilares de energía eléctrica se ubicaban banderas celestes y blancas.

El gobernador jujeño de ese momento, Eduardo Fellner, junto a los ministros de Educación de la Nación, Daniel Filmus, y del Interior, Aníbal Fernández, participaron de la ceremonia donde se repartieron elogios y reconocimientos. La Escuela N° 452 recibe a cerca de 500 alumnos.

Mientras tanto, volvemos a 1810 y continuando en número del 14 de abril, Belgrano se ocupa de la reparación de caminos, la construcción de puentes, apertura de canales, establecimiento de riegos, introducción de máquinas, se estimulan para facilitar la labranza y el transporte de productos y agrega: “Así se ha conseguido el ver poblado los campos, cubiertas las heredades de inmensas producciones; a sus habitantes alegres en medio de la ocupación y la abundancia; desterrada la lóbrega mendiguez y la siempre detestable ociosidad; arraigarse la virtud y desconocerse los vicios y los crímenes que degradan la dignidad del hombre”.

Según los estudios científicos realizados a fin de conocer su origen, todo indica que la doctrina socio-económica que la sustenta, como su estilo literario, son elementos que pueden señalar a Belgrano como su autor.

En la primera plana del sábado 19 de mayo de 1810 escribe: “… basta la desunión para originar las guerras civiles, para dar entrada al enemigo por débil que sea, para arruinar el Imperio más floreciente”. Palabras premonitorias de las futuras situaciones que viviría nuestro país.

El 21 de julio del mismo año en el Correo de Comercio presenta a la educación como protectora de la religión y buenas costumbres, en especial de la mujer:

En el número 28, del sábado 8 de setiembre de 1810, en plena marcha del proceso revolucionario, se continúa un artículo sobre el comercio donde expresa: “La riqueza real de un Estado es el más grande grado de independencia en que está de los otros para sus necesidades y el de mayor sobrante que tiene para exportar” y expone los siguientes principios comerciales de los ingleses:

* “La exportación de los superfluos es la ganancia más clara que puede hacer una nación”.

* ”El modo más ventajoso de exportar las producciones superfluas de la tierra, es ponerlas ante con otra o manufacturadas”.

*” La importación de mercancías que impidan el comercio de las del país, o perjudican el progreso de sus manufacturas y de su cultivo, lleva tras si necesariamente la ruina de una nación”.

*” La importación de las mercaderías extranjeras de puro luxo a cambio de dinero cuando este no es un fruto del país como es el nuestro, es una verdadera pérdida para el Estado

*” Es un comercio ventajoso dar sus baxeles a flete a las otras naciones”.

En el número siguiente, se refiere al comercio interior, haciendo interesantes reflexiones sobre la necesidad del legislador de frenar la producción de artículos de lujo y “aliviar con franquezas y privilegios la parte que sufre”.

En el número 31, del 29 de setiembre de 1810, divide a los comerciantes en tres categorías: “Regatones”, aquellos que compran las producciones para revenderlas en pequeñas partes a los ciudadanos. Resultan más cómodos que necesarios y frenan parte del comercio interno. Los “Manufactureros”, que dan forma a las materias, dando trabajo y conduciendo a un grupo de hombres; califica a esta categoría de muy necesaria. Finalmente, están los “Negociantes”, que hacen “pasar al extranjero las producciones de su patria, para cambiarlas por otras producciones necesarias o por el dinero” y agrega: “Esta profesión es muy necesaria porque ella es el alma de la navegación y aumenta las riquezas relativas del estado”.

En el número siguiente se refiere a la agricultura, destacando que los pueblos sólo la utilizan como subsistencia, para cubrir sus necesidades, han vivido en “el temor de sus miserias y las han experimentado a veces”, pero aquellos que la han tomado como objeto de comercio han gozado de una abundancia muy sostenida. Cita el ejemplo de Inglaterra y su enriquecimiento por la exportación de granos y el fomento de la navegación.

En los números 34 y 35 se refiere a la construcción de “almacenamiento de trigo” y los problemas que plantea son aplicables a la falta de silos en nuestro país.

En el número 37 se refiere a la entrada de materias prima extranjeras y dice: “Cuando se puede esperar recogerlas con su propio fondo en cantidad suficiente y que ellas no necesitan un poco de favor en el precio para animar la agricultura, la proporción del derecho debe entonces reglarse sobre las necesidades de las manufacturas y sobre el valor que falta al cultivo”. Y agrega: “Cuando una materia prima entre en alguna forma que también podría haberse dado por la nación que la compra, no es justo que entre transformada como si no tuviese nada de obra… las manufacturas deben dar a las tierras de un estado el mayor valor posible y a sus hombres la mayor abundancia de trabajo”.

En el número 39 de fecha 24 de noviembre de 1810 se refiere nuevamente a la navegación y expresa:

En el número 40 del 1° de diciembre de 1810 refiriéndose al comercio marítimo dice:

y finaliza: “De donde se puede concluir que la salud y la conservación de un estado exige que no dexen jamás entrar a los extranjeros en concurrencia con sus navegadores en la exportación de sus producciones, ni en la importación de las mercaderías de aquí no hay necesidad”. Refiriéndose a los puertos expresa: “la abundancia de los buenos puertos es una de las mayores incitaciones para la navegación”.

Mayor originalidad reviste una “Proclama a los Cochabambinos”, de Francisco Javier Iturri Patiño, en la edición del 23 de febrero de 1811, impresa a dos columnas, en quechua y español. Documento poco conocido, y uno de los antecedentes más importantes de la fundación de la República de Bolivia que se llevó a cabo el 6 de agosto de 1825.

El último ejemplar del Correo de Comercio fue publicado el 6 de abril de 1811. Lo dejaron de editar sin previo aviso. A lo largo de sus 52 ediciones, Belgrano hizo referencia a las numerosas dificultades que afectaban las tareas de los labradores, el poco amor de los usureros "que tragan sustancia del pobre y aniquilan al ciudadano" y propuso iniciar campañas de empadronamiento del ganado para evitar el cuatrerismo. También elaboró artículos sobre reparación de caminos, creación de puentes, establecimiento de riegos, introducción de máquinas para facilitar la labranza y el transporte de los productos.

Con pretexto de decir lo que debe hacerse, cómo debe hacerse y cuándo debe hacerse, va poniendo al descubierto los inconvenientes y desventajas de los procedimientos hasta entonces aplicados, de los métodos empleados; en una palabra, del abandono cuyos únicos responsables eran las propias autoridades que habían mantenido los núcleos de la población expuestos a su albedrío, carentes de orientación, desposeídos, ignorantes y misérrimos.

Siendo Brigadier General de Ejército, un año después, publica en Tucumán un semanario que llama “Diario Militar del Ejército Auxiliador del Perú”, donde divulga las noticias de carácter militar, referentes a las alternativas de la campaña: aunque como diario de operaciones no desestima los principios morales que él practicaba con el ejemplo, el valor físico de un soldado tenía que estar acompañado por la rectitud en el comportamiento diario, en la opinión de Belgrano, debía impartirse a la tropa.

La redacción se confía al general chileno Manuel Antonio Pinto y a Patricio Sánchez de Bustamante, secretario del comandante en jefe. Entre el 10 de julio de 1817 y el 31 de diciembre de 1818 se publican 78 números. La vocación periodística de Belgrano se extiende con igual sentido didáctico ya sea ante el soldado o ante el hombre común, siempre con profunda abnegación y con un profundo y constante esfuerzo con el fin de alcanzar los objetivos más caros al espíritu humano.

Manuel Belgrano jamás renunció a la lucha que inició en 1810.

Su proyecto no sólo es indispensable para modificar el presente, sino también su pasión para transformar las individualidades a partir de la ética y la coherencia de los dirigentes. En la hora actual, donde se intenta mostrar a líderes y revolucionarios falsos, que imponen sus ideas y convicciones, cuando el rumbo de la Nación está a la deriva, se les debe mostrar a los ciudadanos que Belgrano tenía un proyecto de país, principios éticos a los que nunca renunció y una pluma con la que expresó todos sus pensamientos.

El Dr. Manuel Belgrano advirtió desde siempre la formidable ventaja que podía esgrimirse con la prensa y, en ese sentido, es un auténtico precursor del periodismo argentino. Su pluma resultó temible porque –sin manejar la ironía, un elemento para profesional que aparecería más tarde– desnudó una estructura y preparó los ánimos para las grandes reformas que se avecinaban en la ya bullente Buenos Aires colonial. Su penetrante percepción le hizo advertir que la libertad no es un fin en sí mismo, sino un alto y digno medio para el bien común. Por lo tanto, respetar la libertad, protegerla y alentarla, es un deber de todos.

Lo fundamental de la obra de Belgrano se cumplió durante los 16 años en que formó parte del Consulado. Como Secretario permanente adquirió prestigio y posición. Siguió desarrollando sus ideas comerciales hasta poco después del movimiento de Mayo, pero luego la patria le exigió improvisarse como general de sus ejércitos.

Dentro de la extensa obra de Belgrano podemos tocar los siguientes puntos:

1.- Libertad progresiva del comercio marítimo: que dirigió con sus ideas y realizaciones acompañado por Juan José Castelli, Hipólito Vieytes, Mariano Moreno, Antonio de las Cajigas, Francisco Antonio de Escalada y Pedro Cerviño, entre otros patriotas.

2.- Fomento de la Marina Mercante: Comprende la creación de la Escuela de Náutica y el proyecto de la creación de una Compañía de Seguros Marítimos, además de numerosos artículos periodísticos e ideas progresistas.

3.- Conocimiento, evaluación y difusión de los intereses marítimos. Belgrano fue el primero en reconocer la magnitud de nuestras riquezas marítimas. Las comentó y las hizo conocer entre sus compatriotas. La pesca, los cetáceos y otros animales del mar, ocuparon su fecunda pluma.

4.- Fomento de Puertos y tareas de hidrografía y seguridad marítima. Dentro de lo que comprende: la Construcción del Muelle de Buenos Aires; la jerarquización de los puertos de Barragán, Maldonado y Carmen de Patagones, el balizamiento, el establecimiento de embarcaciones salvavidas, limpieza de los puertos de Buenos Aires y Montevideo, construcción de faros y aprovechamiento del Río Negro entre otros.

5.- Dirección de la guerra de las embarcaciones corsarias del Consulado de 1801 a 1805.

6.- Influencia de sus ideas marítima en Rivadavia, Sarmiento y Roca.

Dentro de la multiplicidad de facetas que dieron volumen a la personalidad del hombre, la genuina vocación de Belgrano estuvo marcada por su apego al estudio de la economía política, del derecho público y al desarrollo de las doctrinas más avanzadas en ambas materias. Habida cuenta de la época y de la incomprensión del medio ambiente, puede considerársele un verdadero precursor en ese terreno, obsesionado por difundir nuevos métodos y sistemas de producción con el objeto de aumentar el rendimiento del trabajo, en procura del bienestar de las clases laboriosas.

 

2 comentarios Dejá tu comentario

  1. Hoy Belgrano sería un GENIO. No por nada la mayoría de los gobiernos que le sucedieron hecharon por tierra sus ideas y escritos. Pasaron 191 para completar parte de su obra, que ya estaba PA GA DA: No se les caela car de verguenza a los"IlustresPolíticos" No para nada

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